Robo Psicológico: Gente que se hace pasar por oficiales de aduana.

Les escribo para contarles que, el viernes 9 de marzo de 2012, fui víctima de un robo totalmente distinto que se está dando últimamente en la ciudad de Guayaquil. Me robaron $1600 en efectivo haciéndome creer que a cambio de eso iba a recibir una mercadería (celulares, tablets, etc); al final del día, todo resulta ser una farsa y nunca te entregan absolutamente nada, y se llevan tu dinero; te apagan todo celular de contacto y desaparecen del lugar de los hechos. He aquí un resumen de lo que me pasó:
Un compañero de trabajo de un familiar que reside en otra ciudad conoció a un tal “Frank”, un tipo guayaquileño de estatura baja, trigueño que usualmente usa gorra y que dice ser un empleado de bajo rango en la Aduana de GYE, es decir, que trabaja a nivel operativo en el Puerto; dice que su jefe, un tal “Mauro Intriago” (nombres ficticios) es un funcionario que trabaja en “Bodega” o en el departamento de artículos incautados; y que él vende mercadería (celulares, tablets, laptops, TVs, whisky, etc) que debe ser subastada/rematada ya que sus dueños nunca quisieron tributarla. Bajo ese argumento te convence y envuelve psicológicamente y te dice que toda la mercadería es totalmente original sin ser abierta de sus cajas y que él la vende a un precio muy bueno, cuando son mayoristas. Te asegura que no estás cometiendo ningún ilícito ni nada ilegal porque te va a dar una factura a tu nombre bajo el verdadero costo de toda la mercadería que estás ofreciendo, sólo te explica que por motivos administrativos y para ahorro de tanto papeleo, sin necesidad de hacer mucho cosa, haciéndole el pago en EFECTIVO directamente a él, toda la mercadería puede ser tuya rápidamente.
El tal “Mauro Intriago” y su empleado “Frank” te ofrecen iPhones, Blackberries, iPads, laptops Sony y Mac, Internet TVs, perfumes, cajas de Chiva’s Regal de 12 años, relojes, de todo, a un precio insuperable que oscila desde los $200 hasta los $2000. Un iphone a $350, un BB Bold 4 a $300, y así sucesivamente, precios imbatibles que lo ponen a uno a dudar y te aseguran que son originales y que están libres para cualquier operadora; y que por hacer un mínimo de compra de 6 artículos es que te dejan a ese precio. Ya que uno NO conoce quiénes son estas personas, ya que sólo se ha mantenido una comunicación por teléfono y/o e-mail, uno procede a decirles que desea primero ver los teléfonos a ver si tanta historia bonita es realidad, a lo cual ellos acceden y te dicen que te pueden enviar muestras de los teléfonos a tu oficina.
Pues efectivamente, uno le fija una fecha para que se acerquen a la oficina de uno para que lleven las muestras de los teléfonos; y ellos no van en la primera visita. Los cité a ir un sábado, hace dos semanas, en la mañana y nunca se aparecieron. En vista al poco profesionalismo que demuestran, uno automáticamente pierde interés y olvida el asunto; pero son tan maquiavélicos que te devuelven la llamada en la tarde después de haberte dejado plantado, disculpándose, diciendo que les paso un percance y que por ese motivo no pudieron ir; pero que fijes otra fecha para que te lleven los teléfonos. En ese momento, NO es que NO fueron a tu oficina, MENTIRA. Claro que estuvieron por los alrededores del lugar que tú les dijiste, lo único que hacen es asegurarse que tú no eres un policía que quiere hacerlos caer en una trampa ni que eres alguna de sus víctimas pasadas que va a cobrar venganza. Al darse cuenta que eres un totalmente nuevo incauto, ellos dan luz verde para seguirte insistiendo en que desean llevarte las muestras.
Pese a su constante insistir, uno les da una segunda oportunidad, a la cual no fallan y el tal “Mauro Intriago” envía a su “muchacho” (como le llama) “Frank”. De hecho, éste fue el único contacto que de hecho conocí en persona. Al momento de llegar el tal “Frank”, él llega caminando (no en carro), con zapatos deportivos altos, gorra, una camiseta y jeans; en una mochila tiene un iPad2, un BB Bold 4, un BB Torch 2 y una caja de perfume. Todo lo lleva en caja, y deja que uno mismo pruebe uno por uno los dispositivos; éstos son originales y no chinos; resultan ser nuevos y no usados y sirven con los chips de Claro; es decir que en ese momento te analizan, te estudian y saben cómo proceder psicológicamente contigo para que hagas la compra de inmediato. Uno, en ese momento, comienza a pensar en los teléfonos que puede comprar para vender y así ganar utilidades, en la tablet que uno puede comprar para uno mismo, en fin en cualquier otra cosa menos en que todo esto es una gran estafa. Una vez enseñadas las muestras, el tal “Frank” procede a irse y te menciona que le podrías dar a él la copia de cédula y certificado de votación de la persona que va a comprar para que le salga la factura a nombre de ella; a lo cual desistí, y le dije que cuando tenga un mínimo de productos decidido lo llamaba a “Mauro Intriago” para citarnos y hacer la compra.
“Mauro Intriago” te comienza a llamar a preguntar si ya tienes listo el pedido de los celulares y para cuándo te gustaría comprarlos, después de haber visto las muestras pasaron 4 días y lo llame, bajo presión, para realizar la compra del mínimo de 6 unidades, como para ver si realmente funcionaban correctamente sin ningún problema, el monto de la compra ascendía a $1600.
El tipo te cita en el Puerto de Guayaquil (sur de la ciudad) que es donde supuestamente está la mercadería alojada (lo cual es falso ya que no existe ninguna mercadería, él no trabaja en el puerto, ni nada por el estilo). Recuerdo que le pregunte por teléfono cómo era el método de pago, a lo cual él me respondió que era únicamente en EFECTIVO, a lo cual le dije que era incómodo andar con altas sumas de dinero en efectivo. Él respondió que sus clientes compraban no por mínimos montos sino de $10,000 en adelante. Desafortunadamente, cedí y le pregunte si tenían bancos en el puerto, a lo cual él me dijo que sí que ahí habían todos los bancos.
Me indigna el tener que recordar la fatídica mañana del viernes 9 de marzo, en la cual retire $1600 en efectivo, monto que para algunos sea poco, para otros bastante; pero para mi representaba el esfuerzo de mi trabajo y ahorros con un propósito de inversión; que al final del día fueron botados a la basura por unos sinvergüenzas infelices que, ojalá, algún día paguen por lo que hacen.
Al puerto me dirigí con un familiar para evitar ir solo sin conocer a esta gente. Me contactó “Mauro” y me dice que me había mandado al “muchacho”; a lo cual apareció “Frank”. Éste saludó de lo más cordial, como ya había ido a mi oficina, conversamos un poco; y estaba interesado por saber a nombre de quien saldría la factura, insistentemente pedía una COPIA de cédula y certificado de votación, a lo cual respondí que por qué no mejor le dábamos las originales de mi familiar y que en la oficina de “Mauro” le sacara copias; “frank” accedió. Después repentinamente dijo: “Y bueno pues, don Mauro ya le dijo que tiene que dar el dinero primero?” a lo cual respondí que cómo le iba a dar el dinero primero; si lo primero que tenía que ver era la mercadería. “Frank” creo una buena excusa que dentro del lugar habían cámaras y que por ese motivo no podían dejar que más de una persona pasara a la oficina de ellos. Desgraciadamente, y no sé bajo qué efecto psicológico; pero el infeliz este logró que le diera en sus manos en efectivo $1600. Una vez con esto, procedimos a ir a la oficina de “Mauro”, a lo cual yo lo seguí, en una de esas me dice que me espere afuera y entra a una puerta de negra de tantas que hay a mano izquierda del edificio principal del Puerto. Cuál es mi sorpresa? que esta oficina, es una oficina de atención al público (reclamos) y que tiene una salida por atrás. No me había fijado aún de eso, cuando comienzo a llamar al tal “Mauro” y no me contesta, insisto y en una de esas apaga el teléfono celular; recordé tener el número de “Frank” a lo cual procedí a llamarlo y me contestó en el primer intento. Recuerdo que dijo “Tranquilo que don Mauro está contando el dinero”; después de eso su teléfono estaba fuera de servicio. Cuando ambos teléfonos estaban ya apagados, me di cuenta que me habían robado de la manera más cínica $1600.
Lo analizo una y otra vez y aún no puedo creer como logré caer en este tipo de estafa, para los que me conocen, es muy difícil creer que haya caído en algo como esto, que haya dado dinero sin antes tener en mis manos lo que iba a recibir a cambio; pero así fue, me pasó. Creo que fue la presión ejercida por terceros para que haga la compra, la ambición de generar utilidades invirtiendo cierta cantidad de dinero, la ilusión de tener nuevos dispositivos personales, la coartada creíble del funcionario de la Aduana que te vende equipos a cierto precio más bajo, y/o un montón de otros factores psicológicos más que influyeron a que yo caiga en este robo descarado.
Espero pasen este e-mail a sus contactos y familiares, para que sea tema de conversación con todo el mundo y no permiten que estos infelices sigan cometiendo el mismo robo. Después de que me pasó a mi, me entere que hace un año le hicieron lo mismo a una chica pero con $6000 y bajo otros nombres, y otros números de teléfono; pero al final del día, la coartada es la misma, un tipo que trabaja en el Puerto y te consigue teléfonos baratos.
Esta es una banda maquiavélica que logra convencerte y darte coartadas muy creíbles; pero debes ser lo suficientemente sabio para lograr discernir y tener un autocontrol para no dejarte engatusar por su presión y poder de convencimiento.
El e-mail que utilizaron conmigo era: maurintriago@hotmail.com; y el número de celular era 094869735.
TENGAN MUCHO CUIDADO CON ESTE TIPO DE GENTE, ESTA OCASIÓN ME SUCEDIÓ A MI; PERO ESPERO QUE NUNCA LES PASE A NINGUNO DE USTEDES NI A NINGUNO DE SUS FAMILIARES. CONVÉRSENLO CON SUS MÁS ALLEGADOS YA QUE ELLOS PUEDEN TENER ALGÚN AMIGO/A AL CUAL LO ESTÉN TRABAJANDO PARA QUE SEA SU NUEVA VÍCTIMA.

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