La insuficiencia cardíaca es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años, pero no es tan conocida como el cáncer y la diabetes, aunque las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Además, la población subestima el riesgo de insuficiencia cardíaca, estimándolo en 1 de cada 10, en lugar de 1 de cada 5 como en la realidad es.
La insuficiencia cardíaca requiere un manejo efectivo de la enfermedad para permitir la intervención en las etapas más eficientes. En realidad, el marco regulatorio se centra más en el tratamiento de pacientes con una etapa avanzada de la enfermedad y no en la prevención o el diagnóstico precoz.
Este manejo de la enfermedad requiere, además de una buena comunicación con los médicos (cardiólogo y médico de familia), un chequeo regular, un seguimiento cuidadoso del empeoramiento de los síntomas y un tratamiento bien desarrollado. Además, un estilo de vida saludable adaptado al diagnóstico. Hay pequeños ajustes que pueden cambiar la vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca. Desde una dieta adaptada a la enfermedad, hasta ejercicios ligeros, pero también para renunciar a ciertos vicios que pueden agravar la enfermedad.
Alimentación saludable
La insuficiencia cardíaca es un diagnóstico que requiere una dieta saludable que se centre en frutas y verduras, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa, carnes y pescados magras, frutos secos, legumbres. Los expertos recomiendan limitar las grasas saturadas, grasas trans, alimentos salados, carnes rojas, dulces y bebidas carbonatadas azucaradas.
Ejercicio ligero
El estilo de vida sedentario es uno de los enemigos de las enfermedades cardiovasculares. Por tanto, cualquier estilo de vida saludable debe incluir ejercicio. Sin embargo, en el caso de pacientes con insuficiencia cardíaca, los ejercicios deben adaptarse a la salud del paciente. Por ello, antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios, es necesario comentarlo con el cardiólogo y médico de cabecera.
Sin cigarrillos, sin alcohol y solo un poco de cafeína
Es obvio que fumar es muy perjudicial para los pacientes con insuficiencia cardíaca, por lo que se debe reducir la cantidad de cigarrillos. Hay médicos que recomiendan la eliminación completa del tabaquismo. Asimismo, la cantidad de alcohol debe discutirse con el médico tratante, porque en algunos casos, el alcohol también debe reducirse drásticamente o incluso eliminarse por completo.
Y en el caso de la cafeína (que se encuentra en el café, té, refrescos, chocolate y algunas nueces), la evitación o limitación es importante en pacientes con insuficiencia cardíaca. La cafeína estimula el sistema nervioso central, libera ácidos grasos libres del tejido adiposo (graso) y puede afectar los riñones, aumentando la cantidad de orina, lo que puede provocar deshidratación. El hecho de que la ingesta alta de cafeína aumenta el riesgo de enfermedad coronaria todavía está en estudio. Sin embargo, los profesionales de la salud cardíaca recomiendan no consumir más de una taza o dos de café. Pero solo si se tiene el permiso del médico tratante.
Manejo del estrés
¡Los pacientes con insuficiencia cardíaca necesitan una vida tranquila! Los especialistas recomiendan un momento especial para que los pacientes tengan actividades que los calmen: respirar hondo, pensar en cosas, experiencias o recuerdos que les induzcan a la tranquilidad y los hagan felices. Los pacientes también pueden probar la meditación guiada, los ejercicios de respiración o el yoga.
Descanso adecuado
Un sueño reparador es uno de los pilares de un estilo de vida saludable. Para ello, es necesario evitar cenas copiosas, discusiones contradictorias y ver en el teléfono o en la televisión antes de acostarse. Si alguna vez te has despertado con un ronquido repentino, o si tu pareja te ha pedido que dejes de ronarr, puedes verte afectado por la apnea del sueño, que está asociada con presión arterial alta, arritmia, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. Habla con tu médico sobre estos problemas.
Además de un estilo de vida saludable, el seguimiento regular y el seguimiento cuidadoso del empeoramiento de los síntomas deben ser una constante en la vida de un paciente con insuficiencia cardíaca.