agosto 28, 2010

PENSAMIENTO  DEL  PERDÓN

Sin pensarlo  decidí entrar,

Caminé por el sacro lugar

me postré  de rodillas

y empecé a conversar.

Señor, Señor, Señor

tú que conoces lo que he sido

tú que sabes quién soy yo

tú que  palpas  mi vida

te pido con toda el alma!

Que limpies mi corazón!

Muchas lágrimas ruedan

el miedo y el temor no están

siento quietud en el alma

y paz en el corazón

Dónde quedó el miedo,

la esclava es libre desde hoy

se revistió de esperanzas

la liberó el Creador.

Un padre que ama no falla

te recibe con amor,

sólo tienes que buscarlo

y encontrarás protección

marzo 4, 2010

CUANDO EL CORAZÓN SE ENFERMA

La vida comienza con un latido del corazón y termina con el último latido.

El corazón es un músculo macizo, resistente y generoso que recibe las señales que emite el hipotálamo del cerebro. Es un órgano maravilloso, creación divina donde convergen el cuerpo, la mente y el espíritu. En él,  moran sentimientos, pasiones, deseos, emociones, voluntad y reflexión; es el lugar donde lo divino se comunica con el ser.

Si analizamos con minucia, vemos que nuestros pensamientos, percepciones y emociones, tienen su origen en la mente humana y en el cerebro.  Estos órganos vitales están conectados entre sí y son los que guardan los histogramas de recuerdos, generando energías  que viajan por el cuerpo y provocan diversas sensaciones.

La totalidad del ser se ve afectada cuando los sentimientos, nobles o no, se quedan paralizados. Esto ocurre  cuando el corazón físico es afectado o el corazón espiritual se endurece y perturba el cuerpo y la mente.

Cuando concebimos alegría, las endorfinas hacen que los latidos del corazón se aceleren, sentimos calor, impulsos de avanzar a mil por hora; y cuando sucede lo contrario y la tristeza afirma su presencia, se produce una sensación de decaimiento, agotamiento y sueño.

El estrés recurrente, ansiedad asfixiante y neurosis depresiva son factores de alto riesgo que hacen que el corazón se canse, se enferme y ante la falta de control emocional de los problemas de la vida que parecen improbables de superar, se genere un cortocircuito que desconecta y apaga los sistemas orgánicos en milésimas de segundos, provocando los tristes desenlaces…

Siendo una máquina tan perfecta, considero una injusticia hacerle pagar esta gran factura, cuando lo ideal es buscar armonía, salud, bienestar físico, sanidad espiritual y mental.

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón seguirá hablando. Tagore.

ALGUNOS CONSEJOS A TIEMPO

Llora todo lo que quieras, descansa, regocíjate y pídele a Dios que te reconforte. Respira, llena tu cerebro de oxígeno, piensa qué ocasiona tu malestar interior. 

Hay un adagio que dice que al toro se lo toma por los cuernos. Ten el coraje de enfrentar la vida y sus problemas. Toma el control y   no tengas miedo.

Une en tu mente aquello que crees que te perjudica, préndele fuego de forma imaginaria y esparce las cenizas al viento.

Rescata tu quietud emocional, se objetivo, no vivas de sueños que no se cumplieron, enfrenta el miedo a la soledad, el temor a la partida, el miedo a lo desconocido.

Vive el presente con dignidad, rodeate de positivismo y sobre todo ten fe.

Lograrás sentir las bendiciones que nuestro Padre celestial te entregará. Recuerda que Dios vino para darnos vida en abundancia, no solo en la eternidad del cielo sino aquí en la tierra, nos quiere alegres y dispuestos a dar testimonio de su gran obra en cada uno de nosotros, esta es una manera de evangelizar a muchos otros que aún no lo conocen.

Mente sana, en cuerpo sano y abundantes bendiciones.

diciembre 29, 2009

FELIZ AÑO NUEVO – HAPPY NEW YEAR

La vida es un ir y venir de cosas y cosas. Viajar tras los sueños anhelados es mantener encendida la llama de la pasión.

Al avanzar en pos de esas ilusiones, en el camino van quedando cenizas que hay que apartarlas, porque forman parte de un pasado ya vivido. Usualmente representan la ira, la amargura, la falta de perdón, la envidia, los celos, el querer controlar todo aquello que tiende a apagar el fuego del Espíritu y que forman parte del año que termina.

En nuestra cultura, quemar monigotes a las 12 de la noche, representa liberarnos de todo lo negativo que representa el pasado; resurgir desde esas cenizas y recomenzar con brios un nuevo año.

Pensemos que nuestro deber es avivar el fuego del hoy y tomar el compromiso de que en cada instante de vida, tenemos que crecer, aprender, dar, amar, soñar, gozar, sentir paz.

Es verdad que esto requiere esfuerzo. Pero qué bien se siente cuando se hace el intento por ser mejor, por ser fuerte, por lograr que nada perturbe la tranquilidad y la felicidad anhelada.

Que mejor que el inicio de este nuevo Año para intentarlo; cumplamos con lo que la Biblia reitera una y otra vez que seamos transformados por la renovación de la mente y el corazón.

Que Dios nos colme de bendiciones, paz, bienestar, salud y prosperidad espiritual este año y siempre y que al inicio del 2010 la llama del amor, la paz, la alegría, la salud y la prosperidad se mantenga encendida por los 365 días …y SIEMPRE!!!!

F E L I C I D A D E S!!!!!

Luz Gabriela Rodríguez