marzo 19, 2010

MEDITAR – HERMOSA TARDE

Días difíciles con la salud. Situaciones especiales que hacen que nos sentemos a pensar en que el fin puede estar más cerca de lo que nos imaginamos.   Sin embargo, no es necesario estar enfermos o desahuciados para tomar conciencia de que la terminación de nuestra vida física puede estar a tan solo un paso delante de nosotros.

Ante tales circunstancias nos tomamos un espacio para pensar en las cosas que creemos tener pendientes, cuando en realidad, jamás nadie está listo para aceptar partir; y lo bueno es, que contra todo pronóstico, nadie sabe el día, ni la hora.

El encontrarse frente a frente a estas tensiones emocionales, hace que las familias se unan y que de una u otra forma, quieran ayudar a mejorar las probabilidades, aportando cada uno con su atención, diálogo, ayuda; lo cual es reconfortante porque permite que afloren recuerdos compartidos y sobre todo  la esperanza de futuros días de paz y alegría..   

Viviendo dentro de una situación similar, gracias a una mala jugada que me está haciendo pasar mi corazón, acepté la invitación de mi hijo mayor a pasar la tarde juntos.  La primera sorpresa que me tenía preparada fue un maravilloso Spa, lugar en el cual fui tratada como una reina. Ungida con aceites especiales de aromaterapia, recibí un extraordinario masaje corporal que hizo que mis tensiones se redujeran.

La sorpresa fue más grande, cuando al terminar la tarde nos dirigimos hacia una escuela de meditación.  Mientras mi hijo me explicaba de qué se trataba, yo sonreía.  Que goce tan grande se siente al ver cómo los hijos van en busca de caminos especiales que conducen hacia aquel mundo interno lleno de luz y de amor. Qué placentero saber que están en el sendero preciso para encontrar dentro de sí, el equilibrio y la felicidad que muchos buscan en otros.

Estos son los atajos conocidos donde aprendí a encontrar el apoyo incondicional de los ángeles y arcángeles, aquellos seres celestiales que pasan a formar parte de tu entorno y jamás te abandonan.    Meditar con ellos es  hacer que las emociones y la mente guarden silencio para escuchar la voz del alma, de la fuente de sabiduría, allí donde mora  el amor que se da sin pedir nada a cambio y viven la fortaleza, el poder y la voluntad.

Debo decir que fue una jornada llena de experiencias y esperanzas, donde la serenidad ingresó en mí y comprendí que la vida comienza a experimentar cambios drásticos que debo aceptar y que gracias a mi hijo Luis Gabriel, he tenido la oportunidad del maravilloso reencuentro eterno donde fluye una energía  especial que me llena de perspectivas.

Luz Gabriela Rodríguez

Marzo 17 del 2010.-