Difusión 2010.12.15
El presente trabajo tiene como uno de sus objetivos hacer llegar a la comunidad politécnica el grito latinoamericano que reclama una sociedad con respeto jurídico para todos, esto en los más amplios estadios de la paz productiva.
Creemos que los problemas de la violencia y sus derivados pueden y deben ser paliados, y ¿por qué no decirlo resueltos? con esfuerzos sostenidos en los ejes educativos de (y toda) la población.
Con buena educación hay más respeto mutuo.
El clamor que levanto es ¿Qué podemos hacer todos los educadores del País para reinventar la paz social y dar dignidad a toda nuestra sociedad?.
En el plano educativo están las variables que se deben ponerse en juego para resembrar la paz en nuestro país. Por una paz educada, por una paz que fomente la producción y no volver a escuchar más ese grito aterrador en nuestra vecindad: «Asesinaron a mí hijo(a)».
Son claras las raíces del problema, requerimos más educación en los buenos oficios y los valores esenciales del buen vivir en forma productiva. No olvidemos que todo niño al nacer es sano de mente y espíritu.
Adelante ciudadanos. Hagamos lo que nos enseñaron nuestros «educados» mayores y abuelos: a educarnos mutuamente en el más sano, productivo y sustentable convivir, bajo los techos del respeto mutuo.
No hay paz sin trabajo, sin techo, sin paz en nuestros corazones. Los invito a re educarnos todos en un esfuerzo sostenido y confiable por el bien común.
Para plantear en sus mentes la extrapolación del caso, me permito recordar a Geovanni Papini quien afirma:
«La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. después es tarde».
La violencia social y sus derivados pueden ser «apagada» con educación, teniendo en cuenta que las barrigitas de (por lo menos) los educandos debe estar llena.
La represión requiere más fuerzas y las fuerzas en sí son inversiones con energía. Menos energía se invertirá en educar. Educar es mas ecológico. La represión es tóxica, para todos. Educar es amar.
En especial, nosotros pretendemos que quienes no pudieron asistir al evento que se presenta puedan volver a la experiencia mediante los recursos de la tecnología digital que pone la ESPOL a disposición de todos sus miembros. En especial para sus novatos.
Para qué y oor qué estoy escribiendo esto, Porque en el auditorio de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) el 2010.12.15 desde 10H 30 hasta las 12H 00 se llevó a cabo la charla de Juan Carlos Blumberg, Presidente de la Fundación Axel Blumberg “POR LA VIDA DE NUESTROS HIJOS”.
La coordinación del evento y la presentación de los expositores del evento estuvo a cargo del Ing. Washington Martínez García (FEN).
Las justificaciones jurídicas de los contenidos de la charla de Juan Carlos Blumberg estuvieron a cargo del Dr. Raúl Alberto Abraham.
Juan Carlos Blumberg narro las vivencias y el por qué la Fundación lleva el nombre de su hijo, quien fue secuestrado y luego asesinado por sus captores el 17 de marzo de 2004.
Uno de los objetivos de la Fundación Axel Blumberg “POR LA VIDA DE NUESTROS HIJOS” es canalizar el justo reclamo de mayor imparcialidad y seguridad en el bien común de todos los ciudadanos del mundo. Paralelamente luchan por más seguridad, justicia, salud y educación.
Luego del evento se dio paso a preguntas y respuestas. El particular nos llevo a una reflexión colectiva para tomar medidas en el ámbito educativo para dar solución conjunta a los problemas de inseguridad que vienen de la mano con el uso de las drogas, alcohol y otros tóxicos.
Todos deseamos a Juan Carlos más años de vida y mucho más de su accionar en pos del bien común, la paz mundial, la educación, el respeto mutuo, etc.
Agradecemos a los protagonistas del evento y a las autoridades de la ESPOL por el espacio dado a la temática referida.
En el vídeo que acompañamos se presenta las preguntas y respuestas por parte de Juan Carlos a los participantes, ver:
Video no. 1/2 (Preguntas y Respuestas)
Su enlace directo:
http://www.youtube.com/watch?v=DpPBPDCO8CQ
Video no. 2/2 (Momento Final).
Su enlace directo:
http://www.youtube.com/watch?v=0mooGx_ogvE
A continuación damos difusión los contenidos de la entrevista de Juan Carlos Blumberg al Diario HOY de la capital, realizada del 13 de diciembre de 2010, ver:
Entrevista a: Juan Carlos Blumberg
“Quién es: un empresario argentino de 65 años, quien, desde el asesinato de su único hijo a manos de secuestradores en 2004, lidera multitudinarias marchas en las que exige a las autoridades la modificación de varias leyes del país gaucho.
Unificarse, hacerse escuchar y participar en los procesos de justicia son, para Juan Carlos Blumberg, los ejes que contribuyen a que una sociedad logre que las autoridades realicen cambios integrales en el sistema de seguridad en el que viven. En una entrevista con HOY, el argentino no solo habló sobre las marchas que encabezó en su país, sino también sobre la fundación que creó a partir de la muerte de su hijo. Además, opinó sobre el papel de jueces, su decepción por la Policía, y sobre soluciones que ha propuesto para combatir a la delincuencia.
DVQ: ¿Fue únicamente la muerte de su hijo lo que lo impulsó a liderar más de cinco marchas multitudinarias en la Argentina?
Cuando volví de la morgue y vi a los amigos de mi hijo llorando y preguntándose cuándo les iba a tocar a ellos, pensé que yo a Axel ya no lo tenía más, y ahora debía luchar por ellos.
En ese sentido, ¿qué reformas a las leyes argentinas se lograron con las marchas?
Fueron varias, entre ellas pedimos que los delincuentes queden detenidos y separados de la sociedad el mayor tiempo posible.
DVQ: ¿Se refiere a que se logró la acumulación de penas?
Sí, porque no es lo mismo una persona que mata a uno, que otro que mató a cinco. No es lo mismo uno que robó una vez, que otro que robó cinco veces.
DVQ: ¿Pero muchas veces la cárcel no resulta una escuela del crimen?
Se pidió la sumatoria de penas, no para que estén sin hacer nada, sino para trabajar, aprender un oficio, para cuando se re inserten en la sociedad hayan cambiado un poco sus actitudes de vida. Nosotros logramos, en las cárceles federales de Argentina, que el 35% de la población trabaje.
Continuando con el tema de las cárceles, los presos sin sentencia salen libres después de un año en el Ecuador.
Eso es un disparate, en Argentina pasa igual, pero son después de tres años, no después de uno.
DVQ: ¿Ustedes también tienen el 2×1?
Con las marchas, logramos que sea abolido en Argentina.
DVQ: Entonces, ¿está en desacuerdo que un preso salga en libertad por buen comportamiento?
Por supuesto. El individuo tiene que cumplir su pena, porque en la cárcel no le queda más remedio que portarse bien, ¿no cree? No le quepa ninguna duda.
DVQ: ¿Y los derechos humanos?
Sí, después siempre vienen los derechos humanos a decir que pobrecito, que cuando era chico no tuvo tal cosa cuando el tipo es un desgraciado que hizo daño a la sociedad. No es que está ahí en la cárcel de premio.
DVQ: En el Ecuador, en gran número, los adolescentes son delincuentes…
En Argentina, estamos luchando por lo que se llama el servicio social obligatorio, que consiste en que los jóvenes que no trabajan y no estudian tengan que concurrir un año obligatoriamente a talleres de artes y oficios, y que hagan mucho deporte. Estas actividades son fundamentales para sacarlos de las calles, de la droga, de la bebida.
DVQ: Entre otros aspectos logrados en las leyes de su país ¿qué más puede mencionar?
Se logró el juicio por jurado, que es fundamental porque la gente tiene que participar en hacer justicia. Me acuerdo haber estado con las máximas autoridades de Nueva York, donde me dijeron que la gente tiene mucho sentido común.
DVQ: ¿La medida se podría aplicar en el Ecuador?
Mire, es fundamental especialmente en países de Latinoamérica, en donde a veces los jueces son muy laxos con los delincuentes.
DVQ: ¿Quiere decir que los jueces son el nudo de la justicia?
Yo solo creo que los jueces deben separar de la sociedad a la gente que hace daño, y cuidar a los ciudadanos honestos.
Usted alguna vez dijo que a problemas complejos, soluciones prácticas. ¿Cómo se aplica eso a la lucha contra la impunidad?
Por supuesto, lo que hay que usar es el sentido común. La gente tiene que unirse y reclamar, porque al manifestarse, el poder político se asusta y empieza a hacer las cosas que realmente tiene que hacer.
DVQ: ¿Pero de qué manera manifestarse? Aquí se han hecho un sinnúmero de marchas y no ha pasado nada.
En el caso nuestro, de las leyes que logramos cambiar, no fue fácil, porque había que ir al Congreso, nutrirse de especialistas en el Código Penal, e ir a reuniones de la Comisión de Legislación Penal.
DVQ: ¿Hay que pararse duro ante las autoridades?
Uno tiene que salir a luchar y hablar desde el corazón. Por ejemplo, en Argentina, no había un 911, y los ciudadanos obligamos a que lo pongan. Las autoridades pedían un plazo largo de tiempo, y dijimos no, en dos meses lo queremos, y se lo logró.
DVQ: Entonces, ¿la clave es ser determinante con los operadores de justicia?
Con las autoridades en general. Si yo le dijera las cosas que les llegué a decir en las reuniones, a veces un poco mal educado, diciéndoles palabrotas inclusive.
DVQ: Y en cuanto a la Policía, ¿qué me dice?
No tienen un método de cómo actuar, improvisan. La Policía tiene que hacer prevención, hacer inteligencia previa, que significa controlar las cosas.” – DVQ.
Tomado textualmente de «Las penas se tienen que cumplir» publicado el 13 de diciembre de 2010 en el diario HOY. La entrevista fue conducida por DVQ.
Al ir terminado esta entrada, me queda la conclusión a nivel personal que el problema de la violencia no es tan solo un problema de los pocos organizados (bien organizados), es más bien un problema que los muchos (los no violentos) que nos encontramos desorganizados.
Estimo que no nos hacen falta más reglamentaciones para encasillar a los malos, necesitamos de la voluntad social de organizar a la mayoría de la población, para marchar en un esfuerzo supremo hacia una educación global igualitaria y equitativa.
La educación global requiere liderazgo y de un líder que de la condición de iguales a los seguidores.
Queda en mente una de las leyes primarias del convivir humano en su medio natural, casualmente enunciada por Thomas Hobbes, a saber: “La ley primera y fundamental de la naturaleza es buscar la paz”.
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