X-Men: Apocalipsis - Crítica doble de la nueva película de Bryan Singer

Una vez más, Bryan Singer vuelve a demostrar que o no tiene un profundo conocimiento del material que adapta, o sencillamente le importa un bledo y lo que quiere es hacer su adaptación liberrica de éstos. Si pretendéis encontrar una lectura literal de los cómics, en donde se respete la mitología del universo cohesiado por Chris Claremont, más allá de los detalles que al director le resultan cómodos… una vez más habréis errado de película. Bryan Singer no quiere contar los X-men, quiere contar sus X-men, rehaciéndolos a su capricho, imagen y semejanza. No se trata tanto de una libertad creativa, si no de un reciclado bastante aleatorio y personalista de personajes y de su mundo.

Arranquemos hablando de el villano que da nombre a la película. Bueno, nombre. Sí, se llama En Sabah Nur, como en los cómics, pero nadie le llama Apocalipsis. Su origen, también, sufre un revamp muy severo para explicar el origen de sus poderes. Realmente, Singer, intencionadamente o no, recurre al cómic de Apocalipsis: Los Doce para explicarlo, dando a entender que el villano roba los poderes y los cuerpos a los mutantes. Pero lo del origen alien de su tecnología, el proceso de creación de sus jinetes, la adoctrinación de éstos e, incluso, cómo les hace más poderosos no queda ni explicado ni desarrollado. El Deus ex Machina ataca de nuevo y sobrenentiende que En Sabah Nur también cambia el código genético con la mente. Esperad, que esto no ha acabado. El cómo Xavier se queda calvo, es de juzgado de guardia, y es efectista, destinado únicamente a refrendar las idas de pinza del guión y a justificar el peso del villano. Aunque, en contrasprestación, el profesor protagonizada una secuencia muy parecida a su duelo con el Rey Sombra de los cómics, que mola bastante. Por otro lado, las nuevas dudas de morales Magneto se amparan en el añadido del nuevo drama de la muerte de un ser querido. Esto no es sino otro recurso de los cómics que ahora se recupera convenientemente quince años después del inicio de la saga, amparándose en las paradojas temporales, pero cuya ejecución no podría estar peor llevada en pantala. Mientras, Mística pasa de ser la terrorista de los cómics, algo egoista y mercenaria, a la mamá gallina de los X-men. Esto, claro funciona en el contexto y discurso de la película, pero en contraste con los cómics es como si hiciéramos que el Doctor Octopus se convirtiera en el Tío Ben de Spider-man, para que nos entendamos ante la comparación.Mientras, la elección de los villanos, los jinetes, demuestra una excesiva libertad que demuestra poco conocimiento del material original y más una intencionalidad de coger nombres molones de personajes y reinterpretarlos de manera completamente aleatoria y vaga. Mariposa Mental (Psilocke) y Ángel se convierten en acólitos de Apocalipsis tras haber sido revampeado su origen por completo. En especial lo del Ángel de Ben Hardy clama al cielo, pues ya le vimos en X-men 3, como un secundario y aquí ahora es un personaje completamente distinto. Singer le ha despojado de toda importancia, trasfondo o desarrollo, limitándole al mero papel de sicario del malo al que apalizar como antagonista. Y algo similar pasa con Psilocke, relegada al papel de mala buenorra, con poquísimas líneas de diálogo. Un desperdicio, vaya.