No existe la pareja perfecta
domingo, enero 9th, 2011En ésta obra se explica qué dificultades suceden (y cómo manejarlas) tanto si una persona se casa con alguien del temperamento opuesto, como también en el caso de casarse con alguien del mismo temperamento o de otro temperamento que no sea ni contrario ni el mismo propio. Lo que sí es seguro es que los problemas y malentendidos están garantizados en cualquiera de esas situaciones:
Si te casas con alguien de temperamento contrario (lo más frecuente, ya que "polos opuestos se atraen") las cualidades que le atrajeron de esa persona posteriormente se convierten en fuente de malestar si no se saben entender y comprender. Cada cónyuge mirará una situación desde ángulos muy diferentes. Si te casas con alguien de tu mismo temperamento también hay dificultades.
Dos sanguíneos buscadores de diversión tendrán serios problemas en organizar sus finanzas, tiempo, cumplir con obligaciones monótonas pero necesarias.
Dos melancólicos puesto que son de personalidad reservada y tímida, Littauer curiosamente dice que tendrán que "aprender" a discutir, puesto que ante un problema prefieren quedarse callados ambos. Aunque son perfeccionistas, pueden tener problemas debido a que sus estándares pueden ser altos, si, pero con criterios diferentes (influenciados por su crianza, valores morales, religiosos, nivel educativo, cultural, etc.). En todo caso no existe la pareja "perfecta".
Dos coléricos: el resultado aquí es obvio, ambos tendrán serios problemas por ver "quien manda aquí"!!!
Littauer da consejos sensatos de cómo sobrellevar la situación, entre otras cosas, dividir responsabilidades y respetar cómo administra su socio las situaciones. Puesto que ambos son personas muy activas, deben aprender a relajarse y apartar tiempo para el ocio y para hacer amigos.
Dos flemáticos: tendrán serios problemas puesto que ambos se apoyan en... no hacer nada. Ambos deben proponerse metas, y mejorar las cosas para ser de más agrado a otros y para infundir frescura a su propia vida. También en su relación, la tendencia flemática es reprimir las emociones, pero ambos deben aprender a expresar sus sentimientos y cuándo no están de acuerdo con algo.
Se puede mencionar rápidamente que un sanguíneo no necesariamente desea que le resuelva el problema su cónyuge, sino más bien desea se le arrulle (abraze) y se le haga sentir que no está solo, que se le permita llorar y expresarse, también apreciará regalos y tarjetas, que se le invite a salir a comer, llamadas de télefono, cumplidos, y asegurarle que todo saldrá bien. También hay una lista de qué cosas no hacer: no le recrimine que "te lo advertí! si tan solo me hubieras escuchado!", no lo compare con casos peores, no use clichés religiosos como "Dios te está castigando, o te está enseñando una lección", no le haga sentir culpa pues lo inmoviliza.
Un melancólico apreciará que se le asegure que no tiene culpa de la situación, que se siente uno a la par de él con quietud hasta que el desee hablar, platicas sobre posibles soluciones, aceptar que "la vida no es justa" y mostrar empatía respecto a sus sentimientos. De nuevo sigue una lista de qué no hacer: no se burle de lo que a él le preocupa por considerarlo de poca importancia, no trivialice su pena, no insista en que sonría y todo se arreglará, o que agarre ánimos instantáneamente.
Un colérico: animarlo con esperanza de victoria, que él puede salir adelante en la situación, asegurarle que tiene cualidades para manejar el problemas y darle ayuda práctica, es lo que apreciará. Evite: que él perciba sentimientos de lástima, que "Dios le está haciendo un llamado de atención", o que se deprime por mucho trabajo y que debería tomar unas vacaciones, etc.
El flemático apreciará que se le asegure que es una muy buena persona, que no merece cosas malas como las que le suceden y animarlo con mucha suavidad a encontrar juntos una salida, ofrecerse a ayudarle. Evite: darle órdenes al estílo colérico, decirle cómo usted manejaría la situación, las historias de "superman" sólo lo hacen sentir inútil a él o ella. No lo ridiculice ni lo humille menos aún delante de sus hijos.
Hay mucho, mucho que comentar, pero este simple post no se daría abasto.
Ciertamente el estudio de los temperamentos va a dar mucho de qué investigar y se vuelve fascinante a medida que profundizamos en el tema, puesto que comprendemos mucho mejor a los demás y el porqué de sus reacciones diferentes!




