Se viene hablando muy continuamente de que ésta actividad debe alcanzar toda nuestra preocupación para su desarrollo nacional, pero en sus resultados finales notamos que no todas las áreas que se involucran alcanzan la expectativa turística ni la calidad exigida por los turistas, sean estos extranjeros o nacionales y que en general existe abandono en las iniciativas y visos de fracasos.
Qué está sucediendo entonces… observamos que siempre se desarrollan dentro de destinos turísticos, que tienen mucho impulso, se encuentran bien organizados y en particular muchos deseos para salir adelante. Veamos algunas dificultades que se producen: los accesos a los sitios son malogrados, la falta de calidad manifiesta en los servicios, en los productos, en las instalaciones, en los insumos que se utilizan, en las guianzas o anfitrionías, es decir una falta de competitividad que no les generará mejores ingresos.
Debemos reconocer que en todos los lugares de nuestro país, no se puede desarrollar turismo. Que no todos podemos ser operadores turísticos. Que aunque tengamos hospederías comunitarias o vivencias culturales, eso no es lo único que exigen los turistas. Si bien son excelentes emprendedores, también les falta su legalización, estudios de demanda, conocimientos de tecnología y otras herramientas que los mantengan promocionados y vinculados con los mercados potenciales. En experiencias personales investigadas, hasta son engañados en su pago, en las órdenes de servicios recibidas de los operadores turísticos; otro caso es que su producto se convierte en “exclusivo” de un comercializador.
Se reitera por parte de nuestros gobernantes la gran expectativa de su presencia inmediata al turismo local y mundial, con cursos de guías nativos y otros entrenamientos que no tienen la continuidad requerida, y con una falta de asesorías prácticas entregadas por verdaderos expertos, siendo el resultado del producto nulo. Me recuerdo la oportunidad que tuvimos con la Ministra de Turismo, al recomendarle cambiar “el turismo rural comunitario” expresado, por “la rural en el turismo comunitario” y para ello con un trabajo constante de la Universidad y sus estudiantes de Turismo en su etapa final, previa al ejercicio de la profesión. Somos de la idea, de que hay que asistir a las comunidades en forma paralela y compartida, hasta que se obtengan los resultados de sostenible y de sustentabilidad deseada.
El turismo rural comunitario se inicia ahora y se terminará con la juventud del mañana, ya que su desarrollo es generacional, de acuerdo con casos existentes y ya estudiados en nuestro país.