El 25 de febrero pasado el oleoducto privado del OCP (Oleoducto de Crudos Pesados) cercano a la población de Santa Rosa, provincia del Napo, se fisuró afectando a muchas hectáreas de tierras que se encuentran en la reserva ecológica Cayambe-Coca y causando el derrame de 14.000 barriles de crudo y que mancharon de negro la vegetación, las rocas, las orillas y el agua del Rio Coca.
Como es costumbre se actúa tarde, se reporta un menor daño, con algo de negligencia o dolo en sus actuaciones, según lo expresa el Ministerio de Medio Ambiente y por supuesto las disculpas y el máximo esfuerzo en la gestión, no recuperan en nada el daño producido. Mientras, las comunidades afectadas del sector reclaman la ausencia de las verdaderas autoridades responsables y las principales.
Este nuevo proceso de contaminación producido por el petróleo, nos deja una nueva secuela de perdidas que son incalculables, además afectaron a los ríos afluentes del Santa Rosa y Quijos y deja anotada también nuestra incapacidad de poder manejarnos con características de un verdadero sentido de protección ambiental. Esta es otra falla en nuestro falso aprovechamiento y que también es observado por el mundo, cuando se busca también ayuda para la protección del Parque Yasuní…El daño afecta también a los animales, a la agricultura al agua y al suelo… y sus efectos dañinos no se recuperaran jamás… Esperemos ver sus resultados finales, si los conoceremos estos ??? La puesta en marcha del plan de contingencia y del plan de remediación ambiental, resarcirá este grave daño para el país y en particular para estas tierras y su gente ? y cual será el pronunciamiento de Petroecuador y su actual administración diferente?.