Después de leer, el artículo Se puede crear empresa por menos de 100 euros al mes, me imagino que ahora que nos encontramos en la licuadora de la globalización, en la lavadora de las aptitudes y las actitudes laborales y en los ambientes de tostadoras de neuronas rutinarios. Es posible que no encontremos un trabajo o laburo que incluya la felicidad como nuevo atributo social.
Para empezar la jornada laboral, comienza con actividades repetitivas, que son modificaciones debido a los contextos cambiantes suerte de la incertidumbre, en la que nos encontramos.
Segundo, el ingreso de dinero puede desilucionarnos, debido a que los costos de vida sean superiores o que sencillamente queramos expandir la estructura de desigualdad economica de un país.
Tercero, el hecho de ser materialista, dentro de mundos abstractos, crea distancias de los logros.
Cuarto, la felicidad cambia en el tiempo o por las experiencias que se tiene.
Quinto, el dependentismo o el fenónemo de no salir a casar las presas todos los días, nos deja dentro de una burbuja laboral.
Tomar acciones de riesgo, que nos muevan dentro de dos o más ambientes laborales, de manera que podamos tener la mezcla entre rutina y nuevos emprendimientos. Genera la cantidad de insulina que motiva a nuestra ser, buscar la felicidad en el trabajo o un trabajo en el que sea feliz.
A la final, ser feliz es una decisión, la pregunta que queda abierta es ¿de quién?