Es la más grande riqueza potencial con que cuenta el Ecuador. Comprende una extensión de 40.000 km2. Es la mayor cuenca hidrográfica de la costa del Pacífico de América del Sur. De acuerdo con las mareas, en su desembocadura se puede notar el efecto de los flujos de agua fluyendo hacia el Golfo de Guayaquil y al océano Pacífico o por el contrario aguas saladas ingresando más allá del Golfo y penetrando en el continente. Los ríos que forman el sistema hidrográfico del Guayas van de Norte a Sur, hasta confundirse en el lecho de esa arteria fluvial ecuatoriana que desemboca frente a la isla Puná.
Los procesos contaminantes de las aguas del Río Guayas, han sido ubicados desde mucho tiempo atrás y se observan como razones, el desalojo en él de varios tipos de elementos que se generan en la actividad doméstica, industrial y agropecuaria y en particular con desechos sólidos de distinta naturaleza. La contaminación acuífera genera también grandes inconvenientes.
En los últimos días venimos observando iniciativas diversas de trabajos, en favor del rescate de poblaciones comunitarias que están en el Golfo, y que se trataría de favorecerlas con mejoras que solamente tratan de aliviar su modus-vivendi actual. En el norte se continúan produciendo toneladas de desperdicios, afectan en todo su recorrido hasta la bella isla Puná y nos sentimos contentos porque algunos menores de edad los recogen y ahora viven de ellos al venderlos, pero que diariamente hace que los turistas que visitamos Puná, al utilizar sus playas, éstas estén completamente contaminadas por los “mares de plástico” y otras que llegan a la desembocadura del Río.
En la primera quincena de enero, se presentó también una mancha verduzca sobre el Rio, que de acuerdo a los análisis de laboratorio, se ha indicado que son un tipo especial de algas, generándose igual una alerta momentánea.
Mi reflexión final e inmediata: ¿No será prudente iniciar en los orígenes de los afluentes del Río Guayas, los trabajos de descontaminación, control y cultura en el manejo de desperdicios y su resultado final será cero contaminación, mantenimiento óptimo de nuestros ríos y de sus fabulosas zonas de manglares y en favor de todos los intermedios habitantes y así será favorecida también la isla Puná, nuestra Perla del Golfo que desea y requiere un crecimiento turístico, distinto del asumido?
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