abril 8, 2010

CARETAS INDISOLUBLES A PRUEBA DE TODO

En la vida existen personas que metafóricamente llevan una máscara de látex en sus rostros, caretas indisolubles a prueba de todo. Ese tipo de seres logran engañar; te tienden la mano, te auxilian y obtienen tu confianza haciendo que creas que son buenas personas.

Prácticamente  viven ayudando al prójimo de forma ficticia y juran y perjuran que por poco o casi nada ya tienen hasta ganado el cielo.

Sonrío y me viene a la mente vestuarios de fantasía, de brillos, antifaces, serpentinas, alegorías, luces, máscaras y caretas que cubren y cambian por completo la verdadera imagen y la apariencia de la persona que los lleva, impidiendo conocer a simple vista quién o cómo es, porque nos guste o no, todos hacemos juicio de valores con solo mirar, cayendo en terribles equivocaciones al descubrir que aquellos que parecen buenos, no lo son y aquellos que no lo parecen, terminan siéndolo.

Si leemos las Sagradas Escrituras vemos con claridad que el experto en disfrazarse es el diablo. A través de los siglos él ha tomado diferentes máscaras y disfraces para engañar y destruir a la gente.  El disfraz preferido del maligno es el aparecer disfrazado como un ángel bueno o alguien que quiere ayudar a hacer el bien y aparentemente te tiende la mano.

Aplicándolo a la vida actual, tan complicada como se presenta, es alarmante detectar que nos encontramos rodeados de personas que acostumbran a vivir entre máscaras y disfraces de manera permanente.  No es que llevan a cuesta los brillos y antifaces, sino que van por el mundo, presentándose  como personas positivas, mostrando aparentes buenos sentimientos y bondad como si fueran angeles de luz, cuando en realidad van sembrando a su paso, caos, conflictos, problemas y contrariedades y sus conductas propias dejan mucho que desear.

Y no es maravilla, porque el mismo Satanás

se disfraza como ángel de luz.

2ª CORINTIOS 11:14

Es por eso que la gente cae fácilmente y se fían en personas inescrupulosas que apalabran ser de nobles sentimientos y abren las puertas de sus vidas, confiando a plenitud en un servidor tapiñado del mismísimo demonio.

Otros en cambio, en el afán de conocer  de que todos les va a salir bien en el futuro cercano, se dejan llevar por más brillos y luces al consultar el horóscopo, el espiritismo,  las cartas y las líneas de las manos, que en realidad son formas diabólicas disfrazadas.

Con mucha oración y fe, es posible librarse de esos seres, servidores del maligno.  Lo bueno es que no hay mal que dure cien años y tarde o temprano las cosas negativas caen por su propio peso, terminan descubiertas y con las máscaras por los suelos, triunfando siempre el bien y la verdad.

Te convido a que vivamos confiados y protegidos con la luz y la gracia de nuestro Dios Padre Celestial.

Luz Gabriela Rodríguez M.