Los mitos y leyendas siempre han sido una parte esencial de las tradiciones de los distintos pueblos de la provincia, y a su vez una estrategia para ganar el interés de los turistas que acuden hasta los lugares tradicionales para conocer nuevas costumbres.
Uno de los lugares que tienen tradiciones pero a más de esto flora y fauna es el Cerro Cacharí, que no solo se lo ha caracterizado como atractivo natural, sino también es un escenario de un hecho mitológico que es el que caracteriza el aspecto cultural de la población. La Leyenda es la siguiente:
La piedra del Cerro Cachari
Hace muchos años, en las cercanías del Cerro Cachari; cuentan que una preciosa jovencita de cabellos dorados y blanca piel paseaba solitaria al ponerse el atardecer con un mate de plata y un peine de oro que recorría su larga cabellera.
El joven teniente Echeverri, cautivado por lo que había escuchado y picado por la curiosidad, se aventuro una tarde a caminar por los alrededores del lugar donde le habían dicho haber visto a la chica; estaba punto de oscurecer y un cielo tachonado de estrellas aparecía dando un manto de misterio a la ocasión.
Caminó por horas, cuando estuvo por darse por vencido se dio lo que tanto esperó… de repente apareció sonriente una jovencita muy linda, la más hermosa que había visto jamás.
La joven se acercó y él muy nervioso no sabia que hacer a lo que ella le dijo: “No temas, no voy a hacerte daño… dime que prefieres, a mí o a los objetos que tengo en mis manos?” a lo que el le respondió: “me quedo contigo, no me interesa lo demás”
Ella visiblemente feliz lo guió hacia una barca que estaba en una laguna cercana y le indicó a la distancia un lugar al cual el debía remar, pero antes de zarpar ella le dijo: “oigas lo que oigas no mires hacia atrás” a lo cual el asintió con la cabeza.
El empezó a remar con rumbo al lugar que le habían indicado sin imaginar la aventura que iba a tener. Se escuchó a lo lejos un rumor y luego un grito desgarrador, un sudor frió recorrió su cuerpo y no pudo más; haciendo caso omiso de la advertencia de la muchacha miro hacia atrás y sintió que unas manos invisibles lo empujaron fuera de la barca.
Empezó a nadar con todas sus fuerzas y se encomendó a todos los santos pidiendo un milagro que le salvase la vida. Su devoción fue tal que sintió como una fuerza sobrenatural que lo deposito suavemente en la orilla.
Para ella era la última oportunidad para ser feliz y vivir como todos los mortales.
Luego de aquel incidente, se internó en lo más profundo de una cueva que hay en el cerro Cachari permitiendo que una mano amorosa y compasiva la convierta en una piedra en forma de corazón que es la que podemos apreciar hasta ahora en la gruta del cerro Cachari.
Andrea Zambrano