A los profesores les gustarían que sus estudiantes crecieran y los superarán. Es inevitable despues de unos años en la pista de las actividades profesionales, ambos aparecen en la misma línea de partida.
En un término especial un grupo de tres personas se aparecieron a presentar el proyecto de Sistemas de Bases de Datos 1, como profesor siempre me cuidaba de la calidad de los entregables de un software en donde se pintarían los códigos de un proceso y que sean coherentes con el lienzo de la memoria de una base de datos relacional.
Mientras Pedro explicaba el proyecto, el Sr. Faytong y su otro compañero, se pusieron a conversar una de las historias más raras que he escuchado para cambiar la atención de un profesor. Mirándonos, el Sr. Faytong me dijó :
-«En la casa de este man, mientras hacíamos el proyecto, se apareció un duende.»
– «Se lo Juró Ingeniero»
-«Yo lo ví»
– «Cruzo desde la sala hacia la ventana»
– «Todos estábamos asustados»
Entonces le pregunte al Sr. Faytong: » Y cómo era»
En donde me respondió:
– «Solo le ví el gorro»
Los mire a los 3 y les dije, «ojalá que el duende sepa SQL para que les corrija las siguientes opciones que están mal programadas, que tendrán que entregar mañana».
Al siguiente día entregaron los cambios y me dijeron: «Gracias al duende, Ingeniero».
A la memoria de uno de mis mejores estudiantes de Sistemas de Bases de Datos 1, Ing. Jorge Eduardo Faytong Real.
Ahora si yo creo en duendes, pues Sí. Pero también creo que ese duende era un ángel, que no sabía SQL.