En 2014 Bryan Singer estrenó “X-Men: Días del Futuro Pasado”, su regreso a la silla del director en la franquicia mutante después de 11 años. El resultado fue una película que siguió la senda de calidad reiniciada con “Primera Generación” y que se convirtió, hasta este año con“Deadpool”, en la más taquillera de la franquicia.

Por lo tanto no es de extrañar que ahora regrese para su continuación, “X-Men: Apocalipsis”, que finalmente llegó a España el pasado viernes.

En esta nueva propuesta, los X-Men deberán enfrentarse a En Sabah Nur, un mutante con más de 4000 años de antiguedad empeñado en acabar con el mundo. Pese a ser una propuesta ambiciosa y algo que no hemos visto hasta ahora en la franquicia, la película redunda en varios temas que ya han tratado previamente y de mejor forma, lo que le quita identidad y empaña un conjunto notable, llega a un punto en el que tenemos la sensación de ver más de o mismo pero peor.

Singer no ha terminado de entender que el potencial de esta tercera entrega estaba en dedicarse al espectáculo puro y duro y que, al intentar aportar algo de drama, le ha quitado parte de esa capacidad y ha redundado en conceptos que ahora resultan manidos y repetitivos.

 

La trama en sí no tiene mucho misterio, no tiene grandes revelaciones o grandes giros de guión por lo que se desarrolla simplemente de forma correcta durante todo el metraje, acorde a lo que un blockbuster debe ser pero sin la profundidad o la carga emocional de entregas previas y los nuevos temas que aborda Simon Kinberg, como la aniquilación mundial, no aportan esa profundidad x-men-apocalypse-960x623que tanto ha caracterizado a esta franquicia en el pasado. La historia se descarrila en un único momento determinado a media cinta en la que se produce un cameo

 

totalmente innecesario y que no aporta nada a la película más allá de un fanservice para los fans.

Pero que no os engañe eso, cuando la película se dedica a entretener, a ser simplemente la adaptación de unos personajes de cómic, lo consigue y con creces. Es la más grande de la saga y se nota en la escala de los combates o los efectos especiales, personalmente disfruté más con las escenas del futuro de “Días del Futuro Pasado” (o, aunque la dirigiera Matthew Vaughn, la batalla de Cuba de “Primera Generación” a la que además hacen referencia) pero eso no quita para que sea un espectáculo puro y duro con un tipo de acción bastante más violenta de lo que estamos acostumbrados en otros blockbusters de este tipo.

Destaco sobre todo el buen manejo del humor en la cinta, salvo en un momento del climax, siempre está bien metido y no desentona para nada y también el final, puro cómic. Y es que la película funciona perfectamente tanto como conclusión a la historia iniciada en “Primera Generación” como de presentación de futuras y prometedoras entregas.

El mejor personaje de la cinta es, sin duda, Apocalipsis, interpretado convincentemente por Oscar Isaac. Desconozco al personaje de los cómics y la versión que vemos en la gran pantalla no pasará a la historia por su originalidad como villano pero hay cierto magnetismo en su interpretación y en sus escenas que hacen que te sientas irremediablemente atraído hacia él, y cuando ves la película aplaudes esa decisión. Además es un adversario temible capaz de poner en jaque a todos los héroes a la vez.

De los nuevos, Sophie Turner y Tye Sheridan interpretan a unos convincentes Jean Grey y Scott Summers mientras que por otro lado prácticamente todos los jinetes están desaprovechados, en ningún momento dejan de ser los simples secuaces del villano. También destaca el Quicksilver de Evan Peters que después de ser un simple recurso de guión en “Días del Futuro Pasado” aquí consigue algo más para convertirse en un personaje y, como en esa, tiene las escenas más espectaculares de la cinta.

En cuanto a los viejos personajes se nota cierto desgaste, el arco de Michael Fassbender deja bastante indiferente y solo su buen hacer como actor nos permite empatizar en algunos momentos, su evolución como personaje a lo largo de esta trilogía es digna de admirar. Jennifer Lawrence parece desganada como Mística y James McAvoy se encuentra convincente, como siempre.

Para la banda sonora vuelve a regresar John Ottman y realmente se nota. Desde el tema inicial, ya clásico en las películas de X-Men, a varios otros como el de Apocalipsis entrega una banda sonora potente y que acompaña perfectamente al film.

En conclusión, “X-Men: Apocalipsis” es un paso atrás en la franquicia que cae en una redundancia de ideas y cierto desgaste pero que no terminan de empañar un gran espectáculo cada vez más comiquero, siendo esta la película más grande de la franquicia en términos de escala y efectos especiales. Y es que a veces, no superar lo anterior (sobre todo si, como en este caso, es tan bueno) no significa ser una mala película.