Descansar bien durante las horas de sueño, es uno de los grandes placeres de la vida pero, ¿conoces los beneficios que tiene hecho para nuestro organismo? ¡Te los contamos!
- Mejora de la memoria: Dormir de manera adecuada favorece las conexiones neuronales. Durante la fase REM, una de las fases del sueño, el almacén de nuestra memoria, es decir, el hipocampo, se restaura. Transformando nuestra memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. Esto favorecerá la integridad del sistema nervioso.
- Corazón: Cuando dormimos, la frecuencia cardiaca es más lenta. Eso da lugar a una disminución de las hormonas relacionadas con el estrés. En estos momentos, el corazón trabajará para reponerse de los daños del día.
- Favorecimiento del sistema inmunitario: Descansar bien fortalece las defensas, aumentando la resistencia de nuestro cuerpo a las enfermedades.
- Efectos sobre nuestra piel: Durante un buen sueño, además de evitar ojeras y bolsas en los ojos, el flujo cutáneo aumenta, eliminando las toxinas acumuladas durante el día. Esto, además, aporta a la piel los nutrientes necesarios para la recuperación celular.
- Reduce la depresión: Al dormir, el cuerpo se relaja, lo que da lugar a la producción de serotonina y melanina. Hormonas que nos ayudarán a contrarrestar las hormonas del estrés, lo que derivará en que nos sintamos más felices y más fuertes a la hora de afrontar nuestro día.
- Regeneración del pigmento sensible a la luz, la rodopsina, gracias al descanso profundo de nuestra vista durante la noche.
Son numerosas y conocidas las ventajas de dormir bien pero, ¿qué podemos hacer para sonseguir ese adecuado ansiado descanso?
En primer lugar, lo más importante es contar con un colchón adecuado. Invertir en un colchón de calidad, resulta algo fundamental. A la hora de escoger un colchón para nuestro descanso, hay que tener en cuenta la medida deseada. Suele recomendarse un colchón de nuestra altura más 20 centímetros. En la actualidad, la medida de colchones cuya demanda más está creciendo, son los colchones de 160×200 cm. Aunque también existe la posibilidad, siempre que el espacio del dormitorio lo permita, de optar por uno tipo King Size, un colchón de 180×200 cm que aportará un mayor espacio así como mayor libertad de movimientos, proporcionándonos un sueño más reparador.
Irse a la cama sin preocupaciones, tratar de olvidar las cosas que nos producen estrés y relajarnos antes de meternos en la cama, resulta algo fundamental. Olvidarse de la cafeína o de cualquier otra sustancia excitante desde primera hora de la tarde, así como de evitar realizar comidas copiosas durante la noche, o abusar del alcohol antes de irnos a dormir. Muy importante también prestar atención al hecho de no irnos a la cama con hambre. Esto puede provocar que, una vez dormidos, nos despertemos debido a esa incómoda sensación de hambre. Mantener la habitación a temperatura media, ni demasiado calor, ni demasiado frío. Así como un espacio bien ventilado, son otros de los factores que nos ayudarán en un correcto descanso.
Tratar de respetar, en la medida de los posible, los horarios de sueño. Entendiendo este hecho como tratar de acostarse y despertarse a la misma hora todos los días. Esto favorecerá que nuestro cuerpo tome esta rutina, y nos sea más sencillo poder quedarnos dormidos a la hora deseada. Si, una vez metidos en la cama, no conseguirmos dormir en los primeros 20 minutos, se recomienda levantarse, salir del dormitorio y realizar alguna actividad que nos resulte relajante como por ejemplo, leer un libro o escuchar algún tipo de música que nos resulte agradable. De lo contrario, quedarnos en la cama durante mucho tiempo sin lograr quedarnos dormidos, dará lugar a que nuestro cuerpo y mente comiencen a ponerse nerviosos, evitando justo el efecto contrario que se pretendía.
Otra cosa muy útil a la hora de dormir, es tratar de resolver nuestras preocupaciones antes de acostarnos. De no ser posible, un truco que resulta muy útil es coger un papel y un boli y anotar todas esas tareas pendientes en un papel, o las cosas que nos mantienen preocupados. De esta manera, evitaremos pasarnos la noche dándole vueltas a estos pensamientos, tratando de que no se nos olviden, algo que nos pondrá nerviosos y no lograremos quedarnos dormidos. Saber que lo tenemos apuntado y que no se nos va a olvidar, favorecerá la creación de una sensación más relajada en nuestro organismo.
Existen numerosos tipos de colchones, en función de tamaños, dureza… incluso existen también colchones para deportistas. El colchón para deportistas es un colchón de altísima adaptabilidad y sumamente transpirable. Con soporte ergonómico y zonas específicas diseñadas para cada parte del cuerpo. Además, su plancha de látex perforada permite una buena ventilación, permitiendo una recuperación de energía del cuerpo óptima.
Dormir bien para descansar, por tanto, será una de las cuestiones clave a la hora de obtener todos estos beneficios tan importantes para nuestro organismo.