Luego de realizar una investigación sobre la existencia de esta modalidad de taxis en los países de nuestra América Latina, encontramos que en todos los países se encuentran legalizados y solamente varían las exigencias requeridas por sus autoridades de tránsito, pero en todos los casos aportan al desarrollo de una imagen segura de país y ofrecen a otros costos, un transporte especial, que está particularmente dirigido a ser utilizado por turistas y pasajeros ejecutivos locales y del continente.
Hemos visto localmente la presencia de “taxis amarillos ejecutivos”, diferenciados por la línea negra dispuesta en nuestra Ley, teniendo una preocupación turística, el de que este transporte podría igual desaparecer ante la aprehensión de tantos vehículos que están esperando su aprobación de trámites y a la confusión que se producirá con el color de los de “servicio regular ambulante”.
La ciudadanía toda viene afrontando los embates de la alta delincuencia así como a las restricciones dispuestas a los sitios de diversión, a los consumos nocturnos de bebidas y otros necesarios, para “asegurar” también el desarrollo turístico del país.
Pero en la investigación, nos encontramos que la hotelería del país y otros servicios turísticos, las empresas y los ciudadanos locales si han utilizado los taxis ejecutivos dotados en todas sus unidades con las exigencias requeridas pero sin cambiar el color del vehículo y que éste servicio si ha producido un resultado positivo a la seguridad actual exigida por todos y en favor de la protección que se requiere ofrecer a nuestros turistas.
Siempre será oportuno el indicar que las presiones ejercidas por los taxis legales ambulantes, tampoco cuentan con el apoyo de la ciudadanía, debiendo ser considerados “empleados de la ciudad”, con una presentación de sus vehículos mejorada, total cambio de imagen personal y de servicios ofrecidos disponiéndoles de turnos de trabajos incluidos en su autorización y que ellos se encuentren impresos en sus puertas y parabrisas de los vehículos, que sus tarifas no sean discutibles debiendo usar los taxímetros, los que no ha existido autoridad alguna que logre su uso obligatorio. De esta forma lograremos regularizar todo los servicios de taxi regulares y en particular el ejecutivo, necesario éste también para nuestras ciudades.
Lo sugerido en el presente, es nuestro deseo de mejorar servicios y lograr eficiencia reconocidas en su prestación.