La tauromaquia de las Fiestas de Quito, seguidas por aquellos que no ganaron la Consulta Popular en Pichincha, nos deja una lección que solamente la historia de los electores ecuatorianos, la juzgará, puesto que si la mayoría se desea matar en el futuro, no lo debemos hacer también los que estamos en contra. Eso es el respeto de la decisión, y lo hemos visto con las actitudes que vivieron nuestros compatriotas habitantes de Guaranda, Ambato y los de Girón, lugares donde no han variado su Buen Vivir por el respeto que ellos tienen de sus tradiciones y cultura ancestrales, procediendo a celebrar sus festivales con el disfrute de todos sus habitantes y justo convocando a la presencia de turistas, que dejan para ellos ingresos interesantes para su desarrollo. Lo importante, es que a los que nos les agrada, no asisten.
En el caso particular de Quito, la Fiesta no decayó comercialmente y esta se celebró, con algunos inconvenientes producidos por los “malos ganadores” quienes han continuado en su empeño ante tribunales y otros. La actuación del Municipio creo que ha sido justa en su respuesta y sin dejar de afectar a los interesantes ingresos de la ciudad, que se producen también por todas las actividades paralelas que se generan y que sirven para la obra pública, así como estar presentes y de no perder el lugar que Quito ha tenido siempre en los recorridos o “Rutas Taurinas”, que se programan en el mundo aficionado a estas artes.
Y en la Televisión de Corea del Sur…Las Corridas de Toros de Quito, fueron también noticia…