• HONESTIDAD

    Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).

    Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, «son como son» y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.

    La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.


    LA RESPONSABILIDAD

    La responsabilidad (o la irreponsabilidad) es fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que se había comprometido, en el joven que tiene bajas calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan de construcción para un nuevo proyecto, y en casos más graves en un funcionario público que no ha hecho lo que prometió o que utiliza los recursos públicos para sus propios intereses.

    Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo tan sencillo. Un elemento indispensable dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad es una obligación, ya sea moral o incluso legal de cumplir con lo que se ha comprometido.

    LA AMISTAD

    En otro sentido, la amistad es un cariño que se profesa por el otro, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para eso es necesario encontrarse y conversar. Con el tiempo la amistad se profundiza mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuo. A su vez, la amistad no puede desarrollarse sin constancia y estabilidad. Por eso, cuando dejamos de ver durante muchos años a nuestros amigos, nos enfrentamos a personas totalmente diferentes, o simplemente, nuestro diálogo no supera la superficialidad.

    *Tratarse

    Ser amigo de alguien es conocerlo bien, saber sobre su historia pasada, sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; y del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y de sus gustos y aficiones, y de sus defectos y virtudes. Es saber de su vida, de su forma de ser, de comprenderse; es… comprenderle. Comprender al amigo es ponerse en su lugar, “meterse en su piel” y hacerse cargo.

    *Desinterés

    No basta con caerse bien, para tener una amistad verdadera, hay que ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo se lo quiere tal como es, porque él es él y porque yo soy yo. La amistad se orienta hacia el tú y consiste más en un servir que en un sentir.

    La amistad no es un comercio de beneficios, la verdadera amistad es un servicio afectuoso y desinteresado. Además, no es amigo ni el compañero ni el camarada, tampoco el que busca aprovecharse del otro.

    SINCERIDAD

    A veces, atravesamos malas experiencias… ¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira?. El sentirnos defraudados provoca incomodidad, esta experiencia nos lleva a procurar que nunca nos suceda lo mismo, y a veces, nos impide volver a confiar en las personas, aún sin ser las causantes de nuestra desilusión.

    Sin embargo, como los demás valores, la sinceridad, no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza….

    La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por su actitud congruente, que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones.

    Si queremos ser sinceros necesitamos decir siempre la verdad… esto que parece tan sencillo, resulta una tarea muy dificultosa para algunas personas. ¿cuántas veces utilizamos esas mentiras piadosas en circunstancias que consideramos poco importantes?: como el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos estar al corriente. Obviamente, una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente… hasta que nos sorprenden.

    Incluso, podemos inventar defectos o hacerlos más grandes en una persona, o cuando ocultamos el enojo o la envidia que tenemos. Cuando, con aires de ser «franco» o «sincero», decimos con facilidad los errores que comenten los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son.

    EL AMOR

    * El amor es silencioso. ¿por qué te quiero? Porque eres tú. Ni hay razón alguna y es vano buscar una. Su se le pudiera encontrar, mostraría que el amor era de una calidad inferior esto es, un amor por varias cualidades deseables que tu puedes tener, y esto más bien podría ser una amor de las ventajas dichas cualidades podrían reportarme a mí que un amor de ti.

    Este amor inferior del deseo es un amor auténtico, y no debe despreciarse en ningún caso, pero contiene más de un elemento de egoísmo y ni se eleva tan alto como el amor en su plena perfección, que va más allá de todas las cualidades deseables de lo amado, directamente a lo amado como persona. Va más allá de su manera de ser, hasta alcanzar su yo, esto es, un yo que subsiste su propia bondad, no como perfeccionar del amantes, sino como amado por sí mismo, en su propia persona.

    * El amor es comunión. Los amantes se aman, pero permanecen totalmente en sí mismo, en un determinado sentido, el amor es uno, pero en otro sentido es dos. En cuando a uno se refiera a que es una unión que une, basada en las semejanzas, porque que el amado es semejante al amante y este puede extender su amor al otro, puesto que ve en el otro alguna imagen de si mismo y , en el mejor amor, una imagen idealizada de lo que quisiera que los dos, tanto como él como su ser amado, fueran.

    La comunión en el amor requiere comunidad en bondad, el amor es don en el sentido en el que la unión no suprime a los dos amantes. El término del amor es la identidad del otro, su subsistencia única como persona.

    * El amor es paciencia. Amante y amado comparten un valor común que ha de estar presente en ambos, el sujeto está presente en sí mismo como la fuente secreta y profunda de toda actividad que constituye su vida, esto es, a la conciencia de mí mismo, sino de tú.

    * El amor es un don de sí. Únicamente en la medida en que amo a otros me amor realmente a mí mismo, encuentro aquello que amo en mi mismo no está confiado en mí, sino que se extiende al tú. Como mi amor, me doy, en presente, al tú. Esta auto entrega es indispensable para el complemento de mi personalidad, pero no está dirigida, como en todo, al complemento de mi mismo , sino del tú.

    * El amor es creador. No es un sentido de ensueño o reposo perezoso, sino una entrega vigorosa hacia la realización de tú influye sobre otro centro de conciencia y lo hace crecer en presencia del amante.

    El amor no crea la personalidad original del otro, sino que la encuentra. El ser amado existe en el mundo, despliega su personalidad, y simplemente por ser quien es hay hecho que su ser brille en el de la otra persona.

    *El amor es recíproco. Amar implica tanto el deseo como el hecho de ser amado. Es posible tener un amor que no sea correspondido, pero de carácter satisfactorio de semejante amor salta a la vista, este deseo de ser amado manifiesta la componente inevitable del amor de sí mismo en todo amor, un amor de sí mismo que no necesita en modo alguno ser egoísta, sino es simplemente la consideración del valor de una mismo como persona, exactamente del mismo modo que uno considera el valor como persona del otro.

    *El amor es el valor supremo. El amor lo ha de ser todo o nada. Ni en su ejercicio real, porque podemos amar más o menos, y nunca amar perfectamente. El amor no se opone a la realidad existente alguna, sino que las anima a todas respetándolas. El amor es su propio valor, es el valor de la persona.

    Pero ¿’no es acaso Dios el valor supremo? Es la pregunta que nos podríamos formular al escuchar el valor supremo y esto si es cierto, pero Dios es amor. Todo esto que hemos estado diciendo se verifica en Dios.


   

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