Lidiar con un adolecente puede ser una de las tareas más difíciles que enfrentamos como padres, quizás el principal error que cometen muchos es no aceptar que sus hijos están creciendo, atravesando una serie de cambios que le afectan de muchas formas, y se aferran a esa imagen infantil a la cual proteger.
Los hijos no son una extensión nuestra, no serán niños por siempre, ni tampoco necesitan nuestra protección constante, requieren convertirse en seres independientes y capaces, y quizás la etapa más determinante para este desarrollo es la adolescencia.
Cambios de humor, incertidumbre, falta de comunicación, y demás, son algunos aspectos superficiales que podemos apreciar en pleno desarrollo físico y emocional de nuestros hijos en esta dura etapa, donde sus cualidades y destrezas emocionales y sociales se terminan de potenciar, es difícil brindar apoyo a nuestros hijos especialmente en una época donde la tecnología se convierte en una barrera que amplía la brecha entre el adolecente y sus padres.
Pero, aunque necesitan su espacio no podemos simplemente dejarlos a la deriva y esperar que todo salga bien. Por eso acá algunos consejos para brindar apoyo en esta dura etapa para aquellos padres que realmente se preocupan por el bienestar y correcto desarrollo de sus hijos.
Crea tiempo de calidad, debes generar momentos que le permitan abrirse emocionalmente contigo, recuerda que está enfrentando diversos cambios que le pueden llegar a hacer sentir perdido, desorientado, diferente, incapaz de ser entendido, es tu trabajo mostrarle que son sensaciones completamente válidas y normales, no minimices sus problemas, debes apoyarlo.
Pero jamás entres en comparativas, minimizando sus problemas, esto solo creara aún más barreras entre ustedes, evitando que quiera comunicarse contigo por temor a que se le tome como algo insignificante, así como tu trabajo, tus responsabilidades y deudas son un problema real, alguien con suficiente dinero y estabilidad los vería como algo insignificante, una pérdida de tiempo, eso de seguro no se sentiría muy buen, pues ocurre lo mismo en su caso, sus problemas, sus relaciones, sus preocupaciones son igual de reales que las tuyas.
No controles sus amistades, tu perspectiva del mundo y las relaciones viene de una serie de experiencias previas, tu hijo debe experimentar estas relaciones por el mismo, recuerda que se está formando emocional y socialmente, esto no quiere decir que debas darle libertad plena de hacer lo que quiera, simplemente respeta sus elecciones, siempre manteniendo tu autoridad cuando algo pueda resultar agravante o perjudicial para tu hijo, esto es establecer límites, aun sigues siendo su padre, no debes confundirte ni el tampoco, no esperes ser reconocido como su amigo, pues eres una imagen de autoridad, y la que debe velar por su bienestar, muchas veces desafiara tu autoridad como padre, y debes reafirmarte como tal.
Es recomendable consultar bibliografía al respecto, sobre los diferentes cambios físicos y emocionales que enfrenta tu hijo, acepta que no lo sabes todo, incluso acudir a terapia es una buena opción, no necesariamente tu hijo, sino tu como padre, al enfrentar una situación única que desconoces, jamás compares a tus hijos entre ellos, cada persona es única, y cada experiencia es individual, sería como que tu pareja te comparase con la persona más rica del mundo, y te tratara de inútil e incapaz por no ser igual, es algo ilógico, igual de ilógico que la comparación entre hijos y familiares, pues no debe parecerse a nadie, ni mucho menos cumplir las expectativas de otros, una vez que comprendas esto, y aceptes las herramientas de apoyo para crecer como padre, podrás apoyar a tu hijo.