Dentro de la gran variedad de opciones que existen para invertir, en los últimos tiempos ha cobrado relevancia la ISR o Inversión Socialmente Responsable. Es una posibilidad para toda clase de inversores, desde individuales hasta institucionales, pero especialmente para quienes miran más a largo plazo. De esta manera, los fondos indexados socialmente responsables son una alternativa muy a tener en cuenta.
Si bien es cierto que los objetivos de cualquier compra de activos es el mayor ROI posible, la ISR tiene un marcado tinte social. Más allá de los beneficios a conseguir, se valoran los factores ambientales o éticos para justificar la elección de esta clase de inversión.
Una alternativa a las inversiones convencionales
Estamos presenciando un cambio de paradigma en el ámbito financiero, ya que entran en juego aspectos distintos a la rentabilidad pura y dura. Tanto las personas como las instituciones que apuestan por un estilo moderno e innovador a la hora de invertir han visto en la ISR otra forma de respaldar negocios con fines positivos en diferentes sectores de nuestra sociedad.
El perfil del inversor tiende a ser más joven de lo habitual. Los millennials van entrando poco a poco en el «juego» de las inversiones, como ya se ha percibido en otras tendencias al alza como las bitcoins. Evidentemente, la Inversión Socialmente Responsable es un concepto que aún tiene un largo recorrido por delante, pero al mismo tiempo no existe un conocimiento tan amplio sobre cómo funcionan sus activos.
Analizar el retorno de la inversión desde nuevas perspectivas
Al tener un histórico más reducido que otras tipologías de inversión, es fundamental contar con el respaldo y asesoramiento de analistas que estén especializados en ISR, ya que así existe mayor probabilidad de éxito. Como en cualquier otro ámbito, es importante tener información sobre el rendimiento de los fondos para decidirse por una u otra opción.
Igualmente, a la hora de analizar los fondos socialmente responsables, hay que ir un poco más allá de lo puramente económico. Sin duda, esta clase de inversiones tiene el marketing como gran aliado. Son muchas las empresas que apuestan por acciones éticas y con fines muy loables, como puede ser el uso de materiales reciclados, obras sociales, destinar parte de los beneficios a donaciones, etc. Pero no hay que ser ingenuo y olvidar que proyectar una imagen positiva y concienciada con el mundo que las rodea es clave para la estrategia de branding.
De esta manera, los consumidores tienen una percepción más positiva de dichas compañías. En el caso de la ISR, sucede algo parecido. Si bien no hay que generalizar y fundamentar la elección de esta clase de fondos en razones puramente de imagen, sí que existen ejemplos y tendencias que hacen pensar en el factor «estético» a la hora de incluir este tipo de activos en el portfolio.
En definitiva, los fondos indexados socialmente responsables tienen mucho sentido para cualquier perfil inversor. Aún existe cierto desconocimiento al respecto y algunas reticencias, ya que una parte del impacto positivo que tienen no es estrictamente cuantificable. Por ello, se recomienda principalmente a inversores con una mentalidad más abierta y con interés en la rentabilidad a largo plazo.
Deja un comentario