junio 30, 2009

Me he sentado a contemplar  estrellas,

e impulsos tuve de conversar,

les dije lo que ha nadie he contado,

les conversé las cosas que han pasado,

hablé lo que la gente dice,

lo que es el mundo sin pensar!

Me atreví a confesarles mis problemas,

dije palabras que bien podía callar

y desnudé mi corazón con ciertos temas,

que una mujer por ser mujer debe guardar!

Miraba el cielo, veía el infinito,

buscaba una respuesta al contemplar,

todo era frío, tan inerte, tan inmenso,

que sentí  impulsos de llorar!

Había sido confidente con la nada

me envolvía una gran oscuridad,

sentía frío que calaba mi alma,

estaba sola, sentía miedo de verdad!

Y cuando estaba así pensando solitaria,

desesperada y frente a la verdad,

una esperanza que surgía de la nada,

atravesaba el firmamento tan audaz!

Era una estrella que fugaz aparecía

y un deseo me invitaba a formular,

un corazón lleno de amor yo le pedía,

sentir paz, sentir fe, para qué más!

Así fue que cuando menos lo esperaba,

volvió a reinar la inmensa oscuridad

y solamente quedaron las estrellas,

que titilaban un mensaje sin parar:

Tu deseo será por Dios cumplido,

pides paz y pronto la tendrás,

penitencias ni culpas has tenido,

pues amar no es pecado concebido,

es vivir, es soñar, es realidad!

Hay cosas que Dios las ilumina,

hay cosas que tú debes buscar,

una estrella fugaz no te encamina,

sirve sólo de guía y nada más!

Y solamente quedaron las estrellas,

Que titilaban un mensaje sin cesar!

Tomado del libro Con razón sensible de Luz Gabriela Rodríguez – 1989