Tradiciones

Cultura:


El largo camino recorrido en la historia ha convertido a los zarumeños  en herederos  de  un apreciado patrimonio cultural. Cada época histórica dejó rasgos distintivos: una lengua española acrecentada con el quichua, viviendas, artesanías, costumbres, creencias, conocimientos, que dieron como resultado una identidad cultural mestiza acrisolada. Son estos los elementos de la cultura de Zaruma, su riqueza tangible e intangible, grabada con un sello particular. A través del tiempo, Zaruma fue integrando estos bienes a su patrimonio, interiorizándolos e incorporándolos a su cultura, hasta hacer de ellos un factor de orgullo.

Las familias españolas y de otros orígenes, asentadas en Zaruma a partir de la Colonia, constituyen los ancestros de las familias zarumeñas  y ecuatorianas actuales; no es de extrañar entonces que muchos turistas ecuatorianos vienen atraídos por la apasionante ciencia genealógica que permite explicar “de dónde venimos, quiénes somos y a dónde vamos”.

De esa ascendencia deviene el acervo espiritual  expresado en las fiestas y rituales religiosos locales, mezclados con la cosmovisión andina, como las tradicionales festividades en honor a Nuestra Señora del Carmen, patrona de la ciudad, y a la Virgen del Cisne, cuyos cultos se remontan a la época colonial. Además, la exótica gastronomía, las tradiciones y leyendas propias de un pueblo minero. El habla, que ha sido calificada como “refugio de la lengua española en el Ecuador”.  Son importantes también los usos y comportamientos sociales, los valores humanos que regulan la convivencia social,  entre los que se destacan la reciprocidad, solidaridad, honestidad, la habilidad manual y la  superación personal.

Por ello, el visitante y el turista que tiene la oportunidad de recorrer las estrechas calles de Zaruma y de conocer a sus moradores, percibe de inmediato la presencia de gente culta  y amable con un estilo de vida diferente y sin prisa. Los portales de las viejas casonas son espacios de vida social de adolescentes y adultos. Por tradición, cualquier espacio es útil para platicar y embromar con los amigos.

En las casas y restaurantes no falta el aromático café y los típicos platos que distinguen a la cocina zarumeña con una variedad de dulces artesanales.

Las personas mayores son depositarias del recuerdo colectivo. Tejen viejas historias: rememoran el duro trabajo de los socavones, los efímeros tiempos de bonanza y la honestidad y responsabilidad demostrada como empleados de empresas mineras o de la administración pública.

La Gente Zarumeña



Quienes visitan  Zaruma reconocen en la calidad de su gente un tesoro  más preciado  que el oro. Se trata de una comunidad con una convivencia plácida y tranquila, apegada a sanas costumbres, que no se distribuye por calles ni barrios exclusivos. La mayoría se conocen, se saludan diariamente, se ayudan sí es necesario y se relaciona en un ambiente de vecindad que ha llevado a que los pobladores y las familias se traten por sus apodos en vez de sus nombres y apellidos, una manera de estrechar lazos de amistad  con chispas de buen humor. Asimismo, los zarumeños y zarumeñas tienen en alto grado el cumplimiento de la palabra empeñada, la honestidad, generosidad y reciprocidad. Por ello el turista recibe, como reciprocidad a su visita, un trato amable con demostraciones de simpatía que se manifiestan en ese deseo de dar lo mejor de su terruño y de si mismo.

COSTUMBRES:

Zaruma guarda celosamente varias costumbres que las ponemos a vuestra consideración, como una práctica cultural que se resiste a perderse bajo la influencia  voraz de la globalización.

  • Los Zarumeños identifican de mejor manera a las personas y a familias enteras con el apodo.

  • La mujer Zarumeña es muy fina y elegante, siempre esta vistiendo sus mejores trajes, aún para los acontecimientos más cotidianos.

  • Los eventos de cualquier índole que fuese, siempre revisten mucha solemnidad, y altura

  • La tradición de tomar el entredía, que es una comida a media tarde, es  una práctica que aún perdura en muchas familias, y aún en las instituciones, entre sus empleados, generalmente se toma con empanadas, tigrillo,  semas con queso, o arroz mote con carne asada de cerdo, obviamente acompañada de una buena tasa de café Zaruma.

  • La tradición de los paseos familiares al río o a las finas cercanas.

  • Celebrar las fiestas con bailes y licor, especialmente las de Carnaval, en donde aún se festeja con agua y harina entre grupos familiares, o de amigos, pero respetando siempre al turista o visitante que se divierte mucho observando esta práctica.

 

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