marzo 3, 2009

Sin duda, la conciencia tiene algo que ver con el corazón. Para mí, es como que ambas están en contubernio perenne.  Sin embargo, cuando llegó a mis manos el libro de Pipo Martínez, mi corazón se aceleró y juro que no tenía nada que ver con la conciencia.

 

Estaba planificado.  Esa misma noche devoraría al libro.  

Comencé…

Afuera una suave y pertinaz llovizna acariciaba el mundo.

Traté de tomar el hilo a la lectura, pero mi mente voló hacía el poeta, el dramaturgo, el relatista, el escritor…  Es que he leído tanto de él: La Dama meona, la casa del qué dirán, Las faltas justificadas, textos que me impresionaron por su fluidez, por su sarcasmo que sin ser agresivo atina en el centro de aquellos que tienen que recibirlo y terminan en el consabido borde de luz.

 

Recién ahora comienzo a leer La lluvia muere en silencio, pero mi incondicional y loca cabeza, como suelo llamar a mi imaginación, continúa volando y en lugar de adentrarme a conocer el personaje mudo del primer cuento, la imagen del dramaturgo está ahí.  Lo imagino triste, enfermo y solo.

 

Varias lágrimas ruedan por mi rostro. Qué carajo, pensé.  Él no está triste.

Vibra con su vigorosa expresión dramática.

Él no está enfermo.  Él es libre, si, él es libre, sólo que está hastiado de los hipócritas.

Él no está solo. Más sólo estás tú, más sola estoy yo.

En cambio él, nos tiene a nosotros, a los que leemos y vemos sus obras de teatro; y lo principal, tiene a todos los personajes que ha creado y que lo acompañarán más allá del fin.

 

Afuera, la lluvia continua.  Zurce el silencio en máquina overlock.

Mi incondicional y loca cabeza insiste: es una vida, es una vida, sólo que a veces llueve a espaldas del Creador.

 

Continuará lloviendo en cada invierno de la vida y poco a poco se irán lavando los recuerdos.  Continuará lloviendo siempre, porque la vida misma es un cuento, es un teatro donde nada se detiene y cuando baja el telón, la lluvia siempre muere en silencio.

 

Luz Gabriela Rodríguez, tomado del libro: Testimonial de Humo,2003.

3 Comments »

1. 

   quisiera saber la historia o leyenda de la dama meona le agradeceria si me ayudara………….

   Comment by gabi — diciembre 2, 2010 @ 10:26 am

2. 

   Una vez le dije que me impresionó gratamente su despedida a Pipo, hoy que vuelvo a leerlo le pido permiso para incluirlo entre mis expresiones públicas para recordar al escritor, amigo tan cercano, cuya memoria y La lluvia muere en silencio se quedó entre nosotros.

   Comment by Ana Julia Rugel-Hollis — junio 20, 2011 @ 5:23 pm

3. 

   Por supuesto, puede incluirlo en sus expresiones públicas. Esto es de él y él permanecerá por siempre en un punto de luz muy cercano de las personas que lo amaron.

   Comment by luz gabriela — junio 21, 2011 @ 3:27 pm

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