Archivos
Gaudencio Zurita

Álgebra Lineal en Youtube

Archive for junio, 2010

A 217 llegó el número de denuncias semanales de Robo Agravado

miércoles, junio 30th, 2010

A 217 llegó el número de denuncias semanales de “robo agravado” presentadas en la Fiscalía de Guayaquil, para el período que va desde el sábado 19 de junio al  viernes 25 del mismo mes del presenta año; este valor es el segundo más alto que registra el Centro de Estudios e Investigaciones Estadísticas ICM ESPOL, en los últimos cinco años. El más alto, se contabilizó también el 2010  y llegó a 222.

El total de denuncias semanales fue de 999, que comparadas con las  854 de la semana anterior, registran también un incremento digno de ser tomado en cuenta. Se denunciaron 14 violaciones, una menos que el período semanal previo.

Los homicidios bajaron a 9 la semana en referencia, contra 12 de la previa.

El secuestro express mantuvo la misma cifra que la semana anterior ,9; el robo agravado contabilizó  193 denuncias, en la lectura previa.

Las 999 denuncias se reparten 250 por “delitos contra las personas”; 207 “contra la propiedad” y las restantes para “otros” delitos.

Nótese que esta semana es la primera que se reporta con sus 7 días  bajo la restricción de venta de bebidas alcohólicas y es también la semana en la que más se presentan denuncias en la Fiscalía en lo que va del año; y, los delitos contra las personas superan con amplitud a los delitos contra la propiedad.

¿Ocurrieron mas delitos o las personas están aprendiendo a denunciar?

Veremos, una semana no da elementos concluyentes para afirmar que existe tal evidencia. 

Gaudencio M. Zurita
Guayaquil, junio 30 de 2010

La falta de completitud de las estadísticas delincuenciales

jueves, junio 24th, 2010

Gaudencio Zurita Herrera
Profesor  ICM ESPOL
Guayaquil – Ecuador

La Estadística es una de las herencias del siglo XX de la que no puede prescindir el homo sapiens; son sus detractores quienes  no la entienden y en determinadas circunstancias quienes  sienten afectados sus objetivos o imagen por algún resultado estadístico, pero no pueden prescindir de ellas. Son estos personajes los que en algún momento  sacan a relucir la expresión generada hace  casi dos siglos que afirma “existen dos tipos de mentiras: las malditas  mentiras y las estadísticas”. Pero no pueden vivir sin ellas, aunque sí aspiran que siempre les favorezcan.

Hacer Estadística es una actividad que requiere profesionalismo, que requiere preparación específica; así como hace cien años el ingeniero antonomástico era el ingeniero civil,  hoy existen ingenieros mecánicos, electrónicos, químicos, etc., para efectuar  trabajos específicos de ingeniería;  los aficionados no pueden hacer Estadística profesional ; si está en el currículo de casi todas las profesiones universitarias es para que puedan interpretar sus resultados profesionales, no para que se conviertan en estadísticos.

El común de los ciudadanos también se ve obligado  a referirse a las estadísticas, particularmente cuando algún hecho  cuantitativamente medible y que lo afecta,  se desborda. Recordamos nuestra  experiencia con la inflación el año 1989 cuando el índice de precio al consumidor bordeaba el 100% de variación anual o el censo de población de 1990 cuando cada quien lanzaba al viento  los millones de habitantes  que este evento estadístico les había “quitado”; hoy nadie habla de eso porque en mucho, la dolarización puso a la inflación en términos manejables y porque los crecimientos poblacionales han llegado a ser entendidos por los interesados en utilizarlos. Censos y medición de fenómenos inflacionarios siempre fueron efectuados  de la mejor forma, dentro de lo  que la masa crítica del país permite y hoy se sabe  vivir con ellos y utilizarlos de buena forma;  pero de la “isla de paz” al Guayaquil del siglo XXI, no hemos aprendido a comprender sus cifras de la delincuencia.

El gran público siempre considerará que las estadísticas reflejan menos de lo que realmente ocurre en cuanto a delitos y los que tienen la responsabilidad de ofrecer seguridad  siempre querrán que éstas cifras aparezcan a niveles inferiores, por lo que al final de finales deciden que es mejor que ellos mismos las manejen. Esa no es una buena estrategia , Dora Nevares  en su  libro “El crimen en Puerto Rico”  refiriéndose a las estadísticas que lleva la policía norteamericana señala:  “Las estadísticas del F.B.I. son criticadas por tener varias fuentes de error y entre las críticas más comunes están:  la víctima no siempre informa el delito;  o, la víctima informa pero la policía no llena el correspondiente informe, o, el informe no se llena correctamente; o,  los datos pueden ser manipulados por los departamentos policiacos para satisfacer objetivos específicos”. Existe abundante literatura al respecto y podemos referir al lector a W. Gove en su trabajo Are Uniform Crime Reports a Valid  Indicator of Index Crime?,  o trabajos de D. Black o G. Báez sobre el mismo tema.

Las estadísticas de un hecho social tan sensible deben ser llevadas a nivel nacional por terceros neutrales cuyo interés no sea la inflación o deflación de las cifras sino los intereses  del país. Cuando hablamos de estadísticas no solo nos referimos a las de impacto público inmediato sino también a las que no se conocen y que  muchos no saben que deben hacerse para remediar de manera efectiva  la cuestión delincuencial  porque son las que permiten que los “Tanques de Pensamiento” diseñen efectivas estrategias de prevención delincuencial. 

Existe un   esfuerzo editorial loable  efectuado por el Municipio de Quito y Flacso en el que a nivel de diagnóstico preparan al país para el siguiente paso; igual el Municipio de Guayaquil hace esfuerzos en favor de  la  seguridad ciudadana a través de una corporación destinada para conseguir tales fines; no debe desconocerse el esfuerzo efectuado en los últimos años  por el gobierno central  al dotar de mejor infraestructura  a la policía en Guayaquil;  pero los esfuerzos  no son coordinados;   falta “el siguiente paso” y ese es el paso que aparentemente no queremos o no sabemos  dar como grupo humano. Todos aceptamos  que debe ser  un esfuerzo conjunto,  separados  no llegaremos muy lejos y que antes de pensar seriamente en llevar la delincuencia a niveles tolerables no debemos olvidar que la prevención es lo que evita que la enfermedad surja y que la represión es la medicina cuando el cáncer ha surgido. No permitamos  la metástasis. 

Esta es la cuarta entrega que consta de cuatro.

Estadísticas de Delitos en Guayaquil: Boletín 2-2010

miércoles, junio 23rd, 2010

Un Total de 854 denuncias se presentaron en la Fiscalía de Guayaquil en la semana comprendida entre el sábado 12 de junio de 2010  y el viernes 18. La semana pasada se presentaron 928.

De las 854 denuncias 238 corresponden a delitos “contra las personas” y 203 “contra la propiedad”; las restantes corresponden a otro tipo de delito.

Se registran  12 denuncias de homicidio, 193 de robo agravado,  secuestro express 9; y, se denuncian además 9 plagios.

En lo relacionado con los delitos contra la propiedad el robo simple llega a 64 denuncias, 35 son denuncias de  hurtos, 28 robos en domicilio, y 24 en locales comerciales.

La serie temporal de robo simple mantiene su tendencia a la baja con respecto a  años previos pero homicidio y robo agravado mantienen niveles altos. Véase las series de robo agravado y homicidios.

En este informe no se registra  completamente la restricción de la venta de bebidas gaseosas pues solo llega hasta el viernes 19 de junio.

Guayaquil, junio 23 de 2010
Fuente: Centro de Estudios e investigaciones Estadísticas ICM ESPOL

Los Observatorios del Delito

miércoles, junio 23rd, 2010

Gaudencio Zurita Herrera
Profesor  ICM ESPOL
Guayaquil – Ecuador

No existe sociedad en la que se haya logrado extinguir el delito, pero sí existen sociedades que han logrado mantener sus tasas dentro de rangos “tolerables”, para darle un calificativo. Las aproximaciones  al delito que cada conglomerado humano efectúa son diferentes, pero  la aproximación que nunca falta es la represiva;  la que todos dicen entender pero no practicar es la preventiva.

Las sociedades que optan solo por la represión no logran éxitos frente la delincuencia, apenas si logran paliarla. La prevención está en el trabajo que se haga con los jóvenes antes y después de que incurran en sus primeros delitos ; está también en procurar plazas de trabajos para los jóvenes al terminar su ciclos de estudios; está en proveer un sistema educativo que posea 100% de cobertura pero que además privilegie la calidad ; está en proveer a las familias los equilibrios que combatan los desequilibrios que la  misma  sociedad les impone; está en evitar la urbanización  no planificada  de las ciudades;  está en estudiar la pirámide poblacional   para saber el porcentaje de población entre 12 y 18 años; está en legislar con oportunidad y propiedad;  está en reconocer que el tráfico de drogas existe  y que así como hay quienes de ese mal lucran, existen también consumidores en el medio que están esperando ser rescatados; está en la comprensión que adquieran los medios de comunicación social en el sentido de que los hechos positivos también son noticia;  está en toda acción social que sociedad civil y  gobiernos seccionales y central  concertadamente emprendan; etc., etc..

El diseño de estos grandes lineamientos es lo que le corresponde efectuar  a los Observatorios del Delito; deben ser verdaderos “Tanques de Pensamiento”, no  al servicio del gobierno central, sino al servicio de la sociedad, pues debe reconocerse que no siempre esos dos tipos de intereses coinciden y en caso de conflicto  deben prevalecer los de esta última.

En estos observatorios deben estar las universidades y politécnicas con sus escuelas de Sociología, Sicología, Criminología, Medicina, Geografía, Estadística, Comunicación, Computación, Jurisprudencia, etc.; también los grupos sociales organizados, los gobiernos seccionales y el gobierno central a través de los ministerios del área   social y de seguridad interna. Allí se debe analizar y sugerir a los distintos actores sociales las estrategias y acciones que es necesario llevar a cabo  para combatir, pero fundamentalmente para prevenir, las desviaciones a lo convenido en el Contrato Social vigente. 

Deberían estos Tanques de Pensamiento manejar estadísticas y hasta encargar estudios específicos como  son las estadísticas  longitudinales a cohortes de jóvenes delincuentes, encuestas de victimización, mapas delincuenciales, etc..  Lo que no debe ocurrir es que estos observatorios sean dependencia gubernamentales encargadas de proveerse sus propios insumos cuantitativos. Todo esto sin perjuicio de que las instancias fiscales tengan su propia estructura dentro del sistema administrativo gubernamental, que sirva a sus objetivos específicos.

Por muchas razones las estadísticas que manejen las dependencias gubernamentales pierden la confianza ciudadana, en particular las estadísticas de la delincuencia. 

Esta es la tercera entrega que consta de cuatro.

 

Como medir el delito

martes, junio 22nd, 2010

Gaudencio Zurita Herrera
Profesor  ICM ESPOL
Guayaquil – Ecuador

En los últimos cinco años hemos estado en el Centro de Estadística ICM ESPOL , midiendo la seguridad en Guayaquil a través de los delitos denunciados en la Fiscalía . Lo que medimos son los delitos contra las personas y contra la propiedad y  que posterior  a su realización involucran a los órganos de represión del estado; aclaramos eso porque delinquir es faltar a las disposiciones legales vigentes, aunque como dice Mario Bunge, “el delito es la más dañina pero la menos comprendida de las conductas torcidas”.   Señala el mismo Bunge, que lo que nos obnubila  es la concepción de  que al delito por sobre prevenirlo hay que castigarlo.

Lo que  en estos  cinco años medimos no son crímenes ambientales o delitos políticos o culturales; medimos homicidios, robo agravado, plagio, secuestro exprés y violación en lo referente a la canasta de delitos contra las personas;  así como robo simple, hurto, robo en domicilio, robo de vehículos, robo en local comercial y robo en bancos en lo que corresponde a delitos contra la propiedad.  Hemos construido  las series temporales – semanales-  de cada una de estas transgresiones a la ley  desde julio de 2005 y hemos estudiado su evolución hasta ver como se estabilizaba  el “robo agravado” en alrededor de cien de estos hechos sociales cada semana ,  hasta cambiar y  tomar un patrón ascendente a partir de enero de 2009, registrándose en la semana del 13 al 19 de marzo de 2010 la más alta cifra  desde que llevamos esta contabilidad: 222 denuncias de robos agravados en una semana. Véase patrón de este delito en el gráfico adjunto, en el que desde el año 2005 hasta el 30 de abril de 2010 , se presenta la serie temporal del delito definido como “robo agravado”. Igual se presenta la serie de “homicidios” para el mismo período. Todo basado en las denuncias presentadas en la Fiscalía de Guayaquil.

La más frecuente pregunta con la que nos enfrentamos cuando conversamos con amigos, allegados o medios de comunicación social es ¿Cómo  van los delito?  ¿suben o bajan?; y con el mejor de los humores intentamos decirles que el delito para que tenga una medida única debe tener primero una “canasta” que permita construir un índice  que exprese cual es el estado de la delincuencia medida de una forma cuantitativa  al mismo tiempo que objetiva, dentro de lo posible; y,  que para  delitos en particular  lo que se construyen son “tasas” por cada cien mil habitantes.  

Dado que se tienen las series temporales que correspondan, un delito se considera que crece, si en un período anual, supera al crecimiento poblacional, de esta manera el crecimiento, en cuanto a valor absoluto,  equipara al de la población, haciendo el mismo efecto sobre cada ciudadano mientras que las tasas se mantienen constantes.

Si por ejemplo en una población de 100.000 habitantes ocurren 100 delitos del algún tipo , la tasa anual es de 100 delitos  por cada 100000 habitantes ; si el crecimiento poblacional  anual es del 2 por ciento,  el año siguiente habrán 102.000 habitantes en la población y si ocurren 102 delitos del tipo analizado, el crecimiento delictivo porcentual es igual al de la población y por tanto no ha crecido el delito; si ocurriesen menos de 102 delitos, la delincuencia disminuiría; y, aumentaría si se producen 103 o más delitos.  La tasa anual de ese delito será al igual que el año anterior, 100 delitos por cada 100.000 personas.

Si se quiere dar un índice  no de un delito sino de la delincuencia en general, en un ámbito geográfico, se debe  construir una canasta de delitos, establecer la  ponderación para cada uno de ellos, valores que pueden reportase con la periodicidad que se estime pertinente. 

Esta es la segunda entrega que consta de cuatro.

El delito como hecho social

lunes, junio 21st, 2010

Gaudencio Zurita Herrera
Profesor  ICM ESPOL
Guayaquil – Ecuador

Por años vivimos la ilusión de que el Ecuador era una “isla de paz” y que aquello iría así por siempre  ya que solo dependía de nosotros.  Mientras Sendero Luminosos marcaba el desangre de Perú, y varios frentes guerrilleros el de Colombia,  creíamos ser inmunes a los vientos de la violencia de génesis político y apenas si de vez en cuando uno que otro hecho de sangre irrumpía en el pacífico quehacer  de nuestra ecuatorial existencia.  

El  “secuestro exprés” no era una  frase conocida en nuestro diccionario, ni que decir del término “sacapintas” o de la “escopolamina”;   hablar de estadísticas delincuenciales no cabía en el portafolio de los medios de comunicación ni del común de los ciudadanos. El “narcotráfico” se generaba  en  todas las naciones en las que alguna vez constituyeron  el Tahuantinsuyo, menos para nosotros. El “sicariato” no podía ser que nos afecte, apenas si se conocían casos “folclóricos” en alguna provincia costeña.

Y  llegó el siglo XXI y se cayeron las torres  y todo lo que es seguridad se reconfigura en el mundo; y, somos parte del mundo, con el agravante que  la sociedad de la información ya había llegado; surge una nueva recesión mundial en la que  tener trabajo es un lujo y no satisfacer necesidades básicas  un bien común, y, así como se globaliza lo bueno se globaliza también lo otro. Con nuestras particularidades, emigración masiva hacia Norte América y Europa,  con su secuela de hogares desgarrados y niños llegando a jóvenes que crecen sin los tradicionales estándares  que nuestra sociedad acostumbraba   darle a sus generaciones.

Se notaba que ya no éramos inmunes a las crisis financieras mundiales y que la seguridad ya no podía tomarse como un “bien”  que  dependía de nosotros y solo de nosotros. Había sido cierto que la globalización se daba en todos los ámbitos.

Hoy en  el Ecuador del siglo XXI no es novedad que los árbitros de un partido de futbol sean atacados y “castigados ” por los dirigentes del equipo perdedor al terminar el cotejo, por que no les favoreció el resultado;  tampoco es novedad que a nombre de una cultura ancestral  se castigue a transgresores de la ley utilizando métodos poco  ortodoxos;  o lo que es peor que un populacho se tome la “justicia por sus propias manos” por que dicen ya estar cansados que la  justicia convencional no actúe; tampoco  nos asombra leer que el “sicariato” florece en calles y plazas aunque todavía nos provoca miedo; y , hasta un jefe policial alguna vez nos dijo en televisión, refiriéndose al tráfico de drogas: “lo que se incauta es apenas el 10%”; rematamos viendo como en una manifestación universitaria,  un agente del orden de convierte en bonzo y luego de discursos incendiarios y polémicas, el policía  incendiado queda.

Hemos pasado de la insensibilidad al temor. De “eso no puede ocurrirme” a “tengo miedo hasta de salir de mi casa”.

La ESPOL misma sufrió bajas entre sus profesores y estudiantes el año 2009, el asesinato de un profesor sigue en el misterio; por el de la estudiante hubo mejor capacidad de reacción entre   sus compañeros y amigos y se montó una presión pública que la autoridad no pudo ignorar, aunque se mantienen incógnitas.

Instrumentos apetecidos por los delincuentes son las laptops de los estudiantes politécnicos; no pueden  transportarlas libremente so pena de perderlas y lo que es más, arriesgar sus vidas. La delincuencia incidiendo también en la calidad de la educación.  Ya ni siquiera comentamos el despojo violento de celulares y calculadoras a nuestros estudiantes, perdimos poco a poco nuestra capacidad de sorprendernos; y eso es negativo, un buen ejemplo de esta inconfesable “resignación” es el sicariato; cuando se  reporta  un caso, quedamos satisfecho al escuchar  “aparentemente ha sido un ajuste de cuentas” o “era un problema de faldas ”, o “el occiso tenía antecedentes penales”. Asunto concluido; próximo caso. 

Esta es la primera entrega que consta de cuatro.

Estadísticas de delitos en Guayaquil

miércoles, junio 16th, 2010

 El Centro de Estudios e Investigaciones Estadísticas ICM ESPOL informa que:

Un total de 928 denuncias se presentaron en la Fiscalía de Guayaquil desde el sábado 5 de junio hasta el viernes 11; de esas 256 corresponden a “delitos contra las personas”,  199  “delitos contra la propiedad”  mas “otras” 473 denuncias.

La semana previa se presentaron un gran total 804 denuncias.

De las denuncias de delitos contra las personas, 15 son homicidios, 6 son plagios , 216 robo agravado, 8 corresponden a “secuestro express” y 11 a violaciones.

En cuanto a los denominados delitos contra la propiedad 65 corresponden a “robo simple”; 40 a hurto, 25 a robo en domicilio, 41 a robo de vehículos de 4 ruedas , 7 a robo de motocicletas ,y 21 a robo en local comercial; no se registra caso alguno de “robo en bancos”

La cifra (216) correspondiente a robo agravado es la segunda más alta de lo que va del año; la más alta se registró en la última semana de marzo (222 casos) y la de la presente semana es también la segunda más alta desde que este centro sistematiza la información delincuencial en Guayaquil, desde mediados del año 2005.

En cuanto a homicidios la cifra de denuncias semanales más alta, 21, ocurrió el año 2009  el presente año en abril se presentaron 20 denuncias entre el 3 y 9 de abril; siendo 15  las denuncias de la semana previa a la que estamos informando .

En las denominadas “otras” denuncias existe un a gran variedad de casos como: amenaza, intimidación, falsificación de firmas, abuso de autoridad,  etc..

Guayaquil, junio 16 de 2010

Encuestas electorales en la última elección en Colombia

lunes, junio 14th, 2010

Gaudencio M. Zurita
Profesor del Instituto de
Ciencias Matemáticas ICM ESPOL
Guayaquil, Ecuador
Junio 14 de 2010

1.-La buena y la mala impresión

El día de la elección presidencial (primera vuelta) en Colombia a fines de mayo pasado, siendo las 17h00  de ese domingo, me preparaba para escuchar  los resultados de las “encuestas a boca de urna” (exit polls) y verificar si el triunfo le correspondía al matemático (Mockus) o al abogado (Santos) y me encontré con dos sorpresas, la primera agradable y la otra no tanto.

Fui gratamente impresionado al ver como las autoridades electorales colombianas difundían no resultados por muestreo sino  resultados definitivos y a las 18h00 de ese domingo, Colombia y el mundo sabían que el Dr. Santos había ganado, basados en resultados correspondiente a casi el 99% de la población que asistió a las urnas. Inmediatamente escribí en mi microblog (Twitter), cuan ejemplar para las autoridades ecuatorianas era este hecho, pues en los procesos electorales en nuestro país, nos han mantenido en ascuas por un número inexplicable de semanas.

Cuando algo sale mal, se reduce a  que quien ejecuta, no está capacitado para ejecutar y controlar la tarea que se le  encarga; o, responde a intereses poco sanos. Cualquiera la situación, esta  nos deja mal parados como organizadores de eventos electorales. Mi experiencia en la organización de un censo de población y vivienda, me dice que no hay justificación para dilatar la entrega de resultados electorales por tanto tiempo.

La mala impresión la tuve cuando la diferencia entre el ganador y el Doctor Mockus era abismal. Mi expectativa era alta, justamente por que las encuestas efectuadas semanas previas al día de las elecciones nos hablaban de una cerrada carrera hacia la victoria.

Los resultados reales señalaron no solo un claro ganador, sino que éste, mas que  duplicaba al segundo. Un poco mas y se cumplía el deseo del Doctor Mockus de no gastar dinero en  una “segunda vuelta”.

Una cadena de televisión norteamericana que transmitía los resultados del proceso electoral colombiano entrevistaba a los responsables de las encuestas y ellos ensayaban respuestas que por cierto ni tenían sentido  ni las presentaban en palabras que aunque falsas las hicieran creíbles. Era altisonante lo que expresaban por decir lo menos.

El principal argumento era que no había efectuado medidas en los últimos diez días por que la ley lo prohíbe.

Volvemos a lo anterior, el que se encarga de hacer algo y no lo hace bien, está entre no saber cómo hacer lo que tiene que hacer o responde a intereses que no son los de la mayoría.

2.-  Quien debe hacer encuestas.

Toda actividad profesional puede estar  encaminada a producir bienes o servicios y a derivar rentabilidad para quien la efectúe. Apenas si aquello parece razonable, por lo que no se puede criticar que alguien establezca una firma consultora que ofrezca sus servicios en  Estadísticas Electorales y pretenda lucrar(en el buen sentido) de tal actividad. Pero lo que se debe asegurar al usuario y sobre todo a los impactados por esos servicios es que quien efectúe el trabajo tenga la preparación para hacerlo y de lo que  puede colegirse por allí anda el problema de las “encuestas colombianas”.

Por mis actividades como profesor universitario tengo nexos con elementos de la “masa crítica” colombiana y puedo de mi experiencia afirmar que la solidez intelectual de los matemáticos colombianos y particularmente los estadísticos colombianos no está en duda, mas bien me permito decir  que es una de las más sólidas de nuestro entorno.

Lo cual me lleva a concluir que quienes manejan la parte científica en las “encuestadoras” no son estadísticos sino profesionales de otros campos. Es muy bueno que en este momento casi toda profesión tenga en sus mallas curriculares al menos un curso de Estadística y al parecer esto los confunde a muchos y los hace creer que es todo lo que se debe saber para convertirse en un profesional en dicha  área. La Estadística logró auge a fines del Siglo XX con la masificación de instrumentos de computación y aun no ha logrado ser respetada como ciencia aparte, por quienes ven tras ella solo un filón de dinero de fácil explotación.

Quienes deben hacer encuestas son los estadísticos, ellos entienden como hacerlas y bajo que condiciones teóricas se llevan a cabo. Para eso los preparó la academia, ellos entienden realmente lo que es un Error de Diseño, la Confianza asignada, sus interrrelaciones  y fundamentalmente la aleatoriedad y completitud que se logra al tener un Marco Muestral actualizado. Ellos saben además que lo prohibido por la  ley es publicar resultados de encuestas, mas no efectuarlas.

Si un político no requiere  resultados frescos de encuestas  es un raro ejemplar que hace política, pero no sabe de política; no medir en la semana previa al día de las elecciones es una demostración de inocencia, que un político ducho, si llega a tal, hace tiempo la habrá perdido.

¿Aceptaría un enfermo ponerse en manos de un estadístico para que le cure una enfermedad?. La respuesta en no. Pero aun hay personas que trabajan en campo ajeno porque las circunstancias se lo permiten. Pero el profesional de la Estadística sale perjudicado por estas “circunstancias” y la ciudadanía también, por que se desprestigia la actividad de su campo y se desorienta al elector. Un amigo colombiano residente en nuestro país me contaba que las encuestas lo indujeron a cambiar su voto ya que el candidato que era realmente su favorito no aparecía entre los dos presuntos ganadores y él sí sabía además  que candidato  no quería que gane. ¿Cuántos como este caso se darían?. Nótese la responsabilidad y el temor que justificadamente representan las encuestas.

Las encuestas políticas  deben ser realizadas y explicadas  por profesionales de la Estadística e interpretadas por economistas y cientistas sociales tales como sociólogos, politólogos, antropólogos, etc.. Cada cual a su rol, mas quien diseña los cuestionarios, escoge la muestra,  verifica el marco muestral, determina las unidades  a investigar y señala  en síntesis cuál es la metodología de captura y análisis de datos que se ajusta a la realidad existente, se llama estadístico. Colombia los tiene y de gran nivel y a ellos como a los de todos los lares, los resultados presentados por las “encuestadoras” colombianas los afecta.

Una muestra de  lo que afirmo está en las expresiones de un profesional colombiano, no estadístico,  que al ser entrevistado  el 3 de junio del año en curso,   por Diario El Comercio de Quito, señala:

“…Todas las encuestas trabajaron sobre niveles de confianza del  95%, lo que significa que se excluye al 5% de la población y con márgenes de error entre 3 y 5 puntos. Es decir hay un 10% que no se puede controlar y que por lo tanto se puede mover muy fácilmente. En ese punto los municipios pequeños y medianos tienen un peso muy importante.”

Pregúntenle a alguien si lo entendió, si es desconocedor de la Estadística pero con gran autoestima les dirá que ; si sabe Estadística, esbozará una sonrisa.

Para los lectores que no son especialistas y que por tanto  no saben sobre encuestas, la razón por la que se buscan tan rabulescas explicaciones es por que lo que conecta el Error de Diseño E con el Nivel de Confianza  viene dado por la siguiente expresión matemática:

Cuya interpretación para un especialista es rutinaria, para un improvisado,  indescifrable.

___________________________________________________________________________________________