11 Jun 2014 Trayectoria Tesalia
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Ir por agua mineral es “ir por Güitig”. Como esta, pocas marcas han logrado asociarse tan directamente con el producto mismo. Pero no siempre fue así. Allá por la década de 1870, el agua mineral, que brotaba de las vertientes de Tesalia, ubicadas en una hacienda de Machachi, ya llamó la atención del científico Teodoro Wolf, quien había llegado a estudiar las riquezas naturales del país. Aunque resaltó el valor curativo del agua, el científico registró que esta no era valorada en aquella época. El envasado del agua mineral empezó a finales del siglo XIX de manera artesanal en botellas de vidrio de 20 litros, que se distribuían localmente. Recién a inicios del siglo XX un francés llamado Pierre Denis vendió la idea de industrializar el producto a los propietarios de la hacienda, la familia Zaldumbide, que importó maquinaria y botellas francesas para el envasado. “Eran botellas verdes, como las del famoso champán europeo Perrier, pero las nuestras tenían el oso polar en la mitad”, relata Marta Zaldumbide, bisnieta del fundador de la firma y hasta hace dos años accionista de la compañía. El producto se comercializaba en boticas de Quito. “La gente no estaba acostumbrada a tomar agua mineral, se la usaba como purgante”, sin embargo hoy en dia es una de las empresas mas reconocidas por su marca y calidad.

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