No es tanto lo que se come, sino la manera como se lo hace, con qué predisposición e inclusive en qué ambiente.
Si lees los siguientes consejos, estoy segura que lograrás que lo que estás comiendo, sea bien digerido y sirva de provecho para tu organismo:
La energía de la cocina es captada por los alimentos. Estos deben ser preparados con amor y de forma cariñosa, porque al ingerirlos, estamos tomando esa energía.
Recordar que comer es algo sagrado y antes de hacerlo, debemos dar gracias a Dios por los alimentos que nos vamos a servir, bendiciendo las manos que los prepararon.
Comer con el televisor encendido, leer mientras come y hablar excesivamente mientras lo hace, es terriblemente perjudicial.
Masticar bien antes de tragar, cada porción de alimento que lleve a su boca.
Beber líquidos fríos antes de comer, debilita la digestión. No bebas grandes cantidades de líquidos mientras come, suficiente es tomar poco a poco, una copa de vino, agua o jugo. El exceso diluye los jugos gástricos y la digestión se ve alterada.
Comer a un ritmo moderado y jamás llenarse por completo. Después de comer descanse un poco para permitir que los alimentos comiencen a digerirse adecuadamente y no ingiera nada hasta que haya pasado mínimo 3 horas.
Por la mañana lo recomendable es desayunar de manera ligera.
Al medio día, cuando el sol está en su esplendor, se debe hacer una buena comida. Recordemos que nuestros cuerpos siguen ritmos similares del Universo.
Cenar es una de las comidas más ligeras que debemos realizar.
Durante el día se puede tomar toda el agua y bebidas que desee, pero a temperatura ambiente o caliente.
Tu organismo te lo agradecerá. Comienza a hacerlo desde hoy y mañana te comenzarás a sentir mejor, ya que ningún alimento será rechazado por tu cuerpo…
Guia básica para comer saludable