El uso de disfraces en Carnavales

El papel del disfraz en las fiestas del carnaval partió de la idea de disfrazarnos el rostro durante actos donde estaban tolerados todo tipo de excesos con el alcohol, grandes comilonas y fiestas hasta altas horas.

El término alegría está adjunto a la utilización de disfraces y a días de fiestas y diversión. Aun así y aunque nos parezca extraño, estas festividades tienen muchos años de celebración donde no siempre se relacionó al hecho de ponerse un disfraz, esta acción se generó por la mezcla de fiestas y tradiciones provenientes de diferentes etnias.

Los apuntes históricos nos dicen que los sumerios se divertían pintarrajeándose o bien colocándose máscaras alrededor de una hoguera para arrojar a los malos espíritus y tener buenas cosechas y demandar a los dioses que sus tierras fuesen fértiles. Algo que hoy día lo pensamos y nos parece un poco… “raro” ya que hoy día el uso de un disfraz para carnavales es más bien una festividad más, seguramente la fiesta de disfraces más popular con permiso de Halloween.

Por su parte, los helenos o los egipcios también se disfrazaban en homenaje a sus deidades o bien incluso las Saturnales que festejaban los romanos que es la primera semilla de lo que hoy en día es el carnestolendas. Optaban por camuflarse bajo máscaras y otras ropas para asegurar sus identidades por los excesos cometidos.

Por muchos años la celebración del alegría como fiesta pagana se prosiguió realizando con disfraces para asegurarse que sus identidades quedaban en el incógnito, actos que propiciaron que los disfraces y máscaras tuviesen un elocuente protagonismo.

En Europa se lanzó el disfraz, cuando en las fiestas de la alta sociedad se podían mezclar gente de clase baja camuflándose como uno más, exento ser reconocidos por la uso de máscaras y disfraces, esta acción le dio la acrobacia colofón a la implementación de los disfraces en las fiestas.

Los días de Carnaval están relacionada con el momento en que se celebra la Semana Santa. Dentro las dos datas pasan exactamente 40 días, que es el periodo conocido como Cuaresma.

En el tiempo que la Iglesia católica reubicó las datas de las celebraciones, en este caso la Semana Santa, en centenario de la «última comida » festejada por Redentor con sus apóstoles, su botín, padecimiento y renacimiento, el emperador latino Constantino el Grande estableció, en el primer Reunión de Nicea (año 325 dC.), una fórmula para determinar cuándo se haría la celebración de la Hebdómada Santa y esta sería continuamente en la fiesta continuador a la primera luna llena después de la entrada de el florecimiento ( domingo de regreso ).

La celebración anterior a la Cuaresma se le llamó bullicio, cuya fuente proviene del término italiano carnevale y este por su parte del latín carnem levare, cuyo significado es carnem (carne) y levare ( eliminar ): quitar la carne.

Los días de fiesta ( en que casi todo estaba permitido ) produjo el empleo del disfraz y taparse la cara con el objetivo de ocultar la identidad.

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