DETECTOR DE ESPÍAS
Detecta «Bugs», un ejercicio tal
vez frustrante, solo por ahora
*Privacy Foundation lanzó «Bugnosis», un detector de espías en sitios Web
*Esta primera versión adolece de limitaciones, pero nos permite “ver y saber”
*Constituye un primer paso en el desarrollo de utilidades de defensa de nuestra privacidad
Bugnosis versión 1.0 puede no ser por ahora una panacea, incluso podría resultar frustrante y hasta molesto en algunos momentos debido a sus constantes alertas de que un pequeño código en las paginas web que visitamos nos estaría espiando.
Sin embargo, Bugnosis puede representar un nuevo punto de partida tecnológico en defensa de la privacidad de los internautas y contra el abuso de la comercialización voraz e insaciable que plaga la Web en estos días.
Detectar “bugs”,
su valiosa función
En la última quincena, Privacy Foundation, una ONG estadounidense de defensa de la privacidad y del derecho a la intimidad en Internet, lanzó un singular programa gratuito, el Bugnosis 1.0, para detectar los denominados «Bugs», pequeñas imágenes colocadas en sitios Web, cuyos códigos permiten «espiar» nuestros hábitos de navegantes.
Esta utilidad fue desarrollada para la Fundación por un equipo técnico de la Universidad de Denver, el cual trabajaba en ella desde el año pasado.
El jefe de investigación de la citada Fundación, ha desvelado en numerosos artículos y comparecencias ante comités del Congreso norteamericano el contenido malicioso de estos scripts, en su mayoría escritos en Java, de los que se valen empresas de dudoso prestigio para recabar información sobre los hábitos, gustos y preferencias de los internautas, vendiéndola al mejor postor. Una actividad sin duda de espionaje y como tal hostil e irrespetuosa.
Bugnosis se inserta en el navegador de Internet y analiza los códigos que se ejecutan al desplegar una página web. El programa localiza los «Bugs», imágenes tan diminutas que habitualmente son invisibles a nuestra vista y cuyo tamaño es generalmente de 1×1 píxeles.
Aun cuando el programa tiene numerosas limitaciones, constituye un primer paso para contrarrestar esa batahola de códigos que inundan la red y con los que se nos pretende clasificar, etiquetar, vigilar y hasta asediar.