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Los expositores para escaparates son una fantástica manera de promocionar un producto pero es importante tener en cuenta que no todos los expositores son iguales o, dicho de otro modo, no todos los expositores funcionan igual en todos los lugares. Por eso conviene repasar las características que debería de tener un expositor destinado a escaparates que quiera tener éxito.

1) Tiene que ser llamativo. En un escaparate hay, como regla general, muchas cosas. Por eso hay que tratar de destacar y para eso lo mejor es utilizar varias armas distintas a un tiempo. El color es una de las más utilizadas. Los tonos llamativos atraen las miradas y aunque el truco es muy viejo sigue funcionando como el primer día.

Pero no solo el color puede atraer miradas, a veces es mucho más efectivo el diseño del expositor. Si es original y distinto al resto ese puede ser el motivo por el que se fijen en él.

2) No debe de ser excesivamente grande. Hay que darse cuenta de que en el escaparate tienen que poder mostrarse diferentes cosas para que sea representativo de lo que el cliente puede encontrar en el interior de la tienda. Un expositor grande en exceso puede resultar molesto y acabar por no usarse porque ocupa demasiado.

La excepción a esta norma la tenemos en ciertas campañas exclusivas en las que la marca pacta con el comerciante un escaparate concreto que o bien se ocupa en exclusiva durante un breve tiempo de campaña o bien se ocupa en su mayor parte con un expositor de gran tamaño.

3) Debe de quedar claro el mensaje a una cierta distancia. Cuando se mira un escaparate no se toca el producto ni se ve tan cerca como cuando el expositor está en un mostrador. Por eso es importante asegurarse de que el mensaje llega realmente al comprador.

Para esto se resaltará aquello más importante, sea el precio u otro aspecto de la promoción de modo que se lea fácilmente.

4) Es importante que se vea el producto real. Está demostrado que por muy bonitas que sean las fotografías el comprador desconfía si no ve el producto real. Por eso en el expositor tiene que estar para que se sepa exactamente lo que se está comprando.

5) También tiene que convencer al vendedor. No importa lo bueno que sea un expositor, si al vendedor no le convence no lo va a colocar en su escaparate. Si el expositor llama la atención y es de calidad es mucho más fácil que acabe con una buena situación sin tener que recurrir a otros incentivos.