Quizás sientas curiosidad por saber que hacen las impresoras de gran formato que quizás hayas visto en algún establecimiento. Pues estas impresoras tienen una gran variedad de usos, la mayoría de ellos profesionales.
Las impresoras de gran formato se conocen también con el nombre de plotters y ofrecen impresiones de una gran calidad además de gran tamaño. Esto es fundamental para la impresión de planos, tanto si hablamos de arquitectura como de ingeniería.
Los planos de casas o de las piezas de cualquier aparato necesitan de una gran precisión en los detalles. Todo tiene que verse perfectamente ya que un número que cambie condicionaría todas las referencias y tamaños.
Estos aparatos deben de tener una gran precisión no solo en la impresión, también en los colores. Esto es muy importante, por ejemplo, en un plano de carácter eléctrico en el que los códigos de colores de los cables son de vital importancia para que todo funcione como es debido.
El espacio
Este tipo de impresoras son de gran tamaño, ya que no solo tienen una maquinaria compleja en su interior, sino que también tienen que poder albergar bobinas de papel de gran tamaño, que son las que se utilizan para este tipo de trabajos.
Es por eso que, normalmente, no están disponibles en copisterías de pequeño tamaño ya que además son muy caras y no compensaría la inversión para utilizarlas muy pocas veces. Más bien están en grandes copisterías especializadas y, sobre todo, se pueden encontrar en tiendas especializadas en artes gráficas o imprentas.
El precio
Las impresiones realizadas en este tipo de aparatos son caras. Es normal, puesto que las máquinas son de por si caras y también las tintas y los materiales que se utilizan para conseguir la imagen de alta calidad.
Aun así, la mayoría de los estudios de arquitectos o de ingenieros prefieren encargar las copias en una tienda especializada. Comprar una máquina propia no solo supone una gran inversión, sino también la necesidad de un espacio para albergarla y de una persona que conozca bien su manejo. Además, es preciso contratar un mantenimiento para cualquier problema que pueda surgir.
Haciendo las cuentas, solo a las grandes empresas o a los grandes estudios podría compensarles contar con una máquina propia, siendo preferible para la mayoría el encargo de los trabajos a una empresa externa sin complicarse más la vida.