Adquirido en la época del inicio petrolero y sufriendo la mala administración del Estado, se mantiene aún en la posibilidad de pasar a manos de la Universidad Peninsular de Santa Elena (UPSE), luego de algunas intervenciones administrativas y judiciales, de la localización de vestigios arqueológicos, de una posibilidad de incrementar sus áreas de terrenos y en particular del recuerdo de la protesta violenta que hicieren los estudiantes y pobladores peninsulares para obtenerlo.
Todo como siempre demorado y no atendiendo a ese requerimiento advertido para convertirse en el primer Hotel – Escuela, proceso recomendado y exigido para mejorar el crecimiento de nuestra actividad en la zona y de que nuestros estudiantes de turismo aprendan en la práctica del hotel, esas “artes de servicio” que son necesarias para lograr las calidades exigidas por nuestros turistas y visitantes.
Lo importante es asumir el reto actual, cuando se está advirtiendo también que los egresados de las escuelas de turismo nacional no encuentran plazas de trabajos o que la actividad turística establecida no los recibe o no oferta plazas, tema para otro comentario. Son varias las instituciones educativas que empiezan a comprender esta necesidad de mercado, así vemos a las que algunas han apostado a la enseñanza de gastronomía o al entrenamiento o preparación de profesionales en carreras intermedias, cortas o técnicas tales como guías, saloneros, barman, agentes de counter y otras, necesidades comprendidas en la habilitación del Hotel-Escuela.
Lo difícil es pasar el tiempo y no hacerlo, por el incremento de sus costos de habilitación, el daño natural en sus instalaciones y la falta de apoyo en la competitividad de nuestros destinos turísticos.