Reducción de los egresados en ingeniería

Algunas ingenierías clave para el desarrollo nacional apenas reúnen un puñado de graduados: Metalúrgica, Petrolera, Hidráulica, Minera, Nuclear, Aeronáutica, de acuerdo a los últimos datos de la Secretaría de Políticas Universitarias de Argentina. Mientras que en carreras de sociales, abogacía y psicología egresan casi 34.000 alumnos por año. En total, en 2020 se recibieron 8.303 ingenieros; la mayoría en Agronómica, Informática e Industrial.

Un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) perteneciente a la Universidad de Belgrano, estipuló que la carrera de psicología acumula más de la mitad de los graduados (5.197) que las 32 ramas de ingeniería juntas.

Existe una gran necesidad de ingenieros en el mundo laboral. El desarrollo de un país, en gran parte, depende de ellos. Hay muchas oportunidades en las nuevas tecnologías que precisan de profesionales formados en las últimas novedades de la ingeniería y la técnica.

Es necesario abrir la cabeza para comprender que las ingenierías requieren otro tipo de habilidades, más blandas, que desarrollen profesionales integrales.

Los intentos oficiales por aumentar las tasas de egreso en las ingenierías no trajeron los resultados esperados. La apuesta era lograr un ingeniero cada 4 mil habitantes por año. Hoy tan solo hay 1 cada 6.300 habitantes cuando países de avanzada como China tienen 1 cada 2.000.

El dificultoso paso de secundaria a universidad

La gran dificultad que hay que afrontar radica en la articulación entre la secundaria y la universidad. Muchos piensan en cuáles serán los vestidos de graduacion más vistosos y no cuál será su carrera universitaria.

Los alumnos del último año de secundario tienen serias dificultades para resolver problemas matemáticos sencillos. En las escuelas públicas, es todavía más alarmante: el 80% está en el nivel básico o por debajo del básico, mientras que en los privados la estadística negativa supera el 50 por ciento.

A diferencia del panorama que se presentó a nivel nacional, en la UBA no hubo una caída en los graduados desde hace años, se mantiene estable entre los 650 y 800 egresados por año.

La UTN, por su parte, reúne el 50% de los estudiantes de ingeniería. En los últimos años, notaron una modificación en la tendencia: cada vez más provienen de colegios privados. Por eso, se acercan a las secundarias públicas y revisan en qué falla la currícula, en qué materias deben trabajar y capacitan a sus docentes para enseñar matemática y física.

En la búsqueda de fortalecer la articulación, dictan clínicas en la secundaria para aunar criterios. El ingeniero tiene una cosmovisión que ansía transformar el mundo. A diferencia del científico que también trabaja con exactas, no se conforma con comprender la realidad. Es una persona seteada para llevar adelante una acción transformadora. 

Esta es la visión que se debe mostrar a los futuros estudiantes. La búsqueda de transformar el mundo se debe traducir en acciones concretas que entusiasmen a los jóvenes. De esta forma se puede incrementar la graduación de ingenieros que tanto necesita el mundo laboral.

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