Prevención del daño celular durante la exposición solar.

Llega el verano, y con él, las ganas de salir a la calle o tumbarnos en la playa para tomar el sol. Y más si cabe en un año extraño como éste 2020, tras estar dos meses confinadas en nuestras casas sin poder disfrutar de los rayos de sol.

A no ser que tu casa tuviera una orientación privilegiada, sin obstáculos enfrente… la mayoría de la población no ha tenido la suerte de estar expuesto al sol y recibir sus beneficios. Aunque como bien sabes, una larga exposición al sol también puede ser perjudicial para el organismo y nuestra piel.

Ya conoces las cremas solares y los diferentes factores de protección, en función de la piel que tengas. La norma general es que cuanto más blanca tengas la piel mayor protección debes darte.  Pero lo que quizás no conozcas tanto es la influencia de la alimentación y la hidratación en la prevención del daño celular mientras tomas el sol. Analicémoslo.

Hidratación, ¿cuánta agua hay que beber?

Cada persona necesita un volumen de líquido diferente para hidratarse. Dependerá de sus necesidades fisiológicas concretas, y también la intensidad y tiempo de los agentes deshidratantes a los que esté expuesto. Una cantidad media puede ser  beber unos 1,5 litros al día, aunque esta cantidad puede variar en función de los parámetros de sudoración y diuresis. Como ves, no hay dos personas iguales.

Lo más importante es que un organismo y unas células bien hidratadas son más fuertes frente a las diferentes agresiones que sufre del exterior, como en este caso que estamos hablando de la exposición solar.

Ya sabes, lleva siempre a mano una botella de agua y no esperes a tener sed para hidratarte. Cuando estás en la playa el tiempo pasa volando y sin darte cuenta puedes estar deshidratándote mientras tomas el sol. O si estás haciendo ejercicio con mucho calor, puede que te encuentres bien corriendo y quedarte poco a poco sin fuerzas… Síntoma de que te estás deshidratando.

Alimentación, ¿qué tengo que comer?

Antes de tomar el sol… Para dotar de una mayor protección a las células frente a las agresiones externas, como la radiación UV, tienes que incorporar a tu dieta alimentos con antioxidantes. Los tomates, la calabaza, la zanahoria o las naranjas contienen vitamina C y E, que son unos excelentes protectores de nuestro ADN. Un nutricionista o dietista te ayudará a elegir los alimentos de temporada que te pueden proporcionar dichas vitaminas.

Después de tomar el sol… Si te has pasado con la exposición al sol o no te has dado suficiente crema es posible que los rayos solares te hayan provocado una quemadura solar. Para facilitar su curación, puedes ingerir alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, ya que tienen la curiosa propiedad de adherirse a las capas de la piel y protegerla de la radiación solar. Puedes encontrarlos en los pescados azules, como las sardinas, el bonito o el salmón.

Para todos los días… Nuestro organismo está en constante regeneración. Los ejemplos más evidentes de ello son el pelo y las uñas. Nos los cortamos frecuentemente y siempre vuelve a salir. Los alimentos con altas cantidades de proteínas y vitamina B3 ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso y hacen que nuestra piel esté más elástica y sana. O la vitamina D, que según diferentes investigaciones, tiene un potente efecto anti inflamatorio en casos de quemaduras y lesiones cutáneas.

Ya sabes…Si te gusta tomar el sol, este verano además de darte bien de crema por todo el cuerpo, hidrátate bien y aliméntate adecuadamente. Tu cuerpo y tu piel lo agradecerán, para toda la vida.

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