A quien informe el paradero de los delincuentes culpables del asesinato de un inocente niño de apenas 10 años, hijo único del hogar del señor Rómulo Barcos y su esposa. (Dolor en Guayaquil).

Para quien sepa los nombres o dé pistas de los asesinos de Vicente Sarmiento, sobresaliente joven de 24 años, victimado por sobredosis de escopolamina. (Drama en Guayaquil).

Al que informe el nombre del o los criminales desalmados que violaron y asesinaron a una niña de 7 años y a su hermanito de 5, encontrados en una quebrada. (Horror en Guayllabamba).

Para quien dé los nombres de los prontuariados armados, cuya banda entró violentamente a la casa de un jubilado de 88 años y le dispararon seis tiros en su cuerpo; y, su hija fue alcanzada por un tiro en la pierna. (Terror en Quito)…

Señor, Presidente, todas estas familias están destrozadas, les mataron sus ilusiones, lo que más amaban; esas vidas perdidas no han tenido ninguna justicia, ¿acaso no valen nada? No puede ser que el Gobierno las ofenda con el olvido, y el ofrecimiento de plata del pueblo; y que acuciosos fiscales, peritos y jueces pasen “ocupados” averiguando dizque quién quiso cometer un “magnicidio”, ya de por sí pomposo y desmesurado. Sí, porque mientras usted ofrece recompensas, y confronta e imita la voz y los gestos del alcalde Nebot; siguen matando a gente inocente en Guayaquil, culpa de una ausente política pública de seguridad, manejada con base a cálculos politiqueros primitivos.

Fuente: El Universo

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