POEMAS

* Dolores Veintimilla de Galindo-Quejas

¡Y amarle pude! Al sol de la existencia
se abría apenas soñadora el alma…
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como l ahoja en el árbol vacilé.

Su imagen en el sueño me acosaba
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.

Sin él, para mí el campo placentero
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo…
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?

No es mío ya su amor, que a otra prefiere.
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo…
Mas no me engañará con su ficción…
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!

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*Matilde Hidalgo de Prócel-El deber de la Mujer

«La mujer es templo místico
donde se encierra la esperanza
que la patria en lontananza
ha alcanzado a divisar

Mas, para que sabiamente
llene su misión divina,
debe vagar peregreso
por la azul inmensidad…

No contentarse tan sólo
con el rosaio en la mano
y el breviario del cristiano
querer la vida pasar.

Es preciso abrirse paso
entre envidia y mezquindades
y burlando tempestades
dedicarse ya a estudiar

El estudio sublimiza
enaltece y dignifica;
es la Ciencia la que indica
los medios de progresar

Con ella podrá cumplirse
misión tan noble y sagrada
y ofrecer mejor morada
a Dios, la Patria y Hogar»

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*José Joaquín de Olmedo-La Victoria de Junín Canto a Bolívar

Fragmento

1

El trueno horrendo que en el fragor revienta
y sordo retumbando se dilata
por la inflamada esfera,
al Dios anuncia que en el cielo impera.

2
Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta
la hispana muchedumbre
que, más feroz que nunca , amenazaba,
a sangre y fuego, eterna servidumbre,
y el canto de victoria
que en ecos mil discurre, ensordeciendo
el hondo valle y enriscada cumbre,
proclaman a Bolívar en la tierra
árbitro de la paz y de la guerra.

3
Las soberbias pirámides que al cielo
el arte humano osado levantaba
para hablar a los siglos y naciones,
-templos do esclavas manos
deificaban en pompa a sus tiranos-
ludibrio son del tiempo, que con su ala
débil las toca y las derriba al suelo,
después que en fácil juego el fugaz viento
borró sus mentirosas inscripciones;
y bajo los escombros, confundido
entre la sombra del eterno olvido,
-¿oh de ambición y de miseria ejemplo!-
el sacerdote yace, el dios y el templo.

El poema completo lo podrá encontrar en: http://www.efemerides.ec/1/marzo/junin.htm