Reconocer la Equivocacion sin estancarse
Quería compartirles una experiencia que quizás a algunos les sea de gran ayuda para saber cómo pensar en determinados momentos y para otros, que les recuerde que los momentos de equivocación son varios (en algunas personas más que en otras), pero que está en nosotros el saber discernir y decidir qué hacer después de habernos equivocado, ya que no todo está perdido cuando sucede tal hecho…
Pues bien, la fecha no es importante, pero sucedió así; me encontraba al final del día, comprando algo de comer (comida rápida), y haciendo un recuento de lo que había hecho hasta ese momento (mientras esperaba calmadamente mi hamburguesa), me encontré con que había tenido muchos errores, casi me peleo con mi mamá, no pude terminar de entonar mi guitarra como se debe practicar, no fui a mis clases de inglés, no hice el deporte que ansiosamente me merecía y no logré terminar mis deberes… entonces llegue a pensar y sentir que tuve un terrible día y de que ya todo estaba perdido y no podía hacer nada para remediarlo.
Mas esa no era la solución y me dispuse a encontrar algo que me ayudara a «sentirme» un poco mejor, y como a muchos nos pasa hay veces que tenemos excelentes días y otras veces, en que todo nos «va mal», concluí de que entonces quizá y mañana me iría mejor, probablemente yo estaba en lo correcto, y fue en ese momento que recordé exactamente, cómo me había ido dos días atrás, y me percaté de que aquellos días habían sido casi que verdaderamente óptimos… Bueno ¿a cuál cuestión quería llegar? SIMPLEMENTE si en ese preciso momento, de desesperación personal, Dios me hubiera juzgado por esos dos días atrás más el día en el cual me encontraba, seguramente Él habría notado que yo hice más cosas buenas comparado con las malas (en las cuales nos equivocamos), y que debido a ello yo me hubiera ido “derechito al cielo”, mas no fuera ese el caso si solamente comparo y vivo recordando los días malos, entonces podemos decir seguros, que siempre que no hagamos las cosas como deben de hacerse, tengamos Fe de que existe un Dios que nos perdona, si es que de verdad nos arrepentimos de corazón, y por el cual yo me puedo salvar gracias a su copiosa redención, y no nos trunquemos a pensar que «todo está perdido» ya que con ello no ganamos el cielo, como he escuchado por ahí <<El que no avanza, retrocede>>.
Los animo a que sigan en su lucha y a que no se dejen vencer cuando las cosas no vayan bien.
septiembre 10th, 2011 at 2:27 am
Realmente interesante…
Excelente trabajo.