La importancia de las vacunas

Hay dos medidas de salud pública que han tenido un impacto notable en la salud de los ciudadanos del mundo a lo largo de los años: la purificación del agua y la vacunación. Beber agua todos sabemos lo que es, pero queremos saber ¿qué es una vacuna?

Desde la antigüedad, los humanos han buscado combatir las infecciones. La viruela puede haber sido la primera práctica exitosa de vacunación contra una infección específica en la antigua India y China.

Consistía en pasar el contenido de las pústulas de los enfermos de viruela a personas sanas, pero luego en 1796 Edwuard Jenner utilizó la primera vacuna contra la viruela de una forma diferente a la viruela.

Pero la vacunología científica se formó más tarde con Pasteur, considerado el padre de la vacunología, quien descubrió la vacuna contra la rabia en 1880.

Las vacunas, en términos simples, diríamos que son fármacos biológicos que se aplican a personas sanas, dando como resultado la producción de defensas (anticuerpos) que las protegen de una futura exposición a los agentes infecciosos a los que estamos vacunados, de una infección o enfermedad.

Las vacunas son una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha aportado y seguirá aportando a la humanidad, previniendo enfermedades que anteriormente han causado grandes epidemias, muertes y secuelas.

Las vacunas benefician tanto a quienes están vacunados como a las personas susceptibles a su alrededor que no están vacunadas (inmunidad colectiva).

Con nuestra vacuna que erradicó con éxito la viruela, estamos eliminando la poliomielitis en todo el mundo, el sarampión ya no es un problema común en nuestro medio (una causa común de encefalitis y trastornos mentales hace unos años), y no tenemos casos de difteria y otras enfermedades tales ya que la tos ferina, el tétanos, la hepatitis B, la meningitis… se están controlando.

Las vacunas, como la vacuna de la gripe, se administran por inyección y, con menos frecuencia, por vía oral (poliomielitis, fiebre tifoidea, cólera, rotavirus). En muchos casos, se requieren múltiples aplicaciones para garantizar la protección durante muchos años.

Actualmente, con el fin de reducir el número de inyecciones, se utilizan vacunas combinadas, es decir, se combinan múltiples vacunas (como la vacuna hexavalente contra la difteria, la tos ferina, el tétanos, el Haemophilus influenzae tipo b, la poliomielitis y la hepatitis B) en una sola inyección. , ).

El número de dosis y el intervalo de tiempo entre cada una, el calendario vacunal, es importante para conseguir una buena respuesta y una mayor eficacia vacunal.

Para facilitar la correcta aplicación de las vacunas infantiles, todos los países cuentan con calendarios vacunales y prevención de la salud: se denominan calendarios vacunales infantiles. Definieron la vacuna, la dosis y la edad de aplicación.

Pero la vacunación no termina en la edad pediátrica, sino que los cambios epidemiológicos justifican la continuación de la vacunación hasta la edad adulta en muchos casos para prevenir la recurrencia o potenciar la eficacia inmunogénica de una enfermedad que parece estar bajo control.

Si bien los niños son los que reciben la mayoría de las vacunas, los adultos también necesitan vacunarse contra bacterias como el tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, la rubéola…

¿Tiene riesgos la vacunación?

Siempre debemos tener en cuenta que «los riesgos de la vacunación siempre serán mayores que los beneficios» y que «enfermarse no es mejor que estar vacunado: al estar vacunado, podemos estar protegidos evitando la enfermedad».

Las vacunas son medicamentos muy efectivos y seguros. Ningún avance de la medicina puede salvar vidas tanto como una vacuna, gracias a la cual las enfermedades vistas como amenazas ya no existen o se reducen considerablemente.

Su perfil de seguridad es muy alto y son medicamentos con los más altos estándares de seguridad: todas las vacunas actuales demuestran claramente su eficacia y seguridad.

Sin embargo, es importante tener en cuenta diferentes cuestiones para minimizar el riesgo de efectos secundarios, que por lo demás son muy bajos. Estas precauciones deben ser consideradas y consideradas en la evaluación profesional antes de cualquier vacunación.

En algunos casos, pueden ocurrir reacciones adversas como enrojecimiento leve y dolor en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares.

En casos raros, puede ocurrir una reacción alérgica grave a cualquier componente de la vacuna.

Como con todos los medicamentos, debemos recordar que el riesgo de problemas graves es muy pequeño, pero siempre muy inferior al riesgo de contraer la enfermedad.

¿Qué reacciones puede producir una vacuna?

La mayoría de las reacciones que pueden ocurrir después de la vacunación son leves y de corta duración.

Las reacciones más comunes son:

  • Pérdida de apetito.
  • Enrojecimiento e hinchazón en el punto donde se inyectó.
  • Fiebre ligera.

 

 

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