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Comunicar, 20 años ayudando a vencer las barreras del autismo
Publicado el Sábado 03 de septiembre del 2011 por diario El Universo
CONTENIDO
“Adriana Márquez en una clase de estimulación temprana, en la fundación Comunicar, con France Torres.
Sonidos agudos invaden una pequeña aula de clase donde hay seis niños. Allí, los menores ejecutan actividades cognitivas y conductuales dirigidas por dos psicopedagogas que se comunican con ellos a través de los juegos y canciones.
Mientras cinco niños abren sus cuadernos de lenguaje, la pedagoga Karol Muñoz empieza a cantar una melodía infantil sobre el sol, lo que motivó a Estéfano, de 4 años, a levantarse de su asiento y aplaudir con entusiasmo.
En tanto, en otra aula, Dónovan, de 5 años, seguía cuidadosamente con un lápiz punzón las líneas que dibujaban la figura de un cepillo de dientes sobre una base de corcho, en su clase sobre los materiales de aseo.
Estas actividades forman parte de las clases regulares que se imparten en el centro de terapias para niños y adultos autistas de la Fundación Comunicar, que hoy cumple 20 años de vida institucional.
La organización, que proporciona terapia y asistencia pedagógica a quienes padecen este trastorno que afecta la comunicación, socialización e imaginación, creó este centro hace diez años. Actualmente atiende a unos 80 estudiantes, a quienes se les imparten clases personalizadas según su nivel de autismo, que se mide de acuerdo a su mayor o menor dificultad para comunicarse con los demás.
“Primero trabajamos colectivamente entre los seis compañeros y luego se atiende individualmente a cada niño”, indicó Máryuri Herrera, coordinadora del centro.
El autismo afecta el lenguaje, la imaginación y la reciprocidad emocional del niño.
“Ellos no tienen la facilidad de hablar como usted o yo, hablan repitiendo lo que nosotros decimos, entonces este complejo del lenguaje ocasiona que se aíslen y que no quieran socializar”, explicó Hortensia García, presidenta de la Fundación Comunicar.
Agregó que aunque no esté comprobada qué causa este mal, se conoce que es genético. “Hay avance en cuanto al tratamiento temprano, lo que permite desde que son chiquitos llevarlos a este mundo, moldeando al niño”, comentó la voluntaria, quien tiene un hijo de 33 años con este trastorno.
-Hace 31 años yo tenía estadísticas que una de cada 15.000 personas padecían este trastorno. Luego, uno de cada 10.000 y actualmente está a uno de cada 100- , informó García, quien mencionó esa cifra de la página web de la sociedad de autistas de Estados Unidos, Autistic Society. En esa página electrónica se considera el síndrome como una epidemia por el avance que ha tenido en las últimas décadas.
El autismo se puede identificar a partir de los 18 meses de edad, los padres se pueden dar cuenta de ciertas condiciones diferentes a las propias de esa edad como la falta de habla, la no respuesta cuando los llaman y la poca interacción social.
Otras características que pueden desarrollar: risa o euforia sin motivo alguno, poco o nulo contacto visual, pobre sensibilidad al dolor, aislamiento, apego a objetos, comportamiento extremo ya sea hiperactividad o hipo actividad, no acepta cambios de rutina, carece del sentido del peligro, dificultad para expresar sus necesidades, evita el contacto físico, repite lo que escucha, pobre tolerancia a la frustración y mejor desarrollo de la motricidad fina.
Ante estas condiciones, los menores deben ser evaluados por psicopedagogos para que determinen el grado de autismo que padecen, que puede ser clásico o funcional.
En el primero, la persona no logra desarrollar el lenguaje verbal, pero sí se le puede mejorar la calidad de vida haciéndola menos dependiente y, el segundo, es el que tiene lenguaje y que con el tratamiento y terapias adecuadas puede insertarse en las escuelas regulares”.
Por su aniversario 20, la fundación COMUNICAR realizará una sesión solemne el 8 de septiembre, a las 17:00, en el centro de terapias. Por detalles e informes acceder a los teléfonos:
593 04 269-2440,
5934 04 269-2420.
Breve resumen de los 20 conceptos fundamentales para tratar a un autista (Qué te pediría un niño autista) por Ángel Rivière:
1- Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Estructura mi mundo y evítame el caos.
2- No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.
3- No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son «aire» que no pesa para ti, pero pueden ser una carga muy pesada para mí.
4- Necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cuándo he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos.
5- Necesito más “orden” y anticipación en las acciones. Tendremos que negociar mis rituales para poder convivir.
6- Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.
7- No me invadas excesivamente. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo.
8- Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¡NO ME ATRIBUYAS MALAS INTENCIONES!
9- Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Haz un esfuerzo por comprenderme.
10- Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple.
No vivo en una «fortaleza vacía», sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible.
11- No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. Ayudarme. El autista soy yo, ¡no tú!
12- No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.
13- Merece la pena vivir conmigo. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autista, sea tu mayor y mejor compañía.
14- No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.
15- Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. La idea de «culpa» no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.
16- No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más.
17- No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona autista. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas.
Necesito estabilidad y bienestar emocional a mí alrededor para estar mejor.
18- Ayúdame con naturalidad y sin convertirlo en una obsesión.
Para poder ayudarme tienes que tener tus propios momentos de descanso o dedicación a aquello que te gusta. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como si llevaras una pesada carga a tus espaldas.
En mi vida he tenido momentos malos pero puedo estar cada vez mejor.
19-Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser autista.
20- Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís «normales».
Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar.
No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social.
Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida como autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya «normal».
Tomado de:
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