Luego de que el hombre evadiera el sensor del bus, el chofer bajó el volumen de la radio…
«Buenas tardes damitas y caballeros, no he venido a incomodarte, he venido a cantarte…. » … «Las manos en los bolsillos, siempre mirando al suelo, la barba sin afeitar, desde hace tres días ya…» Y así siguió cantando. Todos simplemente seguíamos viendo por la ventana, algunos escuchándolo otros no.

Cuando terminó de cantar… «Bueno ahora que he terminado de cantar te voy a decir algo.. no he venido solo, he venido con un amiguito».

Algunos volvimos la mirada hacia él.

Entonces puso su mano cerca de su hebilla queriendo sacar algo de debajo de su camisa, yo lo veía de espaldas porque me senté adelante y el estaba en la mitad del pasillo.

«Bueno como te decía no he venido solo, vine con un amiguito,.. »

Entonces parecía que sacaba algo y lo ponía en el suelo

«Este es mi amiguito»

Todos quedamos viendo hacia el piso, ya no solo éramos algunos , éramos todos,  tratando de distinguir qué había puesto frente a sus pies este señor..

«Bueno ahora que ya tengo su atención…..»

No había nada en el suelo.

Todos levantamos la mirada y entendimos que lo único que quería, era nuestra atención…

«Voy a pasar por cada uno de sus respectivos asientos esperando que me apoyen con su voluntad, lo que uds quieran…. Gracias»

Hoy terminé la primera parte de «mi experimento», . Desde hace un par de meses he tratado de ser «menos dependiente» y no pedir dinero en casa, y almorzar y transportarme ( que es por lo único que realmente tengo necesidad fuera de casa ) con el dinero que yo mismo había ganado del trabajo. Bueno luego de algunos meses llegué al punto de estar sin dinero, pero no calculé que mi déficit caería justo en la época menos indicada, Diciembre, regalos, cenas y demás.

Ahora, mi cerebro sólo piensa en DINERO DINERO DINERO, por fin entiendo y siento la tortura de esa «necesidad», e imagino que si yo estoy así que solo gasto en transporte y almuerzo cómo estarán las familias que ganarán lo mismo que gano y tienen dos, tres, cuatro, cinco, seis…. y más hijos. Qué no harán para conseguirlo! Sus cerebros han de ser máquinas de ideas para hacer dinero, seguramente quieren vender todo lo que encuentran, quieren robar, pedir prestado, apostar y ganar, trabajar, lo que sea!

La pregunta del millón, ¿qué haré yo para conseguirlo?

Miro hacia atrás y observo lo que hacía, cuando físicamente sentíamos que lo podíamos todo, hoy lo deseo de nuevo, poderlo todo.

Hoy vi a esa persona que nos enseñó, a mí y a decenas, a no rendirse, a recuperarse cuando perdíamos y volver a buscar el primer lugar. Hoy vi a Maggi Campos.

Recuerdo todo lo que nos hacía poner durante los entrenamietos, me veo y pienso que soy una figura de acción con todos sus accesorios.

«Pónganse paletas, aletas, pullboy, jean, cinturón con vasitos, amárrense una funda y naden!»

«Vamos!, hoy corremos desde la Jorge Delgado hasta el Policentro y regresamos»

«Vamos!, son 40 vueltas a la piscina y luego hacemos sapitos y flexiones de pecho»

No había quien nos detenga, nos enseñó que podíamos nadar, andar en bicicleta y luego correr, sin descanso.
Descubrimos que la responsabilidad entre deporte y estudios se podía cumplir.
Nos puteó, nos gritó, nos enseñó, y aunque suene masoquista, todo valió la pena.

En aquel punto de mi vida, cuando estaba en la escuela no valoré eso como ahora. Actualmente no corro, nado ni la tercera parte que antes pero mis ganas de hacerlo hoy volvieron.

Al verla, y ver nuevamente a ese grupo de compañeros con los que sudamos la camiseta hasta que nos acalambrábamos, se siente tanta satisfacción y alegría de saber que en nuestro entorno algún día fuimos «pequeños superniños» que salían de la piscina para ponerse su casco, subirse a su bicicleta, pedalear hasta completar las vueltas y luego correr y correr hasta llegar a la meta.

Sensación de alegría, motivo de agradecimiento a ti Maggi Campos.

Llegué al malecón, muchas luces, el río, la gente caminando… estaba el buque Escuela Guayas con sus luces amarillas azules y rojas, sus velas recogidas y sus cientas de sogas amarradas y colgando. Más allá está el mirador, el rojo, el que representa al FUEGO, como el que caracteriza los besos de las parejas en su terraza.. Hacia delante el río y el puente con una sucesión de puntos amarillos o naranjas que cruzan de Guayaquil a Samborondón… Hacia atrás la torre del reloj, la gobernación con el escudo y 1924 en romanos, y ese edificio, el más alto…. quisiera estar allá arriba…

Saludo a cuatro caballeros…. Carlos Julio , Otto .. Juan de Dios y Alfredo…

El mirador de la TIERRA, el de color verde… similar al de fuego, pero su placa a un costado , entre otras cosas dice… «Tierra, señora del fuego, mujer del cielo»…Siento destellos de flash .. fotos junto a la baranda…

El hemiciclo con sus diez u once parejas viendo el río, un joven en la esquina fumando solo y grupos de amigos a un costado de Bolívar y San Martín…

La 9 de Octubre, la plaza Rocafuerte, la iglesia con sus puertas abiertas… me siento en el borde de la pileta y desde allí presencio la misa … he llegado casi para dar la paz.. la gente se saluda y se besa en la mejilla, algunos cruzan el pasillo central hacia los otros bancos para saludar… Un hombre se acerca con una tarrina hacia la pileta y toma un poco de agua, luego se aleja…

Una anciana jorobada, su brazo cuelga de una venda, acompaña a un joven que lleva a un hombre enfermo en una silla de ruedas .. la silla de ruedas se convierte en camilla… se paran frente a la puerta de la iglesia…el joven lo acomoda y se va, la anciana se queda allí parada junto al enfermo con dos vendedores …

Llegó la hora de comulgar, pocos van, los pecados se acumulan hasta el domingo…entonces el hombre que vino a ver agua vuelve a hacerlo, se aleja gritando, no se le entiende, se detiene, se asea el brazo frente a una planta , deja la tarrina y hace gestos karateka como si estuviera peleando …

La gente empieza a salir, la anciana hace pocos centavos… adultos y ancianos, dos o tres jóvenes…»La foto familiar !, la digital le hago!» grita un fotógrafo…

Ya somos veinte alrededor de la pileta…sentados, esperando a nadie o a alguien,…

Se cierra una puerta de la iglesia,,
el loco vuelve a pasar gritando..

Otros cinco metros de madera bendita se cierran…

El joven vuelve y se lleva al enfermo y a la anciana…..

Es hora de irse… Una empanada de queso me acompaña por la 9 de Octubre..desapareció luego de tres cuadras….

Un hombre caminaba junto a mí casi al mismo paso… «Juep*** hermano que no hay plata» y viró en la esquina ….

Una mujer en otra esquina … hermosa.. le lanzan besos pero ella esquiva todo,….

El parque Centenario…la religión es el tema de de conversación de un grupo…gente sentada sin hacer …

En el paradero.. un hombre sin un brazo carga una caja con incienso…. una mujer llorando, a su lado una cara masculina arrepentida…

tres buses se me han pasado…….ya en el cuarto bus…… más adelante, un chico, de quince tal vez, se sube, paga, no avanza hacia atrás aunque sí hay puesto, presiento que tiene miedo, se queda adelante parado… yo me voy a dormir…ojalá no me pase de mi parada….

Caminando por el centro o sentado en un bus, observando a los que cruzan con nosotros la calle o viendo a través de la ventana, puedes darte cuenta que la falta de educación tiene sus consecuencias en la imagen que damos.

Pude ver como un hombre con su dedo se sacaba los mocos de su nariz y se los limpiaba en el poste de luz de una esquina. Otro, que seguramente la mayoría ha visto, hombre orinándose en las paredes. Y el que todos los días veo, siempre hay uno mostrando de una forma tan notoria su morbo hacia una mujer, palabras tan obscenas que solo en el diccionario de la real academia guayaquileña las puedes encontrar.

Avanzamos en tecnología, pero nos quedamos de año en buenos hábitos. Los más viejitos afirman que antes no era así y al menos simpre hubo respeto hacia la mujer. Tal vez antes todas las mujeres se hacían respetar y todos los hombres respetaban. De ambos es la culpa. De aquella mujer, cuyo autoestima es proporcional a cuanto más enseña de su cuerpo. Y de aquel hombre cuya falsa hombría es medida por cuanto más valor tiene para hacer público su morbo.

En parte depende de los valores que se enseñen en la escuela, en el hogar, y de cual sea tu actitud ante las tendencias de la sociedad que te absorben llevándote a hacer y decir cosas que no debes, que da en tí.

En menos de 24 horas dos personas, universitarias, amigas mías me han dicho que no saben que hacer de sus vidas. La verdad, yo tampoco. Quiero hacer lo que me gusta, quiero investigar,
aprender y descubrir es lo que me interesa.
De a poco siento la necesidad de aportar con dinero en casa. De a poco siento que debo irme alejando un poco de la dependencia de mis padres. Rápidamente siento que debo ganar más dinero. Y presiento que tal vez no lo gane haciendo lo que me gusta, porque ante una necesidad, el remedio le gana al medio. Como sea se consigue.

Estaba en el Mall del Sol hablando con unos compañeros, llegó la hora de irse y una de mis amigas pasaba por el San Marino en su carro, ahí me dejó. Yo iba a coger el bus que me lleve a mi casa, pero cuando crucé la calle no me dirigí al paradero, sino que seguí caminando por la calle del Policentro, la que te lleva hasta la Estatal. Iba por el parque de la Kennedy cuando me topé con Alex, un compañero muy religioso que ha tratado de motivarme al bautizo. Yo solía asistir a sus charlas, pero de repente hablar del mismo tema no me gustó y dejé de ir, hoy me lo topo de nuevo. Conversamos sobre mi tesis mientras caminamos, pasamos por la Universidad Estatal, esquivamos estudiantes para poder avanzar, cuando llegamos a la 9 de octubre nos detuvimos . Obviamente él me preguntó cuando podíamos seguir con las charlas, yo le dije que no quería. Nos despedimos.

Seguí mi camino por la calle Tungurahua, algunas cuadras cercanas a la 9 de Octubre están muy pobladas de gente caminando, pero más adelante, es un desierto de postes y casas. Tuve miedo, me podían robar en cualquier momento. Tenía sed. Iba por la calle Colón, creo que era esa, cuando un tipo en una bicicleta se acercó, me dijo OYE COLORADO!.

Solo he sido colorado cuando regresé de Montaña sin ponerme bloqueador así que ese tipo habló tonteras, yo soy «amarillo». Ese tipo de gente que se te acerca de repente y te habla así como que todo sabido no da nada de confianza así que los nervios me hicieron hablar: -NO ME PIDAS NADA! . Le dije con voz de cabreado, y me quedó viendo, yo seguí caminando, el siguió en su bicicleta. Miré para atrás un par de veces para asegurarme que se alejara.

Caminaba y caminaba, me empecé a cansar, las calles eran desoladas. De repente hallé mucha luz que provenía de varios restaurantes, la mayoría eran asaderos de pollo. La calle era Gómez Rendón. En la esquina había un puesto de morocho, me tomé uno ahí sentado frente a la carreta.

Seguí mi camino. Me dio más sed. Mientras caminaba veía las calles perpendiculares a Tungurahua, en la mayoría habían 2 o 3 personas. Los postes no estaban dañados por suerte, siempre había algo de luz. Me topé con un vagabundo antes de detenerme en Calicuchima a comprar una botella de agua.

Seguí mi camino, alcancé al vagabundo que se me había adelantado cuando me quedé comprando agua. Ya las calles se ponían más tenebrosas, oscuras y otras alumbradas, menos gente en unas, más gente en otras. Había grupos de vecinos conversando afuera de sus casas, mayores, jóvenes, solo hombres, solo mujeres, con sillas plásticas, con banquitos, algunos bebiendo cerveza, niños jugando en el portal. Muchos niños, en medio de la calle jugando a no se qué, otros más grandes jugando índor, carros abandonados, el Hotel Queen que debería llamarse Hotel Blue porque es demasiado azul, hasta las luces.

Me hubiera gustado tomarle una foto a ese hotel, para que vean lo azul que es.

Mi agua se acabó,  llevé mi botella vacía el resto del camino, llegué al final de la calle Tungurahua en una curva lamparísima que la caminé más rápido solo por si acaso. Iba por Acacias, gente!, mucha gente!. Me sentí más seguro o menos inseguro. Hay varias carretas que venden comida chatarra y puestos de venta de CD´s pirata.

Hay una parte de ese camino que es muy estrecho, han puesto unas rejas verdes a la altura de la curva que lleva de la calle Antepara a la 25 de Julio. Sigo por Acacias, paso peatonal a un lado, gente esperando bus en el paradero. Mall del Sur!, ya está cerrado, son las 9 y 40 de la noche. Hospital del IESS, con cuatro o cinco homosexuales en la esquina.

Sopeña, gente esperando bus.Puentes de la Perimetral, qué difícil que es cruzar esas calles, muchos tráilers pasan. La panadería de colombianos, banco de la vivienda.. Por fin! Riocentro Sur!

Me duelen los pies.  Pero fueron dos horas interesantes. No todos los días se atraviesa la ciudad de norte a sur, caminando 😉

En medio de la nada, viendo hacia no sé donde porque el pensamiento ha hecho que me fije en un punto el cual no observo aunque mi mirada se dirija hacia él, en un estado zombie viviente, ideas van, ideas vienen, todo sobre mi vida, qué he hecho de ella, qué me queda por hacer.

Vendrá de nuevo

Comentaba un amigo que Nostradamus dijo que el papa iba a ser desterrado de la iglesia romana por algo muy malo que hizo.

Que Nostradamus dibujó dos torres en llamas, 11 de septiembre seguramente.

Y que lo que Nostradamus escribía posiblemente lo sacó de unos escritos 300 años más viejos que él. Escritos en los que se afirmaba que habría una segunda venida de Dios, que duraría 1000 años y todo sería felicidad.

Opinión:

¿Será que debemos guardar esperanzas de que venga Dios y nos quite toda forma de sentir malestar en lo físico, espiritual y emocional?

¿O dirá que felicidad se consigue aún con maletares? ¿Qué enseñará de nuevo? ¿Dirá que todo ya está en la Biblia y no hay más que enseñar?

¿Dios vendrá y dirá : Ya ven, ya vine, ya crean?

Y escogerá «apóstoles» entre toda la gente de este mundo, serán «los elegidos» los llevará a cada uno a un mundo diferente, porque allí Dios nos contará que existen otros mundos parecidos y que cada uno necesita un Jesús .

Me invento.

En medio de la nada, viendo hacia no sé donde porque el pensamiento ha hecho que me fije en un punto el cual no observo aunque mi mirada se dirija hacia él, en un estado zombie viviente, ideas van, ideas vienen, todo sobre mi vida, qué he hecho de ella, qué me queda por hacer.

El uso de un Dios.

Un Dios para temer, un Dios para adorar, un Dios para idolatrar, un Dios para rezarle, para pedirle, otro para conversar, otro para que nos proteja. Que sin fe no hay nada, que sin fe no hay salvación, que Jesucristo murió en la cruz por nosotros, que María era virgen cuando quedó embarazada.

Me preguntaron: -Si pudieras retroceder el tiempo, a qué época irías.
Yo dije: – A la época de Jesús, desde que el ángel se le presentó a María.
-¿Para qué?
-Para escribir la historia completa.

Es que para el incrédulo y curioso que tiende a ser picado por no saber el por qué de las cosas, o para el que cree a veces porque siente que recibe señales; en ambos casos, YO…. no basta con que los demás le digan que debe tener fe.

Porque la fe tiene su trampita, se trata de creer, en lo que no ves.
Pero si no lo veo como lo creo?
Ahí está! De eso se trata.

Puedo tener fe de que te irá bien, te irá mal, pero se me hace más difícil decirte que tengas fe, en Dios.

Es que no defino bien la palabra Dios.
Ser magnífico que con su poder creó al hombre y los planetas, el universo lo hizo él.
Extraterrestre?
Fuerza molecular muy grande?

Y a donde se fue?

Si vino el hijo de Dios una vez, hablo de Jesús, por qué no viene de nuevo, en otro cuerpo obviamente, pero me refiero al hecho de que si el mundo está tan mal, y necesita un cambio, y el cerebro humano no entiende que debe hacer bien las cosas, que venga Jesús para que ponga orden. Mi ignorancia será eliminada y diré que he sido un gran tonto por no creer con todas mis fuerzas. Y los que han esperado se sentirán a salvo.