Un día en la mañana, me encontré con un matemático en un café, después de conversar sobre varios temas, se le salió un reflejo de iluminación. «La ciencia es una sola, no sé por qué le ponemos nombres diferentes». Y de una otra forma, si los que hacemos ciencia, buscamos la verdad, estaremos acercándonos a «la verdad» o lo que borrosamente creamos que es ella.
Me asombro con todas las personas que tienen sabiduría. Éstas leen, estudian, practican y sobre todo investigan. De repente dentro de los resultados del proceso de Investigación y en medio de una publicación basada en IMRAD y en Peer- Review, aparece algo, algo nuevo – conocimiento – . A veces pienso, que es una «revelación».
Pero los pasos de un investigador es duro, de hecho es comparado como un sacerdocio, donde los patrones o santos, son capítulos de la ciencia que estudia, en vez de rezar un rosario, tienen que dar clases para recordar y afianzar. He allí, cuando la resurrección aparece, el investigador tiene que sacrificar parte de sí y volver a nacer con el nuevo conocimiento, es hora de avanzar, ya lo anterior se sabe, pero el mundo no solo gira, sino tambien cambia todos los días.
Ser cristiano e investigar es importante.
«Por esto he sido nombrado mensajero y apóstol, y se me ha encargado que enseñe la fe y la verdad a los no judíos. Lo que digo es cierto, no miento» (1 Timoteo 2:7)