junio 14, 2010

TESTIMONIOS DE ÁNGELES Y ARCÁNGELES

Recibí un mail, justo antes de entrar al quirófano

El día Viernes 11  a las 9h24, recibí un correo haciéndome una invitación para leer el blog de los ángeles  y arcángeles que escribe una vieja amiga.   A las 15h00 me operaron del cerebelo.

El Dr. Jorge Santos, ecuatoriano, residente en Mexico; a las 13h00, dijo que tenía el 10% de quedar como vegetal y el 90% de morirme; si no me operaba. La respuesta lógica: me opere.

Al despertar de la anestesia, lo primero que vi fue la cara de este doctor que me dijo ¡perfecto!

No vi ninguna luz blanca, por cierto nunca  morí; pero al leer tu página, en la que hablas de ángeles y arcángeles, sé que existen y seguramente alguno de ellos guió la mano del neurocirujano.

El Dr. Santos, regresó al viernes siguiente, 18 de diciembre, tenía cita con él; y cuando me vio, me dio un abrazo y me dijo que eso era todo. Sinceramente se me salieron las lágrimas, le deseé una buena Navidad, un gran 2010 y me despedí.

Romano

mayo 26, 2010

Historia de mi Ángel de la Guarda

No puedo recordar el día exacto, pero fue en Noviembre de 1996.  Experimenté una extraña y rara situación que me puso a salvo, ante un peligro inminente y estoy segura que está ayuda provino de mi Ángel de la Guarda.

Ésta es la historia:

Aún estaba soltera y vivía sola en un departamento.  El edificio se encontraba atrás de un gran complejo.  Los departamentos del frente daban al parqueadero y los de atrás, daban a un campo abierto y a un estanque.

Yo vivía en la parte posterior que daba al campo y al estanque.  Era muy lindo por el paisaje y además no tenía que ver o escuchar los carros que iban y venían, sin embargo, estaba pronta a descubrir que su ubicación también era algo peligrosa, simplemente porque ahí no habían carros o gente alrededor.

Un día particular de la semana, tomé el día libre y aproveché para hacer  compras. Al regresar a casa a media tarde, salí del carro y caminé por detrás del edificio de departamentos hasta llegar al mio.  Todo estaba muy tranquilo y no había gente yendo o viniendo porque a esas horas del día, la mayoría aún estaban en sus trabajos.

Mientras iba caminando, escuché unos sigilosos pasos detrás de mi.  Con rapidez, miré y pude darme cuenta que un hombre de tez negra, vestido con sucias sudaderas y un gorro tejido en su cabeza, me venía siguiendo.  Parecía que venía de la nada, tal vez había estado escondido en los arbustos de la parte trasera del edificio.

En resumidas cuentas, estaba alcanzándome y sabía que esta situación no era buena, por lo que empecé a correr hacia las escaleras que me llevarían al segundo piso de los departamentos.  Mientras corría, pensaba que me  alcanzaría con facilidad en la puerta, debido a que tendría que parar y tomar mi tiempo para abrirla.

Cuando llegué al final de las escaleras, voltié la cabeza y lo divisé en el segundo o tercer escalón.  Pero entonces me di cuenta de algo extraño:  Él estaba detenido y mientras yo lo estaba viendo hacia abajo, él miraba hacia arriba, pero no precisamente a mi.  Él estaba viendo sobre mi; con una rara expresión en su rostro estaba como petrificado, viendo sobre la puerta de mi departamento.  Con rapidez, introduje la llave y entré corriendo, aseguré la puerta y llamé a la policía.

Fui a la ventana de la sala y lo extraño de todo fue que este hombre estaba aún parado exactamente en el mismo lugar en las escaleras, con una expresión de desconcierto en su rostro.  En ese momento, bajó su cabeza y comenzó a moverla de un lado a otro, como si él no pudiera creer lo que sus ojos estaban viendo.

Pasaron un par de minutos y se fue. La policia llegó (aproximadamente 15 a 20 minutos luego de la llamada) y ya no estaba en ningún lado.

A comienzos de aquella semana, antes de este incidente, habían reportes en las noticias de un violador en el área.  El retrato que mostraron, se parecía al hombre que aquella tarde me siguió, aunque no podría asegurarlo.

Lo que creo con firmeza es que él fue detenido por mi Ángel de la Guarda quien se le apareció de alguna manera en mi puerta.  Nunca olvidaré cómo se veía el rostro de aquel hombre mientras miraba arriba de mi puerta. Él estaba obviamente conmocionado por lo que sea que vió.  Después de este incidente, jamás volví a verlo.

KAREN EDSEL

mayo 11, 2010

Historia de mi Ángel de la Guarda

No puedo recordar el día exacto, pero fue en Noviembre de 1996.  Experimenté una extraña y rara situación que me puso a salvo, ante un peligro inminente y estoy segura que está ayuda provino de mi Ángel de la Guarda.

Ésta es la historia:

Aún estaba soltera y vivía sola en un departamento.  El edificio se encontraba atrás de un gran complejo.  Los departamentos del frente daban al parqueadero y los de atrás, daban a un campo abierto y a un estanque.

Yo vivía en la parte posterior que daba al campo y al estanque.  Era muy lindo por el paisaje y además no tenía que ver o escuchar los carros que iban y venían, sin embargo, estaba pronta a descubrir que su ubicación también era algo peligrosa, simplemente porque ahí no habían carros o gente alrededor.

Un día particular de la semana, tomé el día libre y aproveché para hacer  compras. Al regresar a casa a media tarde, salí del carro y caminé por detrás del edificio de departamentos hasta llegar al mio.  Todo estaba muy tranquilo y no había gente yendo o viniendo porque a esas horas del día, la mayoría aún estaban en sus trabajos.

Mientras iba caminando, escuché unos sigilosos pasos detrás de mi.  Con rapidez, miré y pude darme cuenta que un hombre de tez negra, vestido con sucias sudaderas y un gorro tejido en su cabeza, me venía siguiendo.  Parecía que venía de la nada, tal vez había estado escondido en los arbustos de la parte trasera del edificio.

En resumidas cuentas, estaba alcanzándome y sabía que esta situación no era buena, por lo que empecé a correr hacia las escaleras que me llevarían al segundo piso de los departamentos.  Mientras corría, pensaba que me  alcanzaría con facilidad en la puerta, debido a que tendría que parar y tomar mi tiempo para abrirla.

Cuando llegué al final de las escaleras, voltié la cabeza y lo divisé en el segundo o tercer escalón.  Pero entonces me di cuenta de algo extraño:  Él estaba detenido y mientras yo lo estaba viendo hacia abajo, él miraba hacia arriba, pero no precisamente a mi.  Él estaba viendo sobre mi; con una rara expresión en su rostro estaba como petrificado, viendo sobre la puerta de mi departamento.  Con rapidez, introduje la llave y entré corriendo, aseguré la puerta y llamé a la policía.

Fui a la ventana de la sala y lo extraño de todo fue que este hombre estaba aún parado exactamente en el mismo lugar en las escaleras, con una expresión de desconcierto en su rostro.  En ese momento, bajó su cabeza y comenzó a moverla de un lado a otro, como si él no pudiera creer lo que sus ojos estaban viendo.

Pasaron un par de minutos y se fue. La policia llegó (aproximadamente 15 a 20 minutos luego de la llamada) y ya no estaba en ningún lado.

A comienzos de aquella semana, antes de este incidente, habían reportes en las noticias de un violador en el área.  El retrato que mostraron, se parecía al hombre que aquella tarde me siguió, aunque no podría asegurarlo.

Lo que creo con firmeza es que él fue detenido por mi Ángel de la Guarda quien se le apareció de alguna manera en mi puerta.  Nunca olvidaré cómo se veía el rostro de aquel hombre mientras miraba arriba de mi puerta. Él estaba obviamente conmocionado por lo que sea que vió.  Después de este incidente, jamás volví a verlo.

KAREN EDSEL

abril 13, 2010

Testimonio

Me tomó en sus brazos

Mi salud estaba deteriorada, tenía una tos terrible, los pulmones y los bronquios me dolían. Los médicos me dieron descanso, pero era nueva en mi trabajo y debía llegar a las 7h00 o me despedirían.

Bien abrigada, protegida con mi paraguas, comencé a caminar bajo la lluvia para tomar un atajo, pero el viento lo levantaba hasta virarlo y el agua comenzó a mojarme.

Al llegar a la entrada del callejón que acortaría mi camino para tomar el bus, pude observar que estaba inundado y que era probable que el agua llegare más arriba de mis rodillas.  Preocupada, comencé a invocar a mi ángel de la guarda que me ayude…

Desesperada como estaba, no me di cuenta de nada, sólo sé que de pronto sentí como que alguien me dejaba caer en el piso y al mirar hacia atrás, puede ver que había pasado el callejón sin mojarme.  No había explicación alguna. Era algo mágico que nunca olvidaré.

Lolita

Tomado de la Tercera edición del libro Entre Él y nosotros están ellos de la escritora ecuatoriana Luz Gabriela Rodríguez.-

marzo 22, 2010

ROSARIO DE COLORES

Tanto les rezo a los ángeles y arcángeles que recibí una respuesta directa…

Que tan mágico puede ser todo o cuántas cosas extraordinarias puedes hacer Señor?

Nadando un poco más allá de donde debía y al ver la inmensidad del entorno, pensé en ti. Te invoqué , oré y conversé contigo. Te hice preguntas sobre tantas cosas y continúe orando.

La brisa chocaba en mi rostro, el mar agitado me envolvía mientras pensaba que esas eran mis respuestas. Me sumergí cavilando en las maravillas que has obrado en mi y al flotar de nuevo divisé a lo lejos algo brillante, lleno de colores, tan lindo que mis ojos se sintieron atraídos. Era algo para mí.

Nadé y nadé, mientras en el movimiento de las olas lo veía acercarse, avancé un poco y lo tomé en mis manos.

Salí del agua muy feliz. Había sido escuchada. Mi madre me preguntó por qué había nadado tan afuera y le mostré llamaron la atención avance un poco alce

mis manos. Era un rosario de muchos colores. Hija eres bendecida, fue su respuesta.

Nidia

febrero 22, 2010

CIEN ROSAS, UN MILLÓN DE BIENAVENTURANZAS

Martes de Carnaval.

Estaba sumido en un problema sentimental sin aparente solución, pero a insistencia de mi familia, acepté salir con ellos  a almorzar.

Al volver, a mi mamá se le ocurrió ir a la Iglesia La catedral para conocer a Santa Martha. Nos parqueamos por la calle Chimborazo; ella bajó y pidió que la acompañe.

Entramos.

El ambiente era lúgubre, intenso y oscuro, lo cual despertaba  el deseo de conocer toda la iglesia.

Hicimos un pequeño tour  por las cúpulas y naves, observando los coloridos vitrales.  Uno a uno fuimos reconociendo a los Santos y al llegar al fondo vimos un mausoleo y una cripta.

Avanzamos hacia la derecha y vimos una sala con un letrero que decía SANTISIMO. Mi madre emocionada dijo:

– Vamos hijo, vamos a adorarlo.

Me aparte de ella y caminé hacia adelante, ahí, solo, de rodillas ante el Santísimo, le pedí con mucha fe que me ayude.

A los pocos minutos vi que mi madre se ponía de pie y salimos juntos. Estoy seguro que ella pidió lo que cada día le pide a los ángeles y arcángeles: por nosotros sus hijos y por su pequeña nieta.

Al salir de esa sala, continuamos infructuosamente la búsqueda de Santa Martha.  Un señor le dijo que ella no estaba ahí, que la encontraríamos en la Capilla El Sagrario contigua a la Catedral.

Avanzamos hacia la salida.

Sin darnos cuenta el tiempo había transcurrido por lo que decidimos ir al carro sin conocerla.

Al subir, percibí un intenso aroma a rosas y grande fue mi asombro, cuando mi mamá dijo:

– Hay un aroma intenso como si en el carro hubiere 100 rosas juntas.

Era tan real la percepción, que ella no sólo las olía, sino que las percibía porque comenzó a buscarlas en los asientos y en la parte del maletero del carro; sin embargo, su pareja que estaba al volante, no percibía en absoluto ningún olor.

Cuando el carro había rodado unas dos cuadras, el aroma comenzó a atenuarse y fue justo el momento en que él  también comenzó a percibirlo.

Para mi madre y para mi, creemos que fue un mensaje divino, una bienaventuranza, una tranquilidad para mi corazón y me atrevo a decir que eran más de cien rosas, fue una única sensación agradable, algo que yo necesitaba en ese momento para calmar mi corazón, fueron unos minutos que me llené de mucha paz interior y a la vez sintiendo un poco de optimismo en que las cosas se van a solucionar con aquella persona que tanto amo.

Luis Xavier.-

diciembre 9, 2009

NUESTRO  ÁNGEL

Ángel de la Guarda

Dios nos da un ángel custodio, desde el momento en que nacemos hasta el momento de nuestra muerte.  En el transcurso de la vida, permanecen a nuestra diestra, observando y ayudando en las dificultades que como humanos podemos tener.

Si aceptamos la idea de que nuestro ángel comparte nuestra vida  y lo cotidiano, hace que seamos más sensibles y nobles en nuestro accionar.

Una buena relación con los ángeles presupone una mayor apertura espiritual, una mayor disponibilidad para aceptar a los demás y para entendernos mejor a nosotros mismos. La labor de los ángeles no es fácil, su amor permanece impasible y su paciencia  eterna.

Para conducirnos con sumisión y amor, el ángel instituye con nuestra alma una comunicación silenciosa; nos inspira con los pensamientos que nos evitan caer en el error o actuar mal; nos «sugiere» tomar una dirección en lugar de otra, impidiéndonos incurrir en riesgos graves que podrían poner en peligro nuestra salud, física y moral. Puede incluso intervenir sobre nuestros recuerdos, haciendo florecer en nuestra mente cosas que tenemos el deber de hacer o, al contrario, alejándonos de otras que no debemos hacer. Nos empuja a reflexionar y a combatir nuestras debilidades, a trabajar por nuestros ideales, a alimentar continuamente nuestro interior.

Se necesita predisposición para cambiar las rutinas. Un pensamiento positivo por la mañana, seguido de una sonrisa y  una pequeña plegaria pueden ser suficientes para hacer diferente nuestra jornada y para sentir más serenidad y confianza: tomemos conciencia de que no estamos solos, de que jamás lo hemos estado.  El  ángel custodio susurra sus consejos a nuestra alma y no a nuestros oídos, incluso nos ayuda a afrontar los problemas cotidianos y a salvaguardar nuestros intereses materiales, si estos son importantes para nuestro progreso espiritual.

Quien no se preocupa de la existencia de su ángel custodio, o incluso la niega, quien no se dirige nunca a él y no le pide nada, tiene pocas esperanzas de beneficiarse verdaderamente de sus consejos.

Déjeme explicarle que su ángel permanece a su lado, deseoso de poder intervenir a  su favor y de acoger sus peticiones.    Escuchar al ángel significa precisamente concederle un espacio de silencio para que pueda ayudarnos con las  tensiones y las preocupaciones que nos mantienen atados a una realidad absurda. El ángel de la guarda es tu amigo fiel.

diciembre 2, 2009

ARCÁNGELES

Sus espíritus brillan reflejando la luz divina.

Mantenernos en comunión con nuestro Padre Celestial, es una perfecta posición para conocerlos.

Debemos saber que después de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo están los Arcángeles y luego los ángeles.  Ellos  son los representantes directos de Dios.

Actualmente son muchas las historias, testimonios, libros, películas y páginas de internet que mencionan y dar a conocer a los arcángeles y ángeles. Esto sucede, gracias a la evolución del mundo, lo cual permite tomar conciencia de sus existencias.

Los Arcángeles están cerca y siempre lo han estado. Ha llegado el momento de dar una mirada  el cielo, sea de día o de noche, ellos están allí, entre las nubes, en las estrellas, en espera de nuestro llamado.

noviembre 23, 2009

Ángel Santo de la guarda
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.

Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles,
suba al Cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.

Amén.

octubre 7, 2009

Los ángeles son seres de luz, te sugiero visualizar un gran círculo, en cuyo centro la energía pura genere calor y materia, donde las órdenes celestiales se den la mano en lo alto y en lo bajo. Con firme convicción de fe, invócalos, en el nombre de Jesús, hijo único de Dios y  aunque los rangos jerárquicos existan entre ellos, sin pensar en niveles, solicita ayuda a los arcángeles y a  toda la corte celestial. Debes saber que con la oración y el perdón se logra el desarrollo espiritual.

Más allá de todo razonamiento, aceptemos que no estamos solos.  Ellos están aquí, en un punto de luz cercano, complacidos de ayudar, encauzando mi vida y a partir de este momento, si tu lo permites, la tuya. 

La  clave está en abrir el corazón para que ellos lo toquen y dejar  que lo bueno fluya y sirva de puente, mientras un cúmulo de ideas surca en la mente e irradia nuestro rostro.  Ese brillo es la ayuda que se recibe de los ángeles. Guardemos silencio, mantengamos una posición de relax, su comunicación puede ser mediante un sonido, un sentimiento, una música, un sueño casi real, aquí entran en juego  muchas maneras, tal como pensamiento, color, símbolo, sonido, música, intuición, susurros e inspiración.

Esto permite distinguir con claridad que las casualidades que iluminan la existencia, vienen de un mundo invisible donde ellos habitan, tan cerca de cada uno de nosotros que hasta los podemos percibir…

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