Teoría extraterrestre de la raza humana

La noción de que la humanidad fue creada por algún tipo de manipulación genética extraterrestre, de acuerdo a algunos investigadores, es la base actual de las historias de la creación, encontradas en los registros Sumerios antiguos y los posteriores escritos Hebreos. Esta idea es planteada en detalle en la obra del académico israelí Zecharia Sitchin, quien utiliza los registros Sumerios para argumentar que el moderno Homo-Sapiens fue creado por seres del espacio exterior llamados «Nephilim». Él cree que los Nephilim crearon a los humanos mediante la modificación genética del Homo-Erectus.

En 1989, la hipótesis radical de Zecharia Sitchin avanzó a otro nivel con la publicación del libro «The Gods of Eden» (Los Dioses del Edén), apropiadamente subtitulado: «The chilling truth about extraterrestrial infiltration – and the conspiracy to keep humankind in chains» (La escalofriante verdad acerca de la infiltración extraterrestre – y la conspiración para mantener a la humanidad encadenada). El autor, un abogado californiano con el seudónimo William Bramley, recopiló las principales investigaciones anteriores sobre el tema de los «astronautas ancestrales» (ver informe aquí abajo) y las reunió con una particular visión conspiratoria de la Historia.

La chocante tesis de Bramley, que confronta casi todas las creencias populares, es la siguiente:

«Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, ha promovido la decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días.» (The Gods of Eden).

La idea de que la Humanidad es el producto de una ingeniería genética, conducida por extraterrestres provenientes de alguna parte, fuera de nuestro pequeño planeta, desafía tanto a la evolución darwiniana como al creacionismo. ¿Acaso los dogmas de la ciencia y la religión nos han cegado la verdad acerca de nuestros orígenes?

La Iglesia Cristiana proclama que un supuesto omnisciente, todo-poderoso «Dios», creó a nuestros primeros padres del «barro», de manera parecida a como el alfarero moldea la arcilla. Sólo cuando Adán y Eva rompen con las reglas de su Creador son sujetos al dolor, la enfermedad y la muerte. Por desobedecer a este «Dios» también condenaron a su descendencia —a toda la Humanidad— a ser «pecadores». El Cristianismo deriva su infortunado relato sobre Adán y Eva del primer libro de la Biblia Hebrea o Antiguo Testamento: el Génesis.

Si interpretamos la Biblia literalmente, asumiendo que se trata de un documento histórico infalible, se nos presenta un «Dios» (Jehovah o Yahvé) quien, por su propia palabra, admite ser celoso, colérico y vengativo. El temor del «Señor» (Jehovah) aparece enfatizado constantemente a través del Antiguo Testamento. Se espera de Él que recompense a aquellos que lo adoran y que mantienen la observancia de la ley ritual, gratificando sus deseos mundanos por posesiones materiales y poder. No se puede dejar de notar que este cruel, sanguinario y egoísta «Dios» se asemeja grandemente a los caprichosos dioses Sumerios.

De acuerdo al Génesis, este «Dios», demasiado humano, desconocía que sus apreciados humanos habían echado a perder su creación al comer la «fruta prohibida». Después de esto, habiendo expulsado a la primera pareja humana del Paraíso, amenazó a sus descendientes con su cólera hasta el día en que ahogó al mundo entero con un diluvio.

Este «Dios» Jehovah, como el historiador Gibbon observa en su obra «The Decline and Fall of the Roman Empire», (Declinación y caída del Imperio Romano; Nota de AFR) es un,

«ser propenso a la pasión y al error, caprichoso a su favor, implacable en su resentimiento, celoso de su supersticiosa adoración, y confinando su providencia parcial a una simple persona y a su transitoria vida.»

La investigación indica que la Biblia Hebrea, lejos de ser un texto histórico infalible creado por un Ser Supremo, resulta ser una gran revisión compilada de por lo menos dos trabajos completamente separados. Reunidos en el Libro del Génesis existen dos trabajos separados conocidos por los académicos como las tradiciones del Norte «E» y las del Sur «J», las cuales son complementadas por revisiones e inserciones adicionales. En la «E» (que contiene los pasajes referentes a los Elohim) reside la tradición pre-Judaica de la gente del Norte, quienes exaltaban al Más Elevado Dios, El, y a los subordinados Elohim. Los pasajes correspondientes a «J», o Jehovistas, describen una entidad totalmente foránea, el malvado Jehovah (YHWH), el «Señor». De acuerdo a Max. J. Dimont, en «Jews, God and History» (Judíos, Dios e Historia; Nota de AFR):

«En el siglo quinto A.C. los sacerdotes Judíos combinaron porciones de los documentos ‘J’ y ‘E’, añadiendo un pequeño aporte personal (conocido como el fraude piadoso); los documentos resultantes se conocen como ‘JE’, ya que Dios en estos pasajes es nombrado como ‘Jehovah Elohim’ (traducido como ‘Señor Dioses’).»

A esto se debe que encontremos, dentro de la Biblia, imágenes contradictorias y conflictivas del Supremo Dios. Encontramos a Jehovah, un dios tribal, enmascarando al Ser Supremo. Los primeros capítulos del Génesis describen un combate impresionante entre dos poderes rivales. Por un lado está el Más Elevado Dios y Sus Elohim, quienes crean mediante su propio espíritu manifestado; y por el otro lado está el malévolo Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de ‘barro’. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios. Aunque posteriormente nombrado el Único Dios, inicialmente los Hebreos conocían a Jehovah sólo como uno más de los muchos Elohim. Ellos citan el Canto de Moisés para distinguir entre el Más Elevado y el Jehovah usurpador:

«Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahvé fue su pueblo, Jacob su parte de heredad».

(Deuteronomio 32:8-9).

Los Cristianos Gnósticos de los primeros siglos, quienes preservaron las enseñanzas originales de Jesús, hacían una distinción entre el Padre Celestial y el dios de la Biblia Hebrea. Jehovah (YHWH) no era el Padre revelado por Jesús. Mientras la Biblia Hebrea revelaba a un dios tribal, el Dios de Jesús era el Ser Supremo Universal de toda la humanidad. El dios Hebreo era un dios de temor, el Padre Celestial de Jesús era un Dios de amor. De hecho, Jesús nunca se refirió al Padre Celestial como Jehovah. El Evangelio Gnóstico de Pedro establece que los Hebreos se encontraban bajo la ilusión o engaño de que conocían al Ser Supremo, pero eran ignorantes del mismo, y conocían sólo a un falso dios, un impostor, cuya naturaleza verdadera era desconocida para ellos.

Los Gnósticos, basados en su profundo estudio del Libro del Génesis, exponen a Jehovah como Satanael el Demiurgo, el poder creativo de este caído mundo material, que es hostil al Ser Supremo. Un maestro Gnóstico dijo cómo el Padre desconocido creaba a los ángeles, a los arcángeles, potestades y dominaciones. El mundo, sin embargo, y todo en él, fue construido por siete ángeles particulares, y el hombre también es obra de los ángeles. Estos ángeles él los describió como artesanos flojos y rebeldes.

Saturninus (90-150 D.C.), quien estableció una importante comunidad Gnóstica en Siria, enseñó que el Único Dios Verdadero, el Padre Celestial revelado por Jesús, habita en el más elevado Reino de la Luz. Entre este trascendente Reino de Luz y nuestro mundo finito existe una vasta jerarquía de arcángeles, ángeles y poderes espirituales; los constructores del Universo y los diseñadores del Hombre. Por necedad y vanidad, Satanael se rebeló contra el Reino de la Luz, liderando a un grupo de ángeles seguidores. Satanael y sus lacayos maquinaron atrapar a seres espirituales en cuerpos físicos. Saturninus contó cómo el ángel creador, Satanael, procuró crear cuerpos físicos humanos a imagen de seres espirituales. De esta manera ellos planearon mantener a los seres espirituales permanentemente atados a cuerpos físicos.

En el recuento de la creación de Saturninus, Satanael, el ángel creador, sólo pudo formar un androide primitivo. Fue necesario animarlo con un ser espiritual de los reinos superiores. Entonces, Satanael atrajo de los reinos celestiales, hacia su universo carente de alma, una «chispa de luz» y la atrapó dentro del cuerpo material de Adán. De acuerdo a Apelles, otro antiguo maestro Gnóstico, los seres espirituales fueron seducidos para descender desde su lugar en los reinos celestiales por la oportunidad de tener una experiencia física, siendo luego atados a cuerpos de carne mediante las maquinaciones de Jehovah. Generación tras generación la «chispa de luz» se incorporó en las formas humanas. Pronto, estos seres espirituales fueron absorbidos tanto en el mundo material que perdieron toda conciencia de su origen en el Reino de la Luz. Se encontraron a sí mismos capturados en el mundo de Satanael el Demiurgo. De hecho, se convirtieron en esclavos de su malévolo creador.

La Iglesia Católica, al aceptar la Biblia Hebrea en su interpretación literal, confunde a Jehovah el dios tribal con el Ser Supremo. Imitando a la antigua Israel, la Iglesia se establece como un imperio político y religioso. Sólo los Cristianos Gnósticos permanecieron en su camino. Los Gnósticos pronto se encontraron siendo denunciados viciosamente como herejes, mientras que sus libros sagrados eran robados y quemados. Gracias al descubrimiento milagroso de algunas escrituras Gnósticas en Nag Hammadi, Egipto, hace cincuenta años, podemos tener una mejor comprensión de las comunidades Cristianas Gnósticas de los primeros siglos de nuestra era.

Un trabajo Gnóstico descubierto en Nag Hammadi denominado el Apocalipsis de Adán, es un recuento de la creación de Adán y Eva. Este libro, que data del primer siglo, pudo haber sido un intento de reconstruir el Génesis original. Dice que Adán declaró:

«Cuando dios me creó de la tierra, junto con Eva tu madre, estaba con ella en la gloria, la cual ella había visto en el Eón de donde hemos venido (Reino de la Luz). Ella me enseñó una palabra de conocimiento del Dios eterno. Y nosotros nos asemejábamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos más grandes que el dios que nos había creado y que los poderes en él, a quien no conocemos.

Entonces dios (el Demiurgo/Satanael), el regente de los eones y de los poderes, en cólera nos dividió. Entonces nos convertimos en dos eones. Y la gloria en nuestros corazones nos abandonó. Después de aquellos días, el conocimiento eterno del Dios de la Verdad (Padre Celestial) se retiró de mí y de tu madre Eva. Desde ese momento aprendimos acerca de las cosas muertas, como el hombre. Entonces reconocimos al dios (Demiurgo) quien nos había creado. Nosotros no le éramos extraños a sus poderes. Y le servimos a él en temor y esclavitud.»

Los Gnósticos entendieron que existen muchas órdenes diferentes de seres. Sus escritos refieren numerosas jerarquías de entidades espirituales, tanto de la Luz como de la Oscuridad. Estos seres no sólo se mueven en frecuencias sutiles, sino que pueden tomar formas en la dimensión física. Como los Esenios y Jesús, los Gnósticos reconocían la habilidad de los «ángeles» de poder corporificarse. Los ángeles caídos eran a menudo referidos como regentes o Arcontes, y el jefe de los Arcontes era conocido por varios nombres como Satabael, Jehovah, Ildabaoth, Sacklas, Satán, Sammael, etc. Ellos poseían el poder para crear cuerpos y creían ser «dioses». Como consecuencia de su estado degenerado le eran hostiles a la humanidad y evitaban que esta adquiriera su liberación espiritual.

John A. Keel, autor de «Disneyland of the Gods», y «Our Haunted Planet» («Disneylandia de Dioses» y «Nuestro planeta cazado»; Nota de AFR), argumenta que el creciente interés aparecido a finales del siglo XX, en relación a los extraterrestres, alienígenas y OVNIS, es solamente una versión moderna de las mismas fuerzas que otras personas y culturas alguna vez identificaron como «demonios» o «ángeles caídos»:

«Los platillos voladores son meramente otro marco de referencia que nos provee de explicaciones aceptables para algunos de estos grotescos eventos. Un fenómeno invisible está acechándonos constantemente y manipulando nuestras creencias. Sólo vemos lo que ellos eligen que veamos, y usualmente nosotros reaccionamos.

«La idea de que el cuerpo humano es el resultado del trabajo de ángeles creadores malévolos es notablemente parecida a la idea de extraterrestres involucrados en ingeniería genética para «crear» al homo-sapiens. ¿Estamos tratando con el mismo fenómeno? ¿Conocían los Gnósticos la verdad acerca del verdadero origen del hombre y de los poderes invisibles que buscan mantener a los seres humanos atados? ¿Son los malévolos ángeles creadores quienes, según los Gnósticos, secuestran a seres espirituales y los atrapan en cuerpos físicos, los mismos dioses creadores extraterrestres de Sumeria? Considere la siguiente observación de un académico Gnóstico, el Dr. Stephan Hoeller:

«Los ángeles estelares y otros espíritus regentes aparecen como tiránicos, limitando las agencias en esta visión Gnóstica. Ellos son usurpadores que señorean sobre la humanidad y la creación con el fin de acrecentar su propia importancia y gloria. Le incumbe entonces a los conocedores realizar esto y alejarse tanto como sea posible de la influencia de estos poderes. El predicamento existencial de la vida humana radica en la incómoda dominación que ejercen estos dioses menores sobre el espíritu de los seres humanos, y de la cual sólo la realización de la Gnosis puede extraerlos.» (Jung and the Lost Gospels).

Los ángeles creadores o Arcontes también se caracterizan como poderes terribles o fuerzas de ilusión y negatividad. Son como carceleros de una prisión, buscando mantener a sus cautivos humanos atados a la Tierra. Atrapado en las ilusiones de la existencia material, el hombre cree que es solamente un cuerpo y no logra darse cuenta de la verdad acerca de su origen. Esta condición perpetúa la ceguera espiritual, dejando a la Humanidad cautiva de los Carceleros.

Sin embargo, los Gnósticos nunca cesaron de proclamar que el Verdadero Ser del Hombre no es su cuerpo, y el mundo material definitivamente no es su verdadero hogar. El Hombre es un ser espiritual y su propósito es la realización de su Ser Superior, esa chispa de luz exiliada en el cuerpo físico. Su destino es retornar al Reino de la Luz, su verdadero hogar más allá de las estrellas.

Debemos despertar y tomar conciencia de nuestro origen, de dónde venimos, cómo fuimos atrapados en este planeta, y cómo podemos lograr la liberación.

El caso Roswell: ¿verdad o fraude?

Los ufólogos han sostenido durante años que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell en 1947, y que se recuperaron varios cadáveres de origen extraterrestre. La versión oficial del gobierno de EE.UU., expresada en un informe definitivo de la USAF es que “nada de naturaleza paranormal o extraterrestre ha ocurrido.” ¿Cuál es la verdad detrás del caso Roswell?

Casi todo lo que esté relacionado con el tema de los visitantes extraterrestres genera pasiones encontradas. A la mayoría de la gente le resulta fácil tomar partido a favor o en contra de cualquier hipótesis. El “Caso Roswell” no es la excepción.

Según cuenta la historia, en de julio de 1947, algo cayó del cielo en las cercanías de la pequeña ciudad Norteamericana de Roswell, ubicada en el desierto del suroeste. El diario local “Roswell Daily” encabezó la edición del 8 de julio con un título que haría famosa a la ciudad: “La Fuerza Aérea recupera un plato volador estrellado en un rancho en la región de Roswell».

El artículo dio la vuelta al mundo. El diario había recogido las declaraciones oficiales del teniente Walter Haut, quien desempeñaba las tareas de vocero de la base militar local. Pero pocas horas más tarde el Estado Mayor desmentía lo publicado por el diario, a la vez que aseguraba que los restos hallados pertenecían a un globo meteorológico de altura. Esta desmentida hizo que Roswell volviese al olvido durante unos años.

Pero, con transcurso del tiempo, varios apasionados por el fenómeno OVNI comienzan a interrogar testigos y elaborar hipótesis de lo ocurrido. A partir de ese momento, lo que había sido “un hallazgo de restos” se transforma en “un complot del gobierno para tapar lo que ha ocurrido en realidad”. Aparecen tantas versiones como investigadores abordan el caso. Se mencionan al menos 6 lugares diferentes para el hallazgo, y el número de cadáveres recogidos por el ejército, siempre según estos investigadores independientes, varía desde dos hasta nueve. Incluso algunos aseguran que el ejército mantiene (o mantuvo) como prisioneros a algunos tripulantes que se encontraban con vida luego del accidente.

Corresponde a Stanton Freidman el honor de ser el primero en publicar un libro acusando al gobierno federal de haber escondido y maquillado el caso. El texto, aparecido en 1978 fue seguido por muchos otros, y más tarde series televisivas como X-Files (“Expediente-X “en España) popularizarían el nombre de Roswell.

Medio siglo más tarde, Roswell se ha transformado en una especie de Meca en la que se reúnen cazadores de extraterrestres, fanáticos y simples curiosos. En 1991, con la presencia del retirado teniente Haut, se fundó el «Museo de Ovnis» en la ciudad. También comienza a celebrarse el «Festival de encuentros extraterrestres», organizado por la Cámara de Comercio local.

El tema explota. Tiene todo lo necesario para atraer la atención: extraterrestres, complot del gobierno, y hasta un video con la autopsia realizada a uno de los tripulantes de las supuestas naves. En varios hangares de las afueras de Roswell, los turistas pueden asistir a conferencias (previo pago de algunos dólares) y comprar toda clase de objetos con la imagen característica de los hombrecitos verdes. El recuerdo más vendido es una cabeza de extraterrestres en falsos frascos de formol (a solo 36 dólares).

Unas 200.000 personas al año visitan Roswell, y gastan unos 5 millones de dólares en recuerdos y servicios de hotelería. Para una ciudad de menos de 50.000 habitantes en medio del desierto es mucho dinero. Quizás esto explique la gran cantidad de testigos locales que aseguran haber visto OVNIS, enanos verdes o casi cualquier cosa que el turista quiera escuchar.

En la vereda de enfrente, está el informe definitivo de la USAF. En él se demuestra que el platillo volador es falso. Por su parte, los ufólogos insisten en que lo falso es el informe. Esto, si no fuera por las pruebas (o ausencias de ellas) significaría una especie de “empate técnico”. Es que los ufólogos no disponen de una sola prueba de que el accidente haya ocurrido. No hay trozos (verdaderos) de la nave, no hay restos o sangre alienígena. Solo relatos de testigos.

El informe oficial es categórico: el accidente de Roswell no involucra a ninguna nave de otro planeta, solo resultó ser “un globo destinado a detectar las ondas sísmicas que pudieran provocar las pruebas nucleares soviéticas”.

La otra “prueba irrefutable” del incidente, según los ufólogos, es el video de la autopsia realizada al cadáver (aunque algunos afirman que estaba vivo al momento de diseccionarlo) extraterrestre. Sin embargo, John Humphreys, responsable de los efectos especiales de la película «Charlie y la fábrica de chocolate», reconoció ser el autor del video, y que la “autopsia” en realidad implicaba a un “muñeco de látex relleno de hígados de pollo». Esto no ha hecho ni mella en la fe de los fanáticos.

Resulta extraño que sea más fácil creer en la hipótesis del extraterrestre y del complot del gobierno que en un simple globo aerostático. Pero sin embargo eso es lo que ocurre.

Seguramente existen muchos mundos habitados en el universo, y posiblemente varios de ellos se encuentren a menos de 500 o 1000 años luz de la tierra. Es posible que muchas de estas razas dominen el viaje espacial, y estén recorriendo la galaxia en busca de otras civilizaciones. Pero también es seguro que lo que se estrelló en Roswell no fue una de sus naves, por más que a la Secretaria de Turismo de la ciudad le guste la idea.

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El diario local encabezó la edición del 8 de julio con un título que haría famosa a la ciudad

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La autopsia: John Humphreys reconoció ser el autor del video.

NOSTRADAMUS…¿Profeta o Impostor?

Nostradamus escribió en su obra profética “Las verdaderas centurias astrólogicas y profecías”, en el año de 1555, los siguientes versos:

“Centuria IX, 41
De castillo Franco saldrá la asamblea,
El embajador no grato será cisma:
Los de Ribiere estarán en la pelea,
Y en el gran abismo negarán la entrada.”

Con estas palabras el profeta vaticinó la guerra civil española.

¿Pero verdaderamente era Nostradamus un profeta?. ¿O por el contrario era un impostor?.

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Desde la publicación de su obra, muchas personas se han visto atraídas por sus misteriosos versos. La mayoría de sus seguidores, afirman categóricamente que Nostradamus predijo todas las catástrofes del mundo, desde su época hasta el futuro año 3797, fecha en la que sostiene que acontecerá el fin del mundo.

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Los críticos de Nostradamus mantienen que la relación existente entre los eventos que han acontecido en la Historia y las predicciones, han sido originadas por las interpretaciones maliciosas de los propios traductores, con la única finalidad de poder «encajar a presión» los sucesos ocurridos con las “falsas” profecías, producto de las alucinaciones de una persona con una mente trastornada.

Nostradamus fue médico y vidente, astrólogo y filósofo, matemático y alquimista. Trabajó al servicio de la aristocracia Francesa elaborando horóscopos para la reina Catalina de Medici, siendo nombrado médico de la corte real por Carlos IX, y prediciendo la sorprendente muerte del rey Enrique II.

“Centuria I, 35

El león joven superará al viejo,
En campo bélico por singular duelo,
En jaula de oro los ojos le atravesará,
Dos choque uno después morir de muerte cruel. “

El 29 de junio de 1559, durante los festejos por la boda del rey de España con Isabel, la hija del rey de Francia, Enrique II participó de los torneos que allí se celebraban. En el primero resultó victorioso, pero en el segundo, el joven conde de Montgomery le clavó una enorme astilla de la lanza que le atravesó un ojo. Murió luego de sufrir más de 10 días.

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(«Enrique II»)

Durante su vida, nunca faltaron las voces que le denunciaron como impostor y defraudador profesional. Esas críticas aumentaron, lógicamente, tras su muerte, y un siglo después de ella, personajes como Pierre Gasendi demostraron que algunos de sus horóscopos contenían errores muy importantes. A pesar de ello, sus Prophéties siguieron siendo una obra de inmensa popularidad, que se ha estado reeditando, analizando y estudiando desde entonces hasta hoy, y que ha sido traducida a numerosas lenguas.

Algunas de las mas famosas profecías que se recogen en su obra son las que a continuación se citan:

«Centuria I, 60
Un emperador nacerá cerca de Italia,
Que será vendido muy caro al imperio,
Dirán con qué gente se alía,
Que les parecerá menos príncipe que carnicero.»

Napoleón nació cerca de Italia, en Córcega, el día después que esta isla fuera anexada a Francia. El Senado francés lo declaró Emperador de Francia. Construyó un imperio extenso pero a su muerte, Francia perdió gran parte de éste. Sus batallas fueron las más crueles que existieron, fallecieron muchas personas en éstas, por esa razón el apodo de carnicero.

«Centuria II, 75

La voz oída del insólito pájaro,
Sobre el cañon del respiral suelo.
Tan alto se elevará del grano la tarifa,
Que el hombre del hombre será antropófago.»

El 13 de octubre de 1972 un avión con 40 jugadores de rugby desde Uruguay iban en un avión para jugar un partido amistoso en Chile. El avión se estrelló en la Cordillera de los Andes, más precisamente en el Monte Hilario. Los sobrevivientes se alimentaron, hasta el día en que fueron recuperados, con los cuerpos de sus compañeros ya muertos.

«Centuria II, 6

Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades,
Habrá dos azotes como nunca vio nada igual,
Hambre, dentro la peste, por el hierro fuera arrojados,
Pedir socorro al gran Dios inmortal.»

En agosto de 1947 Estados Unidos lanzó sobre las ciudades portuarias de Hiroshima y Nagasaki 2 bombas atómicas destruyendo casi en su totalidad a estas ciudades. Murieron más de 200.000 personas y hubo más de 500.000 damnificados. Ese día anualmente se lo conmemora para que nunca más ocurra algo igual.

«Centuría III, 35

De lo más profundo del Occidente de Europa,
De gente pobre un joven niño nacerá,
Que por su lengua seducirá a las masas,
Su fama al reino de Oriente más crecerá. »

Hitler nació en Austria, Europa, en 1889 y fue miembro de una familia pobre. Muchísimas personas lo siguieron, creyeron sus ideas. Su plan consistía en conquistar toda Europa y también Asia. Con Rusia (Oriente) tuvo alianzas momentáneas pero su verdadero objetivo era conquistarla.

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(«Adolf Hitler, en el centro, junto a Goering»)

«Centuria III, 97

Nueva ley tierra nueva ocupará,
Hacia Siria, Judea y Palestina:
El gran imperio bárbaro caerá,
Antes que Febos su siglo determine. »

En 1948 la ONU creó el Estado de Israel. El año anterior Palestina había sido dividido en dos partes: una judía y otra árabe. Israel tomó parte de Siria, Judea y Palestina para crear su Estado.

Profeta o impostor, lo cierto es que Nostradamus ha pasado hasta nuestro días a través de los Siglos, cómo un personaje enigmático de la Historia.

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