Las personas que deciden fabricar o reparar cosas por uno mismo crece por las ventajas que da a la hora de ahorrar dinero, tener un hobby y ser más sostenibles
El movimiento DIY (Do it yourself, por sus siglas en inglés, o hazlo tú mismo en español) no deja de crecer día a día. Cada vez son más los particulares que deciden hacer las cosas por sí mismos, convirtiéndose en “manitas” a la hora de reparar cosas en casa, hacer muebles o, simplemente, producir objetos de forma artesanal y sostenible, asumiendo valores como el reciclaje y la economía circular.
En un mundo completamente industrializado, el crecimiento de la Comunidad Maker es la respuesta de una sociedad que quiere productos singulares y que huye de las soluciones y los productos que fabrican las grandes empresas y que han hecho que prácticamente todas las personas tengan las mismas cosas.
El movimiento DIY nació en la década de los 50 del siglo XX y hoy en día está más vivo que nunca. La popularidad es tan fuerte que son millones de personas de todo el mundo las que apuestan por esta forma de creación personal gracias a la existencia de una gran oferta de tutoriales de fabricación y vídeos que animan e incentivan a hacer las cosas por uno mismo, favoreciendo al mismo tiempo la creatividad de las propias personas.
Además de esta proliferación de recursos de formación, la popularización de herramientas eléctricas para uso doméstico también ha ayudado a que la gente intente hacer reparaciones por sí mismo, ahorrando dinero en contratar a personas para que lo hagan. De hecho, lo que muchas veces empieza como una forma de ahorrar se convierte en un hobby o un pasatiempos con el que los miembros de la Comunidad Maker disfrutan y no dudan en compartir sus conocimientos y experiencias.
El mayor acceso a estas herramientas más sofisticadas gracias al abaratamiento de las mismas se une a las clásicas herramientas manuales que suelen estar presentes en todos los hogares como son los alicates, destornilladores, metros,… Con estas dos clases de herramientas, las eléctricas y las manuales, cualquier persona con interés puede realizar una pequeña reparación en casa, hacer un mueble de madera con pallets o reparar un cuarto de baño en caso de ser necesario. Tan sólo se necesita ilusión y paciencia para aprender y disfrutar de una práctica que termina convirtiéndose en un pasatiempo.
El movimiento DIY ha ayudado, además, a dinamizar la industria del bricolaje en los últimos años. Al respecto, según diversos estudios de empresas del sector, se estima que cada español gasta entre 150 y 300 euros en artículos de bricolaje. Una pequeña inversión económica que compensa el gasto que se haría al contratar a un profesional para hacer una reparación que una persona podría hacer por ella misma.
Deja un comentario