Poema #3

Sentir

De un pensamiento en diurna soledad

Se atiborra en multitud cubriendo la húmeda mirada

En la tempestad que corroe el tiempo

Y el haz angosto de luz de sol estatua

Se esconde de no ser el intruso innato

A una figura de vacías intenciones

De sus días en eones

Constante tumulto furtivo de mil navajas

De fuego taciturno

Penetran las paredes altas de espejos sucios

Murallas babilónicas de cual salen en fila

Una tras otra, sin orden de muerte

Palabras inútiles que nacen de dentro en decepción

Y escapan moribundas a un lugar en transparente ruido

Pasando a oídos de interés desolado

Y a almas de idioma equívoco

Así se llega a la deriva de uno que se pierde en multitud invisible

A minutos efímeros de un ave en descenso desgraciado

¿Qué se espera, entonces, de un rumor hastío,

Un futuro difuso, un final blanco, un espacio de falso reposo,

Un sufrimiento infinito o fugaz, unos demonios de piel y palabra?

De esto no se sabe y no se puede conocer

Solo permanece el longevo esperar

Y el deseo reacio a cultivar.

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