A nivel mundial, más del 12% de toda la ceguera es causada por glaucoma, una condición con una alta probabilidad de curarse si se diagnostica en las primeras etapas.
Lamentablemente, el glaucoma tiene una progresión silenciosa, lo que significa que en los países desarrollados, hasta el 50% de los que padecen esta enfermedad desconocen la enfermedad. En los países subdesarrollados, su porcentaje se eleva al 90%.
La causa conocida más común de glaucoma es el aumento de la presión intraocular. En general, el glaucoma afecta a personas mayores de 60 años. Así, los primeros síntomas que aparecen suelen atribuirse al envejecimiento. Cuando los síntomas empeoran y el paciente acude al médico, el nervio óptico se daña gravemente y las posibilidades de recuperación se reducen considerablemente.
¿Cuántos tipos de glaucoma existen?
El glaucoma primitivo se divide en dos categorías amplias: glaucoma crónico de ángulo abierto (GPUD, 85% de los casos) y glaucoma primitivo de ángulo estrecho (GPUI, 15% de los casos). También existen formas de glaucoma secundario, que se presenta en asociación con otras enfermedades oculares.
El glaucoma de ángulo abierto generalmente no presenta síntomas, y los pacientes notan tarde que tienen un problema cuando la visión periférica se ve gravemente afectada. Por lo general, se produce una «visión de túnel», en la que se mantiene cierto grado de visión central, pero el paciente ya no percibe objetos en la periferia; este aspecto es peligroso en la vida cotidiana, ya que el paciente comienza a golpear con los objetos por los que pasa. Así mismo, conducir también se convierte en un gran problema.
En el glaucoma de ángulo estrecho, los pacientes perciben más temprano ciertos fenómenos, como dolor ocular, dolor de cabeza, halos alrededor de las fuentes de luz. En la forma aguda de «ataque de glaucoma agudo», el paciente presenta dolor ocular intenso, dolor de cabeza intenso, ojos rojos, disminución de la visión y náuseas y vómitos. Esta forma aguda de la enfermedad es una emergencia que, si no se trata, conduce a una pérdida irreversible de la visión.
¿Con qué frecuencia debemos realizar un examen de la vista de rutina?
Después de los 45 años, todas las personas deben hacerse un examen de la vista cada dos años, y después de los 60, un chequeo anual.
Con respecto a los factores de riesgo que conducen al glaucoma, la predisposición genética juega un papel importante en los pacientes en los que uno de los padres tuvo glaucoma. Además, algunas enfermedades crónicas, como la diabetes o algunas enfermedades cardiovasculares, pueden facilitar la aparición del glaucoma, al igual que la miopía alta o la hipermetropía, por conformación ocular específica para cada caso, pueden provocar glaucoma.
También se debe prestar especial atención a los medicamentos antiinflamatorios corticosteroides. De administración prolongada, tienen efectos secundarios que conducen a cataratas y glaucoma.
¿Cómo se diagnostica el glaucoma?
El diagnóstico de glaucoma se realiza teniendo en cuenta tanto el valor de la presión intraocular, pero sobre todo la evaluación del nervio óptico.
Durante una consulta regular en el consultorio, el oftalmólogo evalúa la visión del paciente, mide la presión ocular y administra gotas dilatadoras de la pupila, que luego permiten el examen del nervio óptico y la retina.
El médico realiza la determinación precisa de la presión ocular, tocando el ojo con un dispositivo especial (tonómetro Goldman), después de la administración de gotas anestésicas. También existen métodos de medición sin contacto que se utilizan en las pruebas de detección.
La medición del grosor corneal (paquimetría corneal) ayuda a determinar con mayor precisión la presión arterial ocular; en pacientes con córnea delgada, el valor de la presión arterial es mayor.
Para diferenciar entre las formas de glaucoma de ángulo abierto y de ángulo estrecho, el médico aplicará una lente especial en el ojo (la técnica se llama gonioscopia); así, además de valorar el grado de cierre del ángulo de la cámara anterior del ojo, se pueden observar elementos patológicos que pueden influir en la evolución de la enfermedad (vasos sanguíneos, sinequias).
Es bueno mencionar que existe una forma rara de glaucoma de ángulo abierto de «voltaje normal», en el que el nervio óptico se degrada progresivamente, sin que el paciente tenga valores de presión arterial elevados. Los mecanismos vasculares están involucrados en esta forma de glaucoma. Por lo tanto, siempre, para conocer el estadio de la enfermedad, es necesario determinar el grado de daño al nervio óptico.
Su evaluación se realiza mediante análisis funcional (por campo visual computarizado) y análisis estructural (tomografía del nervio óptico). El campo visual (perímetro computarizado) se realiza para cada ojo, con un dispositivo que evalúa la sensibilidad de las fibras nerviosas periféricas y centrales. La prueba requiere la atención del paciente, y su duración es de unos 10-20 minutos.
¿Cuáles son las opciones para tratar el glaucoma?
El tratamiento del glaucoma generalmente consiste en la administración tópica de gotas que tienen la función de disminuir la presión intraocular. Existen varias clases de fármacos y, dependiendo del estadio de la enfermedad, se pueden asociar uno, dos, tres o incluso cuatro tipos de gotas.
Hay situaciones en las que está indicado como método complementario de tratamiento: la terapia con láser, con un papel en la mejora de los mecanismos naturales del drenaje intraocular. Según el tipo de glaucoma, los métodos láser pueden estar representados por: trabeculoplastia selectiva, iridotomía periférica, iridoplastia, etc., realizándose con diferentes dispositivos láser.