Jenny Estrada / Los sabores de una guayaquileña
Por: Santiago San Miguel P. / sanmiguels@granasa.com.ec
“Este es su libro número 26 pero Jenny Estrada no lleva la cuenta de ello. Aclara que no está en busca de ningún récord Guinness. “Simplemente trabajo y trabajo, escribo y escribo”. El punto de encuentro para nuestra cita es su casa ubicada en el barrio del Astillero.
Pertenece al grupo de escritores que cuando le interesa un tema, estudia e investiga y, si las circunstancias permiten y cree pertinente, lo publica sin titubear. En el caso de Sabores de mi tierra en que la gastronomía guayaquileña es la protagonista esperó muchos años hasta que llegó el momento de cumplir con el propósito de todo autor, ver su obra impresa. Como todo libro tiene su historia, para esta obra hay que ubicarse en 1967, en ese año Jenny presentó La cocina criolla, un recetario de comidas regionales realizado por ella y del cual se hicieron 3 ediciones que se difundieron a través del Suplemento Agrario, editado por un diario local. En 1986 obtuvo por este trabajo el segundo premio otorgado por el Instituto Cultural Domecq, A.C de México tras participar en la convocatoria del VI Concurso Literario Netzahualcóyotl sobre Mesa y golosinas de Iberoamérica.
Ahora su afición por el arte culinario está compilada en 221 registros de sabores y tradiciones guayaquileñas que vio luz luego de casi tres décadas de estudio e investigación. La también directora del Museo de la Música Popular Julio Jaramillo describe en Sabores de mi tierra el origen y costumbre de los platos porteños más populares, la mayoría preparados con sus propias manos, otros como el caldo de salchicha y la fanesca confiesa que solo contribuyó en su elaboración o fue testigo de la preparación “porque fueron verdaderamente laboriosos y una sola persona no se alcanzaba”.
Tuvo una abuela que era “maravillosamente criolla”, Isolina Robles, muy guayaquileña y costeñísima de la zona de Pedro Carbo. “Nuestra distracción en vacaciones era visitar a las abuelas y ellas enseñaban a cocinar”.
De niña no conoció la televisión y la radio permanecía lejos de su alcance, de tal manera que aprender era su pasatiempo más enriquecedor.
“Las abuelas no tenemos espacio, ganó terreno la tecnología pero con este libro me permito afirmar la procedencia de los alimentos de nuestra mesa que son de muy lejana data. Ubico al lector dentro de un marco histórico y geográfico y posteriormente doy paso a los orígenes y condimentos que existían tanto en nuestro suelo como los que trajeron los españoles. Con esta inserción y fusión de productos se creó la cocina criolla (mestiza) que es la que conocemos hoy en día”.
La guatita, el arroz con menestra, carne asada y patacones, el encebollado, los bollos de pescado, la bola de maní, el cebiche, el budín de zapallo, el carapacho relleno, la torta de maduro, el arroz con conchas y el caldo de salchicha son solo algunas de las exquisiteces que se convirtieron en platos imprescindibles en la mesa de cualquier guayaco que se respeta.
La autora recalca que su único objetivo con Sabores de mi tierra es rescatar nuestra identidad.
“Si no estamos conscientes de lo que somos, no podemos trazar el rumbo de nuestra patria chica y grande, debemos reconocernos en lo que somos a través de nuestra historia, música y sabores”.
Para recordar
Historiadora, periodista e investigadora guayaquileña. Entre sus múltiples obras destacan Matilde Hidalgo de Procel, una mujer total; Los italianos en Guayaquil; El montubio; Del tiempo de la yapa y Ancón en la historia petrolera ecuatoriana.
Sabores de mi tierra está disponible en las librerías Librimundi, Cervantes y en Tinta Café. El valor de la publicación es de $ 30”.
Tomado de: http://www.expresiones.ec/ediciones/2013/10/16/gente/variedades/los-sabores-de–una-guayaquilena/#
“La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”.
Jean Paul Richter