Huahua Sumaco, jóvenes del lugar cuentan sobre misterios y leyendas existentes en los alrededores, en lo interno de la Reserva Napo-Galeras y en la reserva Sumaco, los secretos de la selva y vivencias que ellos han tenido con la naturaleza.
Por un sendero vamos caminando hacia a la cascada del río Pungullo, la llaman el Amu de la Cascada, son dos caídas de agua de ocho metros, en medio de ellas la formación de piedra representa a la cabeza de una boa; según cuenta la leyenda, mucha gente ingresaba a sus aguas sin realizar sus rituales y veneración, esto provocaba que la cascada se ponga furiosa atrapándolas con la crecida de sus aguas, lluvias torrentosas y fuertes vientos. Los Shamanes o Yachak se bañan en ella para energizarse, purificarse y adquirir los poderes naturales que necesitan para sus limpias y curaciones.
Junto a la cascada hay una pequeña planta hidroeléctrica que un alemán había construido para suministrar electricidad a la comunidad donde habitan 300 personas. Con las energías adquiridas en la cascada, seguimos por el camino pedregoso, algo largo del camino saludamos con familias que caminan por ahí, donde mirando a las mujeres llevar sus hijos pequeños colgados de un lado de su cuerpo, a diferencia de las mujeres serranas que los cargan en sus espaldas, al otro costado llevan en sus shigras las hojas de bijao para preparar los maitos y las hojas de guayusa para la bebida que nunca falta en sus hogares.
Ángel Zamora