mayo 19, 2009

El chisme es como una avispa; si no puedes matarla al primer golpe, mejor que no te metas con ella (BernardShaw).

Vivimos en un medio especial, donde existen personas que se especializan en crear chismes y calumnias,  a tal punto que adquieren mala fama y notoria reputación negativa.

El chisme y la calumnia apagan la luz del corazón

Esa luz maravillosa que tiene nuestro espíritu, es opacada por los chismes y las calumnias.  Esto afecta a la familia, al matrimonio, a los compañeros de oficina, a los amigos, dejando consecuencias funestas que jamás podrán solucionarse.

Las personas que ejercen este mal hábito, no son gratos, ni confiables; a tal punto que cuando se aproximan a determinados grupos, todos guardan silencio para no darle material para hablar.    Ellos son los que inventan, transmiten y pasan los chismes y las calumnias de boca en boca, por celular o por las redes sociales de Internet, demostrando falta de fidelidad y de comunión hacia Dios y el prójimo

En Proverbios 11:13 encontramos: El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.

A mi parecer, el chismoso es envidioso y en su afán maquiavélico, se vale  de artimañas y argucias, sin detenerse hasta manchar y dañar  la dignidad de su prójimo, soslayándose luego de haber conseguido su objetivo.

Cuando encuentres a tu paso a personas que te digan: No se lo digas a nadie, pero me han dicho que… no lo pienses dos veces y actúa de inmediato, acallando a esas serpientes que se presentan envueltas en piel de cordero, que hoy  hablarán de otros y con otros hablarán de ti.

Considero que es nuestra obligación moral, pedirles que corrijan su comportamiento y sugerirles vivir, guardando FIDELIDAD ESPIRITUAL.

Como una profilaxis del alma, apártate de ese tipo de personas y de todo aquel que levante falsos testimonios a la dignidad del prójimo.