La vida es cruel, nunca sabemos si está a nuestro favor, o si se prepara para darnos un golpe, lo peor es que no podemos estar listos para ello, por lo que caeremos una y otra vez, sólo para volver a ser impactados.
Luego del acontecimiento con los murciélagos la familia Wayne volvió a sus días pacíficos, Bruce y Rachel volvían a jugar como solían hacerlo, pero alejados de aquel pozo que tan mal recuerdo les había dejado y que al mismo tiempo es opacado por la diversión que la vida les ofrece, cualquiera pensaría que nada podria perturbar un escenario tan bello, nada, excepto una amenaza tan común, a la que todos estamos expuestos, nadie estaba preparado para lo que se venía.
Una noche, la familia Wayne salió en conjunto a presenciar una obra de teatro, mientras el trío observaba atento la obra, ocurrió algo que los obligó a abandonar el lugar: Parte de la obra se concentraba en los murciélagos, las maniobras que realizaban los actores, recordaron a Bruce lo que había vivido hace poco, por lo que el miedo escondido en su alma, resurgió en el infante, regresándolo a aquel sitio oscuro y solitario. Rogó al borde de las lágrimas que abandonaran la sala, a lo que sus padres accedieron. Esa noche Bruce aprendió que huir de sus miedos, sólo desemboca en algo más oscuro. La familia salió por detrás, caminaron por un callejón solitario, o al menos eso creían, cuando estaban a punto de salir de éste, un individuo apuntó a Martha y a Thomas Wayne con un revólver, exigiendo todo lo que traían en su bolsillo, normalmente, el padre estaba dándole lo que el antisocial pidió, pero no sabía lo que estaba a punto de pasar. Bruce estaba demasiado asustado, su mente sólo lograba concebir un posible escenario: Iba a morir junto a sus papás. Pero la vida le dió un golpe, que no sólo destrozó su inocencia, sino que llenó su corazón de oscuridad, una que próximamente lo moldearía su imagen y semejanza. Esa noche, las balas del revólver acabaron con las vidas de Thomas y Martha Wayne, dejando a un niño de 11 años desamparado y llorando a más no poder, mientras se llenaba de odio, ira y deseos oscuros.
